Habían transcurrido siete horas de las casi 12 de vuelo que les aguardaban, Guillermo había cambiado un sinfín de veces su posición, intentando coger la más cómoda para dormir un poco sin obtener un resultado óptimo, entre tanto Samuel seguía sumergido en el juego que había elegido para pasar el tiempo, sin embargo, aunque lo intentara no podía ignorar el constante movimiento de Willy. Finalmente para el enésimo intento de encontrar una posición cómoda, Samuel cerró la consola desesperado y jaló el cuerpo de Guillermo abrazándolo contra su pecho, de inmediato el menor despertó ante el repentino contacto.
-Sa-Samuel ¿qué haces? – dijo con voz perezosa, observando la seriedad en el rostro de su esposo mientras mantenía los ojos cerrados.
-Intento dormir, ¿tú que crees? – respondió aferrándose un poco más al cuerpo de Guille y reposando la cabeza en el respaldo del asiento dispuesto a dormir.
-Lo siento si te desperté, pero de verdad no puedo acomodarme en este lugar- dijo cabizbajo intentando incorporarse. De inmediato fue rodeado con más fuerza por los brazos del mayor y colocado en la posición más cómoda sobre su pecho nuevamente.
-Si te mueves o intentas irte de nuevo, te juro que te estampo un pie en la cara, ahora intenta dormir que aún faltan muchas horas en este avión – suspiró profundo intentando conciliar el sueño. Tras aquella breve conversación ambos cayeron rendidos en los brazos de Morfeo hasta su arribo en Los Ángeles.
Decidieron hospedarse en un hotel pese a la invitación de Luzu y Lana de quedarse en su casa durante esos días, ambos consideraron que lo mejor sería mantener lo del divorcio entre ellos y al estar tan cerca de su amigos no podrían evitar el tema, así que mantendrían el asunto en secreto, al menos por el momento.
La habitación era bastante grande y lujosa, con dos camas individuales en el centro y un gran ventanal que ofrecía una de las mejores vistas de la ciudad; al observarla Guillermo pudo comprender con amargura que aquello se asociaba a la decisión de Samuel, pues al haber hecho él la reservación con varias semanas de antelación suponía que el divorcio era una idea concreta que lo único que necesitaba para llevarse a cabo era el conocimiento del menor, a pesar de ello le hubiese gustado mantener la esperanza y dormir un fin de semana más al lado del amor de su vida.
-¿Damos un paseo, o estas muy cansado? – dijo Samuel abrazando al más joven por la cintura y apoyando el mentón en su hombro.
-Vamos a caminar – respondió, sacudiendo los pensamientos negativos de su mente – Tengo entumecidas las piernas por estar en la misma posición tanto tiempo – finalizó girándose para quedar de frente a su esposo y dejar un corto beso en sus labios.
Caminaban de la mano por el Pier, no era algo común en ellos, ya que siempre habían sido reservados, sin embargo Samuel creía que en aquel momento esas muestras de afecto eran más necesarias que nunca.
Conversaban de temas al azar, haciendo planes juntos, como siempre, enfatizando en "lo que molaría ir a tal o cual país", nuevamente el tiempo parecía estar a su favor y haberse detenido solo para ellos. Tras varios minutos de caminata y larga charla, Willy se detuvo a comprar una golosina en uno de los múltiples locales del lugar; mientras Samuel esperaba pacientemente, algo frente a sus ojos lo hizo sentir como si de nueva cuenta acabara de ser golpeado justo en la frente.
A su lado un niño de no más de 3 años era sostenido en brazos por un hombre de más o menos su edad, mientras el pequeño gritaba alegremente un ¡Papi, papi! a otro chico no mucho mayor que Guillermo, quien al llegar hasta él le dio uno de los helados que sostenía y besó de manera dulce a quien cargaba al pequeño niño.
Entonces pudo recordar que apenas hace unos meses habían conversado sobre adoptar un bebé, no podía creer que ahora esos planes ya no eran nada para ninguno de los dos, y la idea de formar una familia se había desvanecido.
-¿Qué pasa? – dijo Willy extendiéndole la bolsita de gominolas de fresa e introduciéndose una a la boca intentando descifrar los pensamientos del mayor.
-Nada, es solo que... Nada – guardo silencio y se tragó sus sentimientos, de más estaba "echarle más limón a la herida" - ¿Regresamos al hotel?, estoy deshecho.
¿Cómo planeabas olvidar que ambos creyeron que sería para siempre?
Teníamos planeada una vida juntos, se reprochó mientras observaba el techo de la habitación tumbado en la cama, con la respiración de Willy de fondo. Se giró un sinfín de veces intentando conciliar el sueño, pero al parecer aquella sería una noche de insomnio, sin emabrago, al ver a Guillermo tan cómodamente dormido, no se le ocurrió mejor idea que arrastrar su cama hasta colocarla al lado de la del menor, poco o nada le importó si sus vecinos se llegaban a quejar del escándalo, ese fin de semana dormiría junto a Willy, esa era la única forma de apartar todo pensamiento negativo de su cabeza o al menos eso creía.
Guillermo ignoró todo el ruido, trato de creer que el movimiento a su alrededor era parte de un simple sueño y se tragó el nudo en la garganta que se le formó al sentirse rodeado por los brazos de Samuel, la cuenta regresiva había iniciado esa madrugada.
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El capítulo quedó un poco cortito, pero desde el principio quería que fuesen breves solo que me terminaba extendiendo... en fín. Espero que lo disfruten, cualquier comentario, voto, notita de amor se agradece.
Probablemente el próximo capitulo contenga narrativa para adultos 7u7 (lemmon pues), pero no estoy segura... ya veré
Besos sabor a gomitas de fresa y abrazos de unicornio :)
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El amor acaba (Wigetta)- MiniFanfic
Fanfiction"(...)Porque el corazón de darse, llega un día que se parte, El amor acaba, Porque llega a ser rutina, la caricia mas divina El amor acaba, Porque somos como ríos, cada instante nueva el agua El amor acaba (...)" -Manuel Alejandro- ¿Y...