Un nuevo inicio

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Acabo de llegar a una nueva casa, en un nuevo vecindario, en un pueblo que no conozco, todas mis cosas están en cajas en la entrada de lo que ahora será mi nuevo hogar... es... ehm bueno es una casa grande, pero se ve que ha estado aquí desde hace mucho tiempo y ha estado desalojada. Al ver todas las cajas y muebles nuevos que compro mi padre en la entrada me quitan las ganas de moverme, así que caigo sobre el montón.
-Arghh... estoy agotado, ¿por que papá tenía que preparar las cosas de mi mudanza justo después de dar mi último examen?, ¿no podía esperar al menos una semana? ¡Por último un día! Estoy mas que exhausto... -reclamé en voz alta- argh ya que mas da, entrare toda esta basura.
Dicho esto me levante y metí caja por caja mis cosas a lo que se supone que ahora es mi hogar. No había visto la casa por dentro, es realmente espaciosa y tiene ese aura reconfortante... aunque...
-¡esta realmente sucia y llena de telas de araña! ¡Como se supone que limpie y guarde todo para esta noche!- grité y esta vez caí rendido al suelo, por alguna razón era cómodo y empecé a sentir sueño...

-oye- escuché la voz de una niña que al parecer me hablaba- ¿estas muerto?..- ¿muerto? ¡Como demonios iba a estar muerto!
-no, no estoy muerto, solo estoy descansando.
-¿por que hay tantas cajas en la entrada?- dijo la niña con una voz muy curiosa.
-son mis cosas no las toques.
-uhm ok, pero se las van a robar si las dejas ahí en la noche, ya se esta oscureciendo- si si si, lo que tu digas, espera un momento... ¿¡Se esta oscureciendo!? miré hacia afuera, ¡demonios es muy tarde! me levanté rápidamente y corrí por las cajas, ¿¡siempre fueron tantas!? Entré las cajas una por una pero no se reducían en número.
-¿te ayudo?- dijo la niña, ¿eh? ¿Seguía ahí?
-no necesito ayuda- bufé- y con esos brazos de fideo no podrás cargar ninguna.
Vi como la niña se enfadaba.
-¡no soy una debilucha!- dijo la niña muy molesta y caminó a la entrada, y tomo una caja.
-oye que haces te dije que no necesito ayuda- sin respuesta... esta niña no tiene modales- vas a lastimarte- dije para tratar de detenerla.
-¡si no te ayudo nunca terminarás de entrar todo!- dijo aún molesta.
-muy bien, muy bien, pero lleva las pequeñas- vi como el rostro de la niña cambió a una sonrisa.
Con la ayuda de la niña sorprendentemente terminamos muy rápido, en solo un rato estaban todas las cajas dentro y una habitación lista para que mi cuerpo cayera debilitado y descansara al fin.
-gracias por la ayuda- le dije a la niña que aún estaba en mi casa y que por cierto aún no sabía su nombre.
-pensé que no era bienvenida mi ayuda- argh parece que sigue un poco molesta.
-lo se, lo se, disculpa por eso, de todas formas muchas gracias, me salvaste.
-no hay de que- dijo la niña, creo que después de todo tiene algunos modales.
-mi nombre es chris, dime niña ¿cual es tu nombre?- vi en la mirada de la niña confusión y luego nerviosismo.
-mi nombre es...

Tal vez despierteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora