¡¿Su nuevo hogar?!

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Después de quedarme con la vista en la mansión me di la vuelta y aunque el taxi ya hubiese desaparecido entre la niebla le hice un corte de manga. 

Ume: Juro que como me le vuelve a encontrar la pagará caro...- bufó mientras pataleaba la arena del camino.- Y hablando de pagar... No me ha cobrado.- comenzó a reírse sola, que escena mas bonita. En la oscuridad del bosque una chica riéndose como una puta loca, si alguien pasaba por allí estaría corriendo por su vida ahora mismo, eso o estaba cargando las escopeta. 

Suspiró y siguió caminando. Andaba a paso lento y despacio levantó la cabeza para observar con cautela el exterior de esa inmensa casa. Nunca había visto algo parecido pero su rostro mostraba indiferencia, rara era la vez que se sorprendía por algo. 


[...] 

/Ume/ 

Apreté los labios, aquello me daba mala espina, pero aún así no tenía otra opción. Era aquella casa tan tétrica o caminar a través del bosque y... estaba loca, pero no tanto, además ¿quién sabe si me encontraría con ese idiota de nuevo? Al acordarme del chico arrugué la nariz. Decidida observé la verja que se encontraba frente a mí. 

Oscura y alta... mal rollito. Un escalofrío me recorrió la espalda, mi instinto me decía de no entrar y mis pies parecían pesar por un momento, pero debía hacerlo.  Permanecía observando la mansión aún sin abrir aquella puerta que estaba a pocos metros de mi cara. Parpadeé, en verdad estaba dudando muy seriamente si entrar o no. 

Ume: ¿Ume, eres tonta? Solo es un casa.- comencé a hacerme un monólogo.- Pero... ¡Nada de "peros"! ¡Hay que entrar! 

Me grité a mí misma apretando el puño y frunciendo el ceño, volviendo a mirar aquella estructura, esa expresión volvió a cambiarse por una mucho más sumisa y asustada. 

Ume: Vamos...- susurré animándome. Alargué la mano para abrirla de un empujón, pero la encogí de nuevo. "¿Qué estaba haciendo?" Sacudí la cabeza, tragué saliva y apreté el puño alrededor de uno de los barrotes permitiéndome el paso.

Suspiré. No fue para tanto. Sonreí en la mente pero mi cuerpo se mantenía en tensión  y alertado. Caminé con paso firme y confiado, aunque prestaba atención a cada milímetro de aquel paseo de piedras. 


[...] 

Finalmente subí un par de escalones para terminar delante de un portón enorme. Antes de que pudiese llamar, se abrió ella sola. 

Ume: Joder... Ni "Slenderman" me había asustando tanto...- entré aún con ese paro cardíaco mientras apretaba el asa de la mochila. 

Mis ojos recorrieron toda la habitación y aunque me encontrase en medio de esta, no dije ni una sola palabra. El silencio era sepulcral hasta que la puerta se cerró ferozmente a mis espaldas, lo que me volvió a asustar. 

Ume: ...joder... Espero no haber alertado a nadie...- susurré cerrando un ojo debido al golpe. 

???: Cuida tus modales. 

Un chico de pelo gris oscuro y con gafas apareció por uno de los laterales. "Mierda" pensé, aunque por otro lado era lo que buscaba ¿no? Alguien a quien pedir ayuda. 

Ume: Perdón... ¿podría-...? 

???: No hay tiempo, pasa, te estábamos esperando.- lo dijo serio cortando mi pregunta antes de que pudiese formularla. 

Dancin' with the sinnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora