Los calurosos rayos del sol, indicando un nuevo día, despertaron a cierto albino. Esté dio un bostezo muy fuerte, sí que había dormido muy cómodo. Formo con su mano derecha un puño y con sus nudillos empezó a refregarse en su ojo derecho, bostezo nuevamente y su vista se encontró con el gran ventanal que iluminaba aquella habitación. Y para darle un toque especial, las cortinas rojizas contrastaban para darle aquel tono a la habitación.
―Que hermoso sería despertarme así siempre ―Se murmuró a sí mismo, y él lo creía así completamente.
Se levantó con mucha pereza y flojera, lo que más detestaba ahora mismo era salir de aquellas sabanas y aquel confort que lo envolvían delicadamente. Sus ojos pesaban y de vez en cuando daba uno que otro bostezo.
Aunque noto una nota al lado de la almohada, eso fue más que suficiente para que su sueño desapareciera y le prestara atención a aquel papel blanco envuelto. Era como una especie de pergamino, un fino lazo rojizo lo envolvía.
«Rojizo...». Pensó para sus adentros, de cierta manera ese color le recordaba a quien le dio hospitalidad, quien permitió que fuera su huésped esta noche, quien también lo desprecio al principio y le dijo cosas horribles.
Pero también lo que se prometió a sí mismo, el trataría de acercarse a él. Aunque creé que no serviría de nada, es muy cerrado y borde, pero también divertido cuando quiere. Recordó el gesto que le hizo cuando le paso con su madre para que hablara. Le dio escalofríos, era la primera vez que lo vio así y se aseguraría que no sea ni la primera vez, quería que sea la segunda; tercera o si es que sea para siempre.
Y una promesa nunca se rompe, solo se rompe las promesas vacías. Y él demostraba todo lo contrario, se esforzaría al máximo con el azabache.
―¿Señor Silver? ―Tocaron la puerta llamando su nombre, eso lo atrajo a la realidad―. Señor, el desayuno está listo ―Aviso.
―Ya voy ―Avisó con una cálida voz.
Sabía que era irrespetuoso, pero abrió los grandes ventanales y vio la vista desde el balcón. El sol ya estaba en el medio del cielo y sus ojos contrastaban con aquel color intenso, sus pupilas viajaron en aquella ave que solo volaba en aquel cielo que empezaba a tomar un color celeste intenso, aunque de cierta manera todo aquel espectáculo le producían una increíble paz. Solo se recargo en la baranda de mármol blanca, y se dedicó a admirar tal paisaje.
―¿Admirando el paisaje? ―Se dio la vuelta sorprendido―, no te sorprendas, que no soy una celebridad ―El sarcasmo iba dirigido como balas veloces.
―Buenos días Shadow ―Saludo con alegría, pero por dentro estaba entre aturdido y triste.
―Buenos días ―Le respondió tajantemente.
Silver solo suspiro y se dio la vuelta, mirando nuevamente aquella belleza que lo cautivo y apartar sus palabras de su mente.
«Empezamos mal, Silver reacciona». Pensó internamente, no sabía que tema sacar para charlar y relajar la tensión que había entre ellos.
―Creería que las del servicio ya te avisaron del desayuno ―Shadow sabía que solo acercarse a él habría tensión. Así que decidió sacar tema.
―Claro... ―Susurro mientras se removió en su sitio.
Shadow dio un paso, luego otro, y otro, hasta quedar al costado de él. Silver solo ahogo un grito, se había sumido en sus pensamientos y apenas noto al azabache al lado de él, juraría que el grito interno que se guardó lo hubiera escuchado él.
―¿Q-qué p-pasa? ―Si antes no estaba incomodo, ahora estaba tartamudeando.
«¿Lo pongo nervioso?... Se ve tierno sonrojado. Pero tierno, no de otra cosa Shadow, no vayas a ser como ellos». Pensó para sus adentros, no quería ser gay. Lo admitía que era medio homofóbico, pero le divertía ponerlo nervioso.
ESTÁS LEYENDO
➹Dancemos Bajo La Lluvia ❥「Shadilver」
Fanfiction✎Un erizo de mente cerrada, metido solamente en su trabajo. Un erizo blanco con una timidez inusual en esa época, ambos se verán envuelto en problemas y aventuras que podrían terminar siendo amorosas. Un escape a todo lo que da el motor, ¿podrá hace...