Capitulo 3

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Nat's POV

Si digo que su amenaza no me asusto, mentiría. Porque si lo hizo, y mucho.

–Hay que prepararse para su próximo ataque– dice Aaron, ya de nuevo en Alpha Betta–. Nunca se sabe lo que pueden hacer esos australopithecus con la mitad del cerebro muerto.

–Sip. Hay que estar preparadas.

–¿Pero contra qué? Si ni siquiera sabemos su próximo ataque– digo. Aaron me mira furiosa.

–Bueno ¿Quieres ir a preguntarles? Tal vez hasta te digan todas las bromas que tienen pensadas– espeta.

–Wow Aaron. Tranquila. No te la tienes que descargar con Nat, sino con ELLOS– veo como Aaron suelta todo el aire contenido.

–Sí, es verdad– admite algo ¿Sonrojada?– Perdón Nat...

–Em. Ar, ¿Llegó Andrés?– pregunta Mica. Parecía que había notado a Aaron un poco sensible hoy.

–N-no ¿Por qué?– pregunta nerviosa. Luego procesa lo que hizo–. Argh ¿Yo tartamudeando? ¿Y poniéndome roja? Definitivamente Andrés me hace mal– hace una mueca de dolor–. Y Dolores también.

–Bueno, no sé. Tendremos que sentarnos a esperar su próximo ataque– dice Mica–. Ahora es la maratón de Supernatural. ¿Vamos?– todas nos paramos y vamos al living, donde está nuestra hermosa TV esperándonos.

Mica toma el control y prende el televisor. En esta se ve un vídeo de los chicos de Omega Kappa, que sólo dicen una cosa:

–¡Dijimos que nos vengaríamos!– gritan todos. Y dicho esto, el plasma se apaga. Mica prueba suerte, pero no funciona. Está muerto.

Y la gota que rebalso el vaso: Tres baldes enteros llenos de agua caen sobre nuestras cabezas. Aaron grita de exasperación; Mica mueve la cabeza indignada, y yo me quedo callada.

Todas nos saludamos y nos metemos en nuestras habitaciones.

Cuando estaba a punto de dejarme caer en el mundo de Morfeo, el grito de Mica me alarmó.

Salgo y me encuentro con una Mica envuelta en los brazos de Aaron, la cual la intenta consolar.

–¿¡Qué le paso!?– pregunto asustada.

–Nada. Sólo una arañita– Aaron se encoge de hombros. Logro ver como poco a poco le van saliendo ronchas en el cuerpo.

–No era sólo una arañita...– dice Mica entre sollozos.

–¡Aaron!– grito–. ¡Tu cuerpo!– ella se mira.

–Ah, sí. Sólo un poco de polvo pica-pica en mi cama. Es todo– se encoge de hombros.

–¡Pero eres alérgica! ¿Te duele?–le pregunto mientras le toco los brazos.

–No, me hace cosquillas– me responde sarcástica. Mica mira a Aaron alarmada.

–¿¡Qué!? ¿¡Eres tonta!? ¡Puedes terminar en el hospital!–corro a la habitación de Aaron a buscar en el botiquín el ungüento raro para las alergias de Aaron.

Y sí, cuando se hacen bromas hay que estar preparada con un botiquín.

Uy sí porque tu haces bromas todos los días, de todas las semanas, de...

Okey, ya entendí.

Cuando vuelvo le aplico la cosa rara a Aaron y le digo que vaya a dormir a mi habitación, que no tiene polvo. Creo. Ojalá. En serio espero que no tenga polo. 

–¿Y qué pasa con la araña?– pregunta Mica asustada.

–Nada. Ya la mate–le responde Aaron.

¿Travesuras? ¿Dónde?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora