¿Travesuras? ¿Dónde?

Capítulo 54

Aaron's POV:

Me despierto con un montón de crema de afeitar en el pelo. Cuando me miro en el espejo, no puedo evitar notar que parezco Washington, a pesar de que yo soy más sexy.

Me río frente a la ocurrencia de Shawn, pero a pesar de que es mi novio y lo amo, esto no se va a quedar así.

Así que agarro mi teléfono y llamo a Pepe.

Esto va a estar bueno.

Shawn's POV:

Aaron me abraza por atrás y sonrío. Me volteo y la miro a los ojos.

- ¿Te gustó mi regalito? - pregunto con sorna. Ella se ríe.

- Sí. ¡Ah! El director te pide que lleves esto a la secretaría. -

- ¿La secretaría? ¡Pero eso queda a dos cuadras de acá! - ella se encoge de hombros.

- Dijo que hay un taxi esperándote. - Me tiende un documento con la firma y el sello del director.

- Dale, ya lo llevo. Dani, vamos - agarro a mi amigo que estaba echado sobre el casillero perdido en sus pensamientos.

Salimos y vemos un taxi. Sin dudarlo nos subimos y le doy la dirección.

Pero el conductor se va hacia el lado contrario.

Por favor que esto no sea un secuestro. Por favor que esto no sea un secuestro.
Por favor que esto no sea un secuestro.

El conductor frena frente a una granja. Nos tiende unos suéter rojos. Lo miramos extrañados y el hace una seña para que nos bajemos.

Lo hacemos e inmediatamente nos damos cuenta de para que son los suéter. Nos lo ponemos porque el frío de acá arriba está que te cagas.

Un bufido nos hace voltear. Un toro nos mira con suma atención.

- Dani... ¿Por qué éste toro nos mira tanto? - pregunto nervioso.

- No sé. Lo único que conozco sobre ellos es que les enoja el color rojo... - miro a Dani con ganas de darle una piña.

- ¡Los suéter son rojos, imbécil! - miramos al toro asustado. - Hagas lo que hagas, no... - Es demasiado tarde. Steven ya está corriendo despavorido hacia el lado contrario. Lo sigo, sintiendo como el animal nos persigue.

Corremos sin importar que pisamos. Hasta creo que Dani pateó una gallina inocente.

Por el rabillo alcanzo a ver un pantano. Puede que sea la solución.

- ¡Dani! - grito - ¡El pantano! - él parece que entiende, porque cambia de dirección y se tira.

Buscamos al toro con la mirada y lo vemos en la orilla, mirando con furia los suéter.

Dani y yo nos sacamos los suéter y lo tiramos bien lejos. El toro corre hacia allá.

- ¡Ahora! - grito. Salimos corriendo.

Vamos a lograrlo. Vamos a lograrlo. Vamos a...

Siento como algo me toma del tobillo y me cuelga de un árbol. Dani sigue corriendo.

- ¡Dani, idiota! ¡Ayudame! - grito. Dani para y se voltea.

- ¿¡Qué haces ahí!? - pregunta.

- Ay, no sé. Sólo estoy apreciando el paisaje desde otro punto de vista. - contesto sarcástico. Tanto tiempo con Aaron me está afectando.

- Esperá. Ya te bajo - empieza a trepar el árbol, hasta llegar a la rama en donde estoy colgado.