"Yo que sentí el horror de los espejos
No sólo ante el cristal impenetrable
Donde acaba y empieza, inhabitable,
Un imposible espacio de reflejos"
Jorge Luis Borges
Diciembre es un mes especial, nadie podía negarlo. Por más insensato o desquiciado que uno sea, resistirse a la vorágine del último mes del año es como contener un tsunami con el dedo índice. El año llega a su fin y las fuerzas son escasas, pero aun así nos esmeramos por intentar triunfar ante la imagen de las vitrinas decoradas con adornos navideños, la gente haciendo compras compulsivamente y la histeria de los niños escribiendo millones de cartas pidiendo el último juguete.
Cuando estamos próximos a fin de año todos parecen por alguna razón enloquecerse por hacer lo que olvidaron, cerrar lo que han dejado abierto o recurrir al psiquiatra al descubrir que en el balance final del año han sido una porquería; pero también a muchos esta época nos hurga el alma pues todos se reúnen en las fiestas para pasarlo en familia o amigos. ¿Pero qué ocurre con quienes no tenemos familia? Nuestros amigos festejan en sus casas con sus seres queridos, y si bien siempre hay invitaciones para sumarse a la cálida cena familiar, aún así no deja de ser incómodo. La soledad es algo constante a veces, una compañera entrañable de aventuras tal vez demasiado largas, y Diciembre no descubre nada nuevo.
Pero sin ninguna duda lo que mas ahogaba de este mes es que llega el final del año, y por consecuencia el baile de fin de curso. Hay un extraño ambiente. Hasta el mejor alumno abandona sus libros de estudio por las revistas de última moda para escoger lo "adecuado" para concurrir al baile.
El pasillo se encontraba repleto de uniformes escolares femeninos y todos ellos parecían arremolinarse entorno a un cartel pegado en la pared. No era una tipografía agraciada ni mucho menos; se notaba que aquel mensaje había sido confeccionado demasiado rápido pues aun podían observarse los renglones hechos con lápiz negro. ¿Qué tiene de impresionante un baile de fin de año? Todos se ponen sus mejores ropas, gastan dinero en algo que utilizarán pocas veces, se esmeran por conseguir pareja (si no tienes una quedas rezagado) y llegar a ser los reyes y reinas del baile.
" Gran baile de fin de curso!" se leía desde lejos, y bajo el cartel una urna extraña que todas las niñas parecían desear.
Yo solo podía observar aquel espectáculo, encontrándome totalmente sorprendido al notar que las chicas no se habían escondido al acercarme por el pasillo.
Siempre era lo mismo. Me miraban, ponían cara de terror y luego desaparecían dejándome solo en el corredor. No es que este Tensai no fuese bueno con las chicas ni mucho menos. Había mejorado un poco mi reputación al haber continuado en el equipo de basket e incluso de vez en cuando se leía alguna pancarta con mi nombre durante las prácticas; pero aun así las mujeres no han dejado de ser crueles y nunca dejarán de serlo.
Con pasos silenciosos e intentando pasar de ser percibido (como si se pudiese con esta altura...), me acerco al grupo de chicas intentando ver que ocurre. Es cierto eso que dicen : los hombres también somos chusmas.
" Sorteo del Año. Premio: ser la pareja de Kaede Rukawa en el baile de fin de año".
Bufé con algo de resignación y al mismo tiempo un tanto de ira contenida. Yo sabía que en cuando diesen a conocer la maldita idea de Ayako todo sería un caos. ¿Por qué no me habían colocado como premio? ¿Por qué siempre Rukawa? Estiré mis dedos inquietos, y luego me llevé las manos a los bolsillos del pantalón sintiendo un papel arrugado en el bolsillo derecho. Intenté recordar que había metido allí pero el enojo me había quitado las ganas de tan siquiera leer aquel papel. Tal vez una publicidad...si, eso podría ser. Pero no pude distraerme ni calmarme, siempre mis pensamientos volvían a Él y a veces era realmente una molestia encontrarme pensando en el Kitsune. Incluso intenté incursionar en la meditación pero no he hecho muchos progresos con respecto a este tema. Definitivamente es un problema.
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Pantomima
FanficAl llegar el mes de Diciembre todos padecen el cansancio acumulado, pero el baile de fin de año se encargará de regresar a la vida a mas de un alumno de Shohoku. Hanamichi Sakuragi no esta dispuesto a perder contra el Kitsune Kaede Rukawa otra vez.