Capítulo 9

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Los cuatro salieron de la casa y cerraron la puerta. Por fin se habían ido, no sé porque pero me apetecía mucho que se fuesen, cuánto más tarde volviesen mejor.

-Tú y yo solos en la casa, quién lo iba a decir- rió Louis.

Le lanzé una mirada asesina. No me acordaba de que estaba conmigo.

-Maldito seas Louis... ¿Porqué existes?- pregunté enfadada.

-Preguntáselo a mi madre- respondió burlón.

Me fui a sentar en el sofá cuando Louis se levantó y vino hacía mí. Retrocedí varios pasos pero él cada vez se acercaba más, seguí retrocediendo hasta que toque la pared. Ya le tenía a escasos centímetros de mi rostro. Me quedé callada. "Este chaval esta loco, como se atreva a besarme le hago un tatuaje gratis en la mejilla" pensé. Louis entrelazó mis manos con las suyas y las apoyó en la pared mientras acercaba sus labios a los míos. "Tú, atrévete" pensé. De nuevo se acercó a mis labios, no faltaba ni un centímetro para que los pudiese rozar. Estuvimos así unos segundos más que me parecieron minutos y de repente me suelta las manos y se separa de mi. Me quedé apoyada en la pared.

-Jajajaja, tenías que haber visto tu cara. ¿Enserio pensabas que te iba a besar?- me preguntó riendo.

"De ti podría pensar cualquier cosa" me dije a mi misma.

-No- mentí.

-Te dejas llevar muy fácilmente y me ha extrañado un poco que no me pegases un empujón antes de tiempo- dijo Louis.

-Sabía que no te ibas a atrever, así que... ¿Para qué resistirse?- dije segura de mi misma.

-No sé... Eres Mila, la hermanastra malvada, estaba seguro de que ibas a reaccionar- rió.

-Ya te he dicho, no merecía la pena reaccionar- respondí con un tono de superioridad. Tengo hambre, ahora si no te importa, no me molestes.

-Yo también teng...- intentó decir Louis.

-Shh...- le mandé callar poniendo mi dedo índice sobre sus labios. No soy tu chacha, no pienso prepararte la comida- sonreí apartando mi dedo de sus labios bruscamente.

Oí como Louis resoplaba cuando yo entraba en la cocina, le había jodido que no cediese a prepararle la comida.

Saqué una ensalada ya preparada del figorífico y me senté a tomarla tranquilamente. Estaba deliciosa.

-¿Tú no tenías tanta hambre?- le pregunté.

No me respondío. Se había picado, esta acostumbrado a que le obedezcan a todo y de repente llego yo y no lo hago. Esta molesto.

Alguien llamó a la puerta. "¿Quién sería a estas horas?" me pregunté.

-Voy yo- dije al ver que mi hermanastro no tenía intenciones de abrir la puerta.

Me dirigí hacia la puerta y abrí despacio, podía ser cualquiera. "Pero ¿que?" pensé al abrir la puerta completamente. ¡Era Luk! Nos quedamos mirandonos un rato, me quedé en shock.

M de MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora