Cap. 6 Primera Cita

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Al día siguiente, me desperté con una sonrisa en el rostro. No pasaba nunca eso. Tomé mi teléfono y sonreí aun más al ver el nombre de David entre los mensajes que me llegaron. Contesté todos, excepto su conversación, me quede ahí embobada, releyendo cada oración.

Solo para aclarar, me saludó, me preguntó cómo estaba y me invitó a salir al mediodía a pasear, pero estaba tan entusiasmada respecto a él que leer esos simples mensajes me llevaban al día anterior cuando me dijo que le gusto... cuando me besó...

Suspiré. Dejé el celular y me levanté. Me di una ducha caliente y me puse lo primero que encontré. Al agarrar mi teléfono para bajar a desayunar vi que Dave me había llamado un par de veces mientras me duchaba. Sonreí para mis adentros y apreté el botón de llamar contacto.

-Buen día-escuché del otro lado.

-Buenas. ¿Cómo estás?

-Un poco ansioso, invité a una chica a salir y la vi en línea pero no me contestó, ¿qué crees que deba hacer?

-Bloquearla. Que aprenda la maldita perra que no debe ignorarte.

Se rió. En la cocina mi madre estaba sentada mirando su teléfono, con todo el desayuno para ambas listo. Me senté sin saludar y tome una galleta de agua sin sal.

-Bueno, "maldita perra" dime si debo pasar a buscarte al mediodía o no.

Me reí y mi madre me miró seriamente. No le gustaba que me relacionara con mucha gente, le desagradaba más no conocerlos, era muy controladora y aunque no le echaba la culpa, me molestaba y lograba que me rebelara la mayoría del tiempo.

-Si, claro. Me encantaría. Si quieres nos encontramos en algún lado, así no te haces todo el viaje hasta aquí.

-Genial. Déjame ver como vengo con el tiempo y te aviso, vine a la empresa de mi padre, hace mucho no vengo aqui.

-¿En serio? ¿Cuánto tiempo?

-Unas semanas.

-Es bastante tiempo considerando que es tu empleo.

-¡Si! Pero bueno, hoy me desperté con humor para venir. Igual en mi defensa, la mayoría del trabajo lo hago a través de la computadora. No quiero que pienses que soy una persona irresponsable.

-Pues, lo dijiste muy tarde.-bromeé.- ¿Cómo está tu madre?- me atreví a preguntar.

-Pues, muy bien, siempre está de buen humor. Hoy me llamó y le hablé de ti-me sonrojé.- ¿Y sabes qué me dijo? Que vaya a la empresa a trabajar y a vigilar que mi padre no nos deje en bancarrota.

-¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?

-Ya sabes cómo son algunas madres, la mía es un poco chapada a la antigua, seguramente querrá que tengamos todas las comodidades para formar una familia.

-Mmm, ¿no te parece demasiado lo que acabas de decir?- toda la emoción se esfumó al escucharlo hablar de un futuro del que sabia que no podía ser parte.

-Solo te comentaba la teoría sobre lo que me dijo ella. Cualquier madre quiere que su hijo abra sus alas y vuele sólo.

La mía no, pensé, la miré de reojo y me estaba observando tratando de escuchar con quien hablaba.

-Bueno, debo colgar. Nos vemos.- colgué rápidamente y la miré.- No te voy a decir con quién hablaba ni darte detalles.

-Toma tu desayuno rápido que la hora pasa volando.

-Podrías dejar tu teléfono y hacer lo mismo ¿No crees?

Miró su taza de te que estaba llena y fría, no había probado bocado por husmear en lo que hacía yo. Levantó ambas tazas y las puso en el microondas a calentar.

Siempre te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora