Beauty of the Dark

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Cap 5

La chica se percato de la constante mirada de él, lo miro de reojo, y susurró algo entre dientes como idiota.

-Hola gatita, soy Damon, Damon Salvatore.         

Hermione lo primero que se le vino a la mente fue idiota, quien se creía para hablarle de esa forma tan sugerente, haciéndose el seductor, no es que no lo fuese, había que admitir que era un hombre muy apuesto. Era alto, de cabello negro un tan desgreñado; dentro de sus ojos claros como el agua se  podía apreciar una chispa de maldad y tristeza, mucha tristeza, era como mirar sus ojos en un espejo ¿Qué lo atormentaba, que le sucedía, que lo traía por allí? Se notaba que no era de por allí, quizá de los Estados Unidos, pero en cualquier parte del mundo esa no era la manera de dirigirse a una chica, o en especial a ella, le molestaba sobremanera que la tratasen así.

-¿Cuál es tu nombre…preciosura?- dijo mirando de manera extraña.

-Creo que no estoy lo suficientemente borracha para conversar con tanto idiota- escupió, no le gustaba que le pusiesen sobrenombre, ni apodos.

-Auch… eso dolió.- dijo pretendiendo dolor- ¿Por qué tan sola, y amargada debo aclarar?- sonrió de lado.

-No es un asunto tuyo, y si no es mucho pedir, no me atosigues, y se puedes piérdete- espetó con dureza.

-Chica ruda… me gusta ¿Quieres un trago? Yo invito.

-No gracias, ya tengo.- dijo dándole un trago a su whisky de fuego- ¿Si te digo mi nombre me dejaras de fastidiar?

-Mmmm, no prometo nada, pero inténtalo- enfatizo la última frase.

-Me llamo Hermione, y si me disculpas me largo.- dijo con una sonrisa falsa, y salió de las tres escobas.

Fuera de la taberna ya era de noche, se le había pasado muy deprisa la tarde, tendría que ir al castillo caminando, y rápido sino quería que sus compañeros se preocupasen… y si no quería morir de hipotermia. Mientras que Hermione caminaba apresuradamente por las calles del pueblo de Hogsmade, Damon  pensaba en ella ¿Cómo se atrevía a rechazarlo? ¿Que se creía? Pero eso ya estaría por verse, salió de la taberna en su busca, allí estaba ella caminando apresuradamente, temblando de frió, hasta de esa forma se veía sexy. Lo tenía decidido el probaría su sangre, no hoy, pero lo haría, dio media vuelta hacia la taberna nuevamente se sentó e inmediatamente se acerco una muchacha algo interesante, conversaron un rato, tomaron unos tragos, y cuando la situación subió de tono Damon rento una habitación, la habitación número 12, no le costó nada dejarla casi seca y divertirse un rato; todavía tenía que pensar que haría, pero en ese momento no importaba mucho luego se le ocurriría algo.

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En la escuela de magia y hechicería, Hogwarts,  un desconocido caminaba por los pasillos silenciosamente, hacia como un milenio que no venia al mundo mágico. Era una de las pocas cosas que lo impresionaban. El mundo mágico era su escapatoria, pensó. No podía dormir, su familia no lo quería, su madre lo quería matar, y la persona en que mas confiaba  lo traicionó, sin mencionar que se paso toda sus existencia  siendo cruel y vil, solo buscando la manera de no sentirse extraño, único, incomprendido, pero ya era tarde para cambiar, el seria de esa manera por siempre y para siempre, sin escrúpulo, y lo más doloroso, sin amor. El no había nacido para amar, eso lo tenía bien claro, pero… ¿Qué se sentiría? Pues eso no lo savia, y tampoco se arriesgaría a descubrirlo. Amar era una debilidad, una debilidad que nunca tendría, pero en el fondo deseaba.

El extraño recién había acabado de hablar con la directora, Minerva Mcgonagall, esa mujer sí que era estricta. Ya estaba resuelto, mañana  comenzaría las clases, no como estudiante, sino como el nuevo profeso de encantamientos. El anterior había sido brutalmente asesinado por un tal Barsany Rofersx, pero el sospechaba que el asesino era un vampiro, uno bastante astuto con un autocontrol admirable, pero a él eso no le importaba, lo único de su total importancia era mantenerse al margen para evitar sospechas ¿Por qué diría para evitar sospechas? Pues porque el era un vampiro, un peligroso, uno muy antiguo, un original.

Por el mismo pasillo en el que caminaba aquel desconocido, una castaña se dirigía hacia la sala común de premios anuales dando tumbos; no tendría que haber tomado tanto, ni haberme quedado hasta tan tarde, pensó. Cualquiera que la viese expondría que ella no era Hermione Granger la prefecta perfecta, que se trataba de alguien que había tomado una poción multijugo para hacerse pasar por ella. Sus pies no le respondían, hasta que tropezó y cayó, se golpeó la cabeza con una armadura y esta cayó, rápidamente Hermione se levanto y se recargo contra  la pared, el dolor era insoportable.

Cerca de allí aquel desconocido a causa de tal ruido se sobresalto, y quiso saber de dónde provenía por lo que silenciosamente hacia delante, una joven estaba recargada en la pared, al verlo ella huyo, pero el era un vampiro, y como vampiro era miles de veces más veloz  que ella, la tomo del cuello y la arrincono contra la pared.

-¿Qué quieres, te mando mi madre no es cierto?- dijo furioso.

-Me…ha ceess...daño- dijo la castaña mirándolo a los ojos. En ese momento, cuando los ojos de la chica se conectaron con los suyos, él se dio cuenta de que en verdad la estaba lastimando, que no era más que una inocente chica; algo… Algo en sus ojos lo cautivo, esos ojos castaños tan llenos de vida, tan llenos de luz…La soltó de repente, pero no se alejo;  ¿Qué hice? Pensó. La examino en silencio, era preciosa, su cabello castaño ondulado, sus grandes ojos, que ahora transmitían terror, eran hermosos; seguro seria su alumna, no podía dejar que ella desvelaría su secreto, es mas lo vería como un monstruo… Tan inocente se veía…

-¿Quién eres? ¿Por qué me atacaste? Seguro eres tu el que mato al profesor Filius… y a mi padre y ahora vienes por mi ¿No es cierto? – dijo ella mirándolo inquisidoramente. El se quedo callado, se separo de ella, y le dijo:

-, Amor, que no te aterrorice, no voy a matarte, pero…- dijo acariciando su mejilla, y mirándola a los ojos dijo- No recordaras nada de lo que acaba de pasar, Obliviate- susurro con un movimiento de barita.

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A la mañana siguiente Hermione despertó con un ligero dolor en la cabeza, seguro me golpee y no me di cuenta por la borrachera que tenia, pensó. Era lunes, por lo que se baño rápidamente, se alisto, agarro su mochila y bajo a su primera clase del día, ya era tarde para ir a desayunar, tenia Encantamientos en la primera hora, así que corrió por los pasillos del castillo, no quería darle una primera mala impresión al nuevo profesor, al llegar Harry y Ron ya estaban sentados, Harry estaba sentado con Ginny, y Ron se apresuro a correr sus libros y dejarle lugar a Hermione, ella tomo el lugar y empezaron a hablar de cosas sin importancia, como de quien sería el nuevo profesor, pero la conversación fue interrumpida por un joven de no más veintitrés años, que llamaba la atención a la clase.

-Hola a todos, yo soy el nuevo profesor de Encantamientos, me alegra poder enseñarles, pero siento mucho la muerte de el señor Flitwick… a y por cierto mi nombre es  Niklaus Mikaelson.

Having my own wayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora