Eran cerca de las seis de la tarde, Samuel se encontraba solo en casa, pues su compañero había salido a hacer la compra semanal, estaba ahí recostado en el centro de su cama, esa cama que le había otorgado largas noches de descanso, su vehículo al mundo de los sueños, pero que al mismo tiempo, había sido testigo de las interminables noches de pasión y de las que se deshacía en incontables mimos y caricias con Guillermo.
"Guillermo, Guillermo" se repetía mientras admiraba la blancura del techo de la habitación.
"¿Por qué tenía que conocerte?, ¿Por qué tuve que aceptar vivir contigo?, ¿Por qué me arriesgue a ir contra el mundo por estar a tu lado?, ¿Por qué aceptaste casarte conmigo sin importarte nada?, ¿Por qué, por qué?" y la respuesta a sus preguntas seguía sin ser la esperada en su cabeza, la solución a todos esos cuestionamientos estaba clara, pero se negaba a aceptarla, después de todo si fuese tan simple no se encontraría metido en este gran problema.
Porque te amo, hice todo aquello, porque te amo
No supo en qué momento se había quedado dormido, pero aquel aroma tan familiar y ese cálido beso en su frente lo hizo abrir perezosamente los ojos, al ver los hermosos y achinados ojos de su esposo, esa sonrisa típica de él, la que reflejaba el profundo amor que le tenía a ese chico, se pintó en sus labios, de inmediato ese gesto fue correspondido seguido de una caricia para acomodar su desordenado cabello, caricia que recibió y, tenía que admitirlo, había disfrutado como siempre.
-Hola – dijo en un susurro Guillermo
-Hola – respondió con voz perezosa – me quede dormido – explicó sin razón mientras estiraba los brazos por sobre su cabeza para eliminar el entumecimiento ocasionado por la siesta.
-Ya me di cuenta – la voz dulce de Willy lo hacía olvidarse de todo, pero claro estaba, su mente no dejaría pasar sus conflictos tan fácilmente.
-¿Dónde estuviste toda la mañana? Desperté y no estabas – preguntó repentinamente el menor de ambos, mientras se recostaba en la cama para recargar la cabeza en el pecho de Samuel.
Entonces recordó todo, se había levantado temprano, pues de esta forma aseguraba que su esposo no se despertaría, "Después de todo despertar temprano siempre le costaría la vida entera, pasaran los años que pasaran". Recordó su cita con el abogado, quien de inmediato puso ante sus ojos los papeles que le había solicitado semanas atrás, los papeles de divorcio.
"Debes dárselos lo antes posible, así podrá conseguir un abogado y podremos llegar a un acuerdo lo antes posible". Esas habían sido las últimas palabras del hombre al entregarle aquel folder tan impersonal.
"¿A un acuerdo?" se estaba haciendo esa pregunta desde que había salido de la oficina del licenciado, ¿A qué se refería con "llegar a un acuerdo"?, para él estaba claro que todo lo que había adquirido durante su matrimonio con Guillermo se lo daría sin objeción, de hecho resultaría más fácil dejar aquella casa llevándose únicamente su maleta de ropa, pues cada uno de los objetos en ese lugar le recordaban a él y su vida juntos, y eso era lo que quería olvidar.
Aunque nunca podré olvidarte, porque eres el amor de mi vida.
-Sí, tenía algo que hacer y no quise despertarte – mintió Samuel tratando de evitar el tema, sin embargo se conocían demasiado y apenas terminada aquella frase, su aun esposo detectó la mentira en su tono de voz.
-¡Oh! Ya veo – dijo con decepción Guillermo, mientras pasaba suavemente sus dedo por el pecho del mayor intentando restarle importancia al asunto, sin embargo siempre le dolía cuando Samuel mentía, incluso aunque fuese por una sorpresa o por tonterías.
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El amor acaba (Wigetta)- MiniFanfic
Fanfiction"(...)Porque el corazón de darse, llega un día que se parte, El amor acaba, Porque llega a ser rutina, la caricia mas divina El amor acaba, Porque somos como ríos, cada instante nueva el agua El amor acaba (...)" -Manuel Alejandro- ¿Y...