Capítulo 17

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-De acuerdo- dije, los nervios me estaban carcomiendo, pero ya no sabía en quien confiar. -¿escuchaste sobre el suicidio de Wendy?- pregunté sabiendo cual es su respuesta. Asintió. Y comencé a explicarle todo lo que me ha pasado y le propuse ayudarme a llegar a fondo con todo esto.

-Bien, comencemos con Anónimo- le empecé a platicar desde el principio sobre éste, por sus expresiones quedó sorprendido.

-Es alguien que sabe muy bien sobre ustedes. Debe ser alguien cercano- pensó en voz alta. Salió de mi casa y un poco desconcertada le seguí hasta la puerta principal, ví que abrió la cajuela de su auto, sacó su mochila y volvió a entrar.

Nos sentamos nuevamente en la sala y sacó su laptop.

-Voy a tratar de rastrear el número de donde te manda todos esos mensajes- explicó, tecleó rápido y salían ventanas nuevas a lo cual trataba de entender que hacía. Tardó un momento hasta que habló- Es listo. No se puede rastrear su número- bajo sus hombros.

-De acuerdo- suspiré- De mis verdaderos padres, ¿crees que podamos averiguar algo sobre ellos?- lo miré esperanzada.

-¿¡Qué dices!?- me miró sorprendido. Le expliqué mientras salía un mar de mis ojos, era un dolor profundo el que sentí cuando le conté todo lo sucedido estas últimas semanas. Ya no podía confiar en alguien, el era lo último que tenía.

Me abrazó, era un cálido abrazo. Traté de calmar mis lágrimas, tenía que ser fuerte y encontrar la verdad detrás de todo esto. Ese era mi objetivo.

-¿Has pensado ir a Londres?- me miró a los ojos.

Asentí.

-Tenemos que ir, así...-

-¿¡Te das cuenta lo que dices!? ¡ME VENDIERON, ALEXANDER! No les importé a mis padres biológicos. Y luego están las personas que subastan a los niños. ¡Es un campo muy peligroso! No se que tipo de gente pueda estar ahí, y claro, son personas peligrosas. No sólo eso, me trataron como un objeto, como si fuera una mercancía.- moví mis brazos al aire sacando toda mi furia, recordando los papeles- Y todavía Anónimo me preguntó por Wendy, ni siquiera se que tiene que ver con que haya sido tratada como mierda.

-Hay que buscar una forma para averiguar sobre eso Elizabeth- habló muy calmado Alexander con los codos recargados en sus piernas mientras las manos las tenía cruzadas, estaba muy atento a lo que decía. El si que sabía mantener compostura ante situaciones difíciles- Es un campo muy peligroso, no será nada fácil.

-¿Puede haber una manera de investigar sin meternos?- pregunté

- Tal vez, pero si nos descubren, nos pueden matar- analizó.

Todo se quedó en un silencio pesado. Analicé todos los peligros que podía correr, mi intriga por saber me decía que me metiera a ese campo, pero mi cerebro e instinto de seguridad me decía que me alejara y no me metiera más.

-Elizabeth, estoy preocupado por ti, no puedo dejar que hagas una locura- sus ojos reflejaban preocupación.

-Lo pensaré- admití.

(...)

Escuché la puerta abrirse, sentí que me erizaba la piel. No sirvió de nada que me haya enterado de que soy "adoptada" (por ponerlo en palabras amables).

-Elizabeth, ya llegué- abrió la puerta de mi habitación.

-Hola mamá, ¿qué tal te fue?- la abracé, sin embargo, ya no sentí amor en su abrazo. Tal vez yo cambié.

-Hubo complicaciones, pero sabes que no me gusta mezclar el trabajo con la familia- me dió un beso en la coronilla.

-De acuerdo- me separé y le sonreí.

-Por cierto- habló mi mamá- ¿has sabido algo de Wendy?- se sentó en mi cama y yo la acompañe.

-¡Ja! ¿Qué voy a saber de Wendy si se suicidó? Está muerta, estos días me he sentido sola sin su compañía, ir a la escuela no es lo mismo sin ella. Si a eso te refieres, pues eso es lo que sé desde que se suicidó- dije sacudiendo mis brazos.

-Antes de llegar ví a John, y me preguntó sobre Wendy. El aún no cree que se haya suicidado- me miró seria- Me dijo que ya van dos veces que ha visto a Wendy. Una en la biblioteca donde él trabaja y la otra en la carretera saliendo de la ciudad.

¿Suicidio? -EN EDICIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora