Comencé a desempacar sin prisa, la puerta estaba abierta y podía sentir la mirada de alguien clavada en mi.
-¿Sabes Ada?, no sé que es lo que quieres hacer con tu vida, pero te doy un consejo, olvídate de tus sueños de espía, porque serías un completo fracaso -di la vuelta y la mitad de su cara se asomaba por el marco de la puerta -Puedes pasar si es lo que quieres -le sonreí y ella entró con mala cara a sentarse en la cama.
-¿Qué haces aquí? -preguntó al mismo tiempo que cruzaba los brazos sobre su pecho.
-Por una mejor oportunidad y un trabajo -contesté copiando su acción.
-¿Oportunidad?, ¿Trabajo?
-Verás princesa, no todos nacimos nadando en dinero como tú, si termino mis estudios en Falkenhorst recomendado por tú padre se me van a abrir demasiadas puertas, a demás el dinero no le haría mal a mi familia.
-¿O sea que tú y tu familia son de la clase asalariada? -preguntó con una sonrisa burlona causando que la mirara mal -Bueno, del estrato social medio, no te enojes -solté un enorme suspiro.
-Sí, no vengo de una familia millonaria pero por lo menos si de una honrada -frunció el ceño y yo reí bajo -No te enojes.
-Como sea, creo que no empezamos de la mejor manera, así que -se levantó de la cama y me extendió su mano -Ada Heider -tomé su mano y ella se soltó rápidamente -Te aclaro algo antes de todo, mi nombre se escribe Ada, sin h, y la a no se dice como a mas bien es como una E, así que es "Eida", solo no lo olvides y no tendremos problemas -tomó mi mano y la volvió a apretar -¿Y tú eres?
-Killua Zoldyck, y no hay otra forma de decirlo -me reí y ella me imitó.
-No me gusta que digan mal mi nombre, mi madre fue quien lo escogió y creo que es genial -se acostó sobre la cama y plantó sus ojos sobre mi -¿Te gustó tu nueva habitación?
-Es agradable y espaciosa, demasiado diría yo.
-No es tan grande, está bien para solo una persona, no creo que haya mucha diferencia a tu habitación anterior.
-¿Bromeas?, las habitaciones en mi casa miden la mitad de lo del baño y la comparto con uno de mis hermanos.
-¿Tienes un hermano?
-En realidad tengo 4.
-¡¿CUATRO?! -gritó exaltada y yo asentí -¿Todos son hombres?
-No, una es niña.
-Pobre chica, yo estaría aterrada de ser ella.
-Oye, no le va tan mal, es la consentida y si tiene su propia habitación.
-¿Es lindo tener hermanos?
-Te acostumbras a ellos -le sonreí y ella hizo lo mismo.
-Yo soy hija única.
-Y de seguro es fabuloso -afirmé mientras acomodaba varias cosas.
-Todos piensan que lo es, pero es mentira... -guardó silencio y volteó a verme -Sabes Killua, mi mamá siempre estuvo enferma, dicen que empeoró cuando me dio a luz, todos esperaban que fuera niño pero no lo fui. Mi mamá ya no pudo tener más hijos después de mi, aún así fui una niña muy querida y amada pero... Siempre he estado sola -ella miró al suelo y talló sus ojos, seguido levantó la vista y sonrió -Y siempre tengo lo que quiero, lo que desee el dinero de mi papá me lo da y así ha sido siempre, hasta a veces pido cosas exageradas para ver si me dicen no pero nunca pasa.
-¿En serio?
-Lo juro, es más, ven te enseñaré algo -se levantó de la cama y me tomó de la mano para salir corriendo de mi habitación, subimos un par de escaleras y llegamos a una enorme puerta rosa, la abrió y era la habitación más grande que jamás hubiese visto, me soltó y corrió a la cama, dio la vuelta y en manos tenía un enorme gato blanco peludo -Este es Snow, mi papá pagó 20000 euros por él -miró al gato y lo besó -¿Quién es el gatito consentido de mamá?