- Déjame ver tu teléfono- hizo puchero Ashton.
- Noooo- respondí.Era un viernes por la noche, exactamente tres semanas desde su llegada y me habían vuelto a invitar a su casa. Me habían invitado otras veces, pero sólo iba los viernes por la escuela y los trabajos.
Ya habían acabado de hacer su gran debut conmigo como su único público y estábamos en la cocina.
Ya nos conocíamos mejor, así que sabía lo que íbamos a comer.Vi a Calum marcar en el teléfono de la casa.
- ¿Pedirás otra pizza?- preguntó Luke.
- Sip- contestó este.
- ¿Y si hoy descansan de pizza?- pregunté.
Los cuatro me miraron como si hubiera quemado sus preciados instrumentos musicales.
Ashton se acercó a mí y me tocó la frente.
Después, miró lentamente a los chicos, preocupado.- ¡Se va a morir!- gritó y empezó a correr en círculos
Todos parecieron entrar en pánico y lo empezaron a imitar.
- ¡CALMENSE TODOS, MALDITA SEA!- grite, harta de todo el alboroto.
Pararon en seco y me miraron.
- ¡¿Y cual es tu idea para sobrevivir Jane?!- gritó Luke, alzando los brazos.
- Comer algo más- respondí encogiéndome de hombros.
- ¿Ah, sí? Que mal querida porque ¡no hay nada!Inmediatamente empecé a revisar lo que tenían en su alacena.
No estoy bromeando cuando digo que no había nada ahí. ¡NADA!
- ¿Ahora nos crees?- preguntó Mike, detrás de mi.
- ¡¿Cómo demonios se alimentan en la semana?!- reclamé.
- Con pizza...- respondieron todos.Abrí el refrigerador para ver que tenían y estuve a punto de desmayarme al descubrir que sólo había un paquete de comida china con la fecha de caducidad de hace una semana.
Lo agarré y lo tiré al bote de basura.
- ¡Hey, eso era mío!- dijo Calum.
- Nuestro, tonto, ibas a compartir sí o sí- reclamó Michael.
Me sorprendió que no se hubieran muerto de indigestión.- Lo que ustedes necesitan es comida de verdad- dije.
- ¿Como la que tú comes?- preguntó Michael, rodando los ojos.
- Yo no pido, sino cocino mi propia comida y, como ven, sigo viva.
- ¿Nos cocinarías Jane? Porfavooooor- suplicó Aston.
- Lo haría, pero no tengo con qué.Al decir esta última frase, todos se miraron. Parecían cuatro emojis de caritas pervertidas puestos en filita (😏😏😏😏).
Corrieron a abrir la puerta de la casa y salieron disparados al auto.
- ¡Hey, a donde van!- grite desde la puerta.
Michael, quien era el que conducía, sonó el claxon.- Get in looser, we are going shopping!

ESTÁS LEYENDO
Next Door (Michael Clifford)
RandomSeñoras y señores, abróchense los cinturones porque hoy van a presenciar un acontecimiento casi histórico, algo interesante ha pasado en mi vida (Y eso, la verdad, merece contarse)