Capitulo 3
"-Helena es una ciudad enorme Leslie, no te podrás esconder de mí-
Ignore las palabras de mi atacante, no podía disminuir el paso en el que iba, tenía que escapar. Pero cada vez que avanzaba un paso, parecía que el avanza 5 más. No tenía sentido, no podía alejarme por más que lo deseara.
-Leslie, deja de huir- esta vez fue un grito lo que estampo contra mí, un grito tan ensordecedor que hizo que mis oídos sangraran al escucharlo. No iba a aguantar mucho más tiempo.
Pero las palabras de Darren seguían flotando en el aire.
Tenía que ayudarlo, tenía que dejar de huir."
-¡Leslie, despierta!- grito Alia al otro lado de la habitación.
-¿Qué pasa ahora?- pregunte algo somnolienta y aun removiéndome en la cama.
-Leslie, se supone que tenemos que ir al supermercado-
Por supuesto. Las latas de comida se habían acabado la noche anterior y se suponía que Alia y yo tendríamos que comprar más.
Me puse las botas y trate de arreglar un poco mi cabello, me dirigí al baño y lave mi cara rápidamente, quería salir de esto rápidamente.
-¿Eso es todo?- pregunto
-¿A qué te refieres? ¿Qué más se necesita para ir al supermercado?-
-No es por ofender primita, pero apestas- cuando lo dijo, puso una mueca en su cara que a cualquier niño menor de 3 años abría espantado.
Me habría burlado de ello, o por lo menos rodado los ojos, pero me sentía totalmente devastada.
Durante este último mes agotamos la comida de la alacena, y a Alia, Samuel y yo nos tocó conseguir trabajos de verano para costear los gastos.
Y entre el trabajo pesado y los sueños extraños que estaba teniendo últimamente, no vivía para pensar en mi imagen personal.
Sin hacerle caso a su comentario, salí del edificio donde por ahora estábamos viviendo y me dirigí al supermercado más cercano.
-¿Estas bien?-
-Estás haciendo muchas preguntas esta mañana Alia- evadí su pregunta, más que todo porque ni yo sabía la respuesta ¿Realmente estaba bien?
-Les, creí que ya habías superado la nota de la piedra-
-Y lo hice, ya fue hace más de un mes, no tenía sentido que me siguiera preocupando por eso- trate de arreglar las cosas, no quería más preguntas.
-¿Entonces por qué estas así?-
Suspire.
-Alia... ¿Vas a guardar el secreto?-
-Sabes que lo are- fue lo único que dijo, creo que hasta estaba conteniendo la respiración.
Ya era hora de que lo supiera, si no era ella ¿Con quién más podría hablar?...
-Es algo raro, creo que me está pasando algo- la mire para poder ver su reacción. Pero ella solo sonrió.
-Eso lo sabíamos desde que naciste, no te preocupes te hemos apoyado desde entonces-
Definitivamente ella no era la indiada para hablar, pero no tenía a alguien más. Esta vez sí rodee los ojos.
-Hablo enserio Alia, he estado soñando cosas muy... extrañas-