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Tip: no pongan la canción de la multimedia hasta que vean el asterisco (*) y súbanle el volumen al máximo.

En menos de media hora de llegar, todo se volvió un caos.
Parece que las paredes de estas casas son demasiado delgadas porque pude oír toda la conversación.

- ¿Alguien ha visto mis baquetas?- dijo el que asumo, ha de ser el hijo adolescente.
- ¡Deja de saltar en el sillón joder!- dijo la que yo creí la mama (aunque su voz fuera de hombre)
- Ahora que tenemos una casa más grande, ¿podemos tener un cachorro?- dijo una vocecilla. Genial, una niña o niño chiquito amante de los animales.
- ¡Ayudenme con las bocinas!- El papá.

Aparte de eso, se escuchaban estruendos como si un elefante se hubiera soltado en el piso de arriba (lo cual no dudé).
En un intento desesperado por ahogar ese ruido me coloqué los audífonos.

Al menos los vecinos de la derecha eran los más callados del mundo mundial.
Según mi madre, eran una pareja que trabajaba la mayor parte del día y por eso la casa estaba tan silenciosa.
Al menos se hacían notar un poco los fines de semana, que es cuando ponían música en una bocina que se oía ligeramente en mi casa. O sea, que ellos conocían los niveles de moderación del volumen.
Aparte, sus gustos musicales estaban de pelos. Green Day, a veces Aerosmith, cantantes de pop o canciones modernas. Debo aceptar que me agradaron solo por eso.

*
Hacia las 11:30 P.M, yo era la única que seguía semi-despierta en la casa.
El poco brillo que tenia mi celular iluminaba mi ojerosa cara en la oscuridad. Entonces decidí que ya era suficiente y que me vendría bien dormir un poco, dejé mi celular en mi mesita de noche y me quedé como muerta por un buen rato.

(...)

"BUT NOW THAT I'M BROKEN!"
En ese instante reboté en la cama como si hubiera tenido esos sueños en los que sientes que caes.
La gente que me conoce sabe que para mi, mi sueño es sagrado y si lo interrumpen por la más mínima tontería me convierto en una vil bestia.
Lo que más me enfadó del asunto fue que venía de...adivinaron, la casa de la izquierda.
¿Esos tipos no habían leído las normas del vecindario? ¡Nada de música fuerte!

Mi enojo creció tanto que no me di cuenta de lo que pasaba hasta que estuve frente a su puerta. Me iría a quejar con ellos antes de que fuera demasiado tarde. Así sabrían que habría que bajar el volumen y, ¡vaya! Les haría un favor a ellos y al vecindario entero.

Esta vez me fijé mejor en mi vestimenta así que me puse la pijama menos vergonzosa que tenia: Una playera naranja vieja de una tienda de souvenirs con la leyenda "I survived the Spine Breaker" con el dibujo de una montaña rusa y un short azul cielo.

Toqué unas tres veces hasta que oí el estruendo de platillos y pasos llegando hasta mi.
Un chico de cabello negro, moreno y de rasgos medio asiáticos, vestido con unos jeans rotos y una playera negra sin mangas me abrió la puerta.
Me miró de arriba a abajo con los ojos muy abiertos.

- ¿Quieres un concierto privado?- preguntó sin dejar de mirarme.
- ¿Qué?- pregunté algo confundida.
- ¿Quien es Cal?- se oyó una voz de adentro.
A su lado llegó un chico de cabello rizado vestido de manera similar, con una de las diferencias siendo una bandana roja en su frente.
Estuve a punto de decirle que su accesorio me recordaba a mi abuelita cuando se ponía a limpiar su casa, pero me contuve.

Hizo lo mismo que su compañero, pero él fue más amable.
- ¡Oh, hola! Disculpa a Calum, está medio loco- dijo mientras apartaba a éste de la puerta- ¿Como te llamas preciosa?
- Mira, no estoy aquí para hacer mucha conversación. Soy Jane, vivo aquí al lado- dije mientras apuntaba a mi casa y cruzaba los brazos.
- Pues, hola vecina. Soy Ashton y este es Calum- señaló al otro que se había vuelto a asomar por la puerta.
- Ajá- respondí
- ¿Y que hace una chica tan linda en las puertas de nuestro humilde hogar?- preguntó Ashton.
- Sólo quería pedirles que le bajaran el volumen a su fiesta, hay gente intentando dormir.
- Oh, cierto. Lo sentimos, no queríamos molestar.
- Está bien, sólo se los avisaba para que no hubiera problemas en el futuro.

- Bueno, creo que eso es todo. Buenas noches- dije mientras me iba.
- ¡Espera!- gritó Calum- Quédate un rato, podemos hablar.
- Me gustaría, pero debo volver a la cama
- No me digas que tienes hora de dormir...

Viendo que iba a seguir insistiendo, decidí quedarme un rato.

Next Door (Michael Clifford)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora