¿El destino o mala suerte?

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Ume Sakura. Chica que ha de estudiar en un lugar extranjero, hace una semana voló hasta un lugar completamente nuevo para ella. Vivía a base de su alto nivel de inglés aunque su pronunciación a veces no era la más correcta de  todas, al menos tenía la ventana a la comunicación accesible. Ya era algo para ella. 

Por desgracia, el role de chica nueva no es muy bueno que digamos y aunque tuviese la posibilidad de comunicarse con los demás alumnos no lo haría. Habían pasado un par de semanas respecto a su llegada y Ume no tenía ninguna amistad fuera de las clases. 

Las tardes cuando no se las pasaba estudiando, aprovechaba para hacer vídeo llamadas con su única amiga, Tenshi. Era lo que era capaz de hacer allí, vivía a base de ramen, pan y agua. No era de comer demasiado por lo tanto eso le bastaba y sobraba. Tampoco es que fuese partidaria de gastar millonadas de dinero en comida que no se iba a comer, ella se conocía bastante bien en ese ámbito. 

Parecía mentira que acabase de llegar y ya tuviesen siete exámenes planeados. 

Ume: Estudia decían... será fácil decían...-reguñó restregando su cara en la palma de la mano.- ¡Abrirá puertas decían! 

Gritó en su pequeño apartamento. Enterró su cara entre los puños y furiosa cogió un libro. Apretó los dientes y seguidamente lo lanzó contra la puerta de su habitación. 

Ume: ¡¡¡ESA ES LA ÚNICA PUERTA QUE ME ABRIRÁN LOS ESTUDIOS!!!   

Tras el golpe chocó con fuerza contra el seguro del suelo impidiendo que diese contra la pared, pero aun así se las apañaba para hacer un boquete en gotelé. Se levantó de la silla para comprobar como estaba aquel agujero. 

Ume: ...meh...- dijo tras pasar su dedo por le surco. Salió de su dormitorio hasta su "cocina", si se podía considerar cocina a una nevera, un metro de encimera y un fogón.- La otra puerta que me abrirán los estudios será la del refrigerador... Estudiar me da hambre... 

Se agachó para observar lo que había, su nevera no llegaba al metro y medio de altura. Tras ver lo llena que estaba, sarcásticamente hablando, sacó un bolsita de mini-fuets que compró a lo equivalente de un euro en el Chino de la esquina. 

Seguido de esto regresó a su habitación para seguir estudiando. 


[....] 

Abrió forzosamente los ojos y se limpió la baba. 

Ume: Oh mierda... he manchado el libro...- paso su manda por encima.- Ale, apañao'.- solo lo había empeorado.  

Se estiró sin escrúpulos bostezando como si de un león se tratase. 

Llamen al zoo, por favor. 

Tras desperezarse, abrió los ojos fijándose en el reloj. 

Ume: ¡HOSTIAS! 

Torpemente se levanto de la silla, casi le cuesta la vida a su dedo meñique, no lo estampó contra el pico del escritorio de puro milagro. Salió a toda prisa de su habitación con intención de ir a por la mochila. Sin piedad se golpeó el dedo contra el marco de la puerta. Estaba tardando es ser torpe. 

Ume: ¡Me cago en la...!- se mordió el puño mientras saltaba a la pata coja por su corto pero existente pasillo. 

Llegó a la mochila, la llenó de libros y cuadernos al estilo random. Lo mismo se dejaba la necesario tirado por el sofá pero eso no era de su interés ahora. ¡Lo importante era llegar a tiempo!

Dancin' with the sinnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora