•David•
La noche que conocí a Emma me sentía solo. Estaba cansado, aturdido de tanta superficialidad. ¿Alguna vez sintieron esa necesidad de estar en tu casa cenando con tu familia? ¿Ver a tu madre reír a causa de tus chistes? ¿Escuchar a tu hermana quejarse de lo idiota que eres? Bueno, yo necesitaba eso.
Quería a alguien con quien reír naturalmente y no por causa del alcohol o de una fiesta estúpida. Alguien con quien poder hablar de cualquier cosa. Alguien con quien pudiera ser yo mismo.
No una novia, ni un amigo. Solo sentir que estaba en casa.
Las fiestas de Charly eran lo más, todo el mundo iba allí. Recuerdo a Leo emocionado al respecto.
-¡Esta fiesta será lo máximo! Yo sé lo que te digo, hermano. Habrá alcohol, chicas, sexo o - canturreó. Eché una risotada mientras doblaba en la esquina.
-Vale. Ya lo has dicho cientos de veces, "hermano". Es suficiente.
-¡Nunca es Suficiente! Tengo un buen presentimiento.- me guiñó el ojo.
-¿Sobre ti o sobre mi? Si Mey se encuentra aquí no creo que sea algo bueno.
-Sobre ambos, tío. ¡Mira las cosas que dices! Si esa zorra está aquí, yo mismo la echaré a patadas por ser quien es. Una zorra.
Volví a reír.
-¿Ves? Por eso me junto contigo-dije estrechando su mano- Me cuidas tal como mi madre lo hace cuando estoy fuera.
-Puede ser. Pero ambos sabemos que te juntas conmigo porque soy genial. No me extrañaría que estés enamorado de mí.
Solté su mano y golpeé su hombro con fuerza.
Frené el auto frente a la casa de Charly, la música se oía fuerte, y la gente iba y venía. Podía sentir la alegría falsa en el ambiente. Entramos y enseguida el camino al patio trasero se convirtió en un desfile donde debía saludar a todos, no importaba si los conocía o no. Un apretón de manos o un abrazo pequeño, depende de quien sea. Eso me molestó un poco, lo cual se me hizo raro que me moleste, siempre lo hice y nunca tuve problema.
Una vez en el patio trasero todo estaba oscuro, a excepción de unas luces que titilaban, dejando que al menos no te chocaras con la persona que está en tu camino. Había demasiada gente para mi gusto. Bastante ya era con el calor del verano, pero a nadie parecía molestarle. Por supuesto que no, pensé, la mayoría de esta gente estaba ebria o drogada. No sentían ni el calor, ni el sudor en ellos. Al pensar en esto, miré a Leo.
-Voy por unas cervezas. Ya vuelvo.
Me di la vuelta y me desvié a una barra que Charly había puesto al aire libre (lo hacía cada fiesta, era una forma de hacer dinero) Saludé sin ganas a Alex, le pedí dos cervezas, y en vez de irme a buscar a mi amigo, me senté allí absorto en mis pensamientos. Me sentía cansado.
Cansado del mismo ambiente de todos los fines de semana. Cansado de la misma gente, de las palabras vacías, de tanta estupidez juntada en diferentes paquetes llamados personas y en un lugar tan pequeño como el patio de mi amigo Charly. No entiendo como recién ahora me doy cuenta de lo ridículo que es todo esto.
-¿Cómo estás, preciosa?- escuché decir a Alex. Genial, otra conversación sin sentido que mis oídos sangren al escuchar.
-Si tienes una gaseosa estaré bien. —contestó una voz femenina.
-¿Por qué esa cara, "Emelinda"? Ten, aquí tienes. Va por cuenta de la casa.
-¡Por supuesto que va por cuenta de la casa! Luego de ese nombre ridículo que me has puesto te conviene pagarme la bebida para salvar tus preciados dientes. -contuve una risa lo mejor que pude.
![](https://img.wattpad.com/cover/93940781-288-k540774.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Siempre te amaré
Teen Fiction-¿Que haces ahí parada?- mi mamá se me quedó mirando. Me sentí una boba sonriéndole. -Nada.-contesté. Me encogí de hombros y me dispuse a ir a la cocina. -Tienes que tomar tu medicación. -dijo. El tema es que, en todo ese remolino de desgracias en l...