Capítulo 20

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En estos momentos no le encuentro sentido a mi vida. Sé que tengo a Diane, Chris y Alexander pero me siento vacía. De un momento a otro, tenía mucho sueño, sabía que estaba en depresión, pues naturalmente me siento así cuando estoy triste.

Me levanté del sillón y subí a mi habitación, me recosté en mi cama hasta quedarme dormida.

Chris POV'S

Estaba en la cafetería con ese chico lindo, su compañía me hacía sentir bien. Podía olvidarme de mis problemas en casa y de Anónimo.

-¿Qué piensas?- acarició mi mano el castaño, despejándome de mis pensamientos.

-Oh, nada... Apenas te conozco y tú compañía es bastante agradable- le sonreí.

-¡Hey! ¡Para!- me empujó suavemente- Haces que me sonroje- se tapo la cara con una mano, y rió nerviosamente.

-¿Por qué? Es la verdad y hablando con honestidad, eres bastante guapo- ¿qué diablos dije? Creo que me estoy dejando llevar. Pero no podía negarlo, es muy guapo.

-Jajaja ¿siempre eres así de directo?- me miró fijamente a los ojos lo cual hizo que me estremeciera, me gustaba como me hacía sentir.

-No- respondí sonriendo, el me hacía sentir cosas que nadie más ha logrado.- Eres al primero que le digo algo así- admití.

-Quiero ser el primero en todo- me besó suavemente en los labios. Dios mío... Este chico si que sabe besar, por ese momento olvide todo, el tenía ese algo que nadie más puede tener. Se separó poco a poco de mi.

-Gideon, ¿te gusta bailar?- pregunté curioso.

-¿Es mucho decir que amo bailar?- rió. Me gustaba mucho su risa.

-¿En serio? Ven, acompáñame- me paré de mi silla y jalé de su brazo, nos dirigimos al estacionamiento y me subí del lado del piloto mientras el en el copiloto, aunque el auto era de él.

-¿Cómo piensas conducir si el que tiene las llaves soy yo?- sacó de su bolsillo derecho del pantalón las llaves.- Eres muy tonto.- ambos reímos. Cogí las llaves, encendí el auto y maneje.

Llegamos a un lugar al que yo solía ir en secundaria, la sala de baile, mis padres son dueños del lugar. Cada vez que me sentía triste, frustrado, venía a bailar, cantar. Generalmente venía cuando era de madrugada y no había nadie.

-¡Wow! Es muy grande- se asombró y estaba observando cada detalle del lugar. Las cuatro paredes lo tapizaban los espejos.

-Si- no supe que responder. Volteó a verme muy contento y me jaló del brazo hasta llegar al otro extremo. Dejó su chaqueta, sacó su celular del bolsillo derecho, ví que movió los dedos haciendo no se qué. Escuché la canción Monster de Exo. Me sabía la coreografía y ambos comenzamos a bailar tan coordinados, a excepción de una vez que me equivoqué y ambos reímos.

Al terminar la canción, a fuera se escucharon balazos, rápidamente Gideon quitó la música de su celular. Ambos estábamos asustados. Toda la gente corría y gritaba. Sonó mi celular, mi corazón latía muy fuerte que sentí que se me salía...

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Pero fue el diablo quien alas te dio.

¿Suicidio? -EN EDICIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora