Choco-late [Ziall] #2 Sweet Series

Mousse

«Estoy enamorada de ti.»

Sus ojos azulinos se encontraron con los matizados en miel, la sonrisa libidinosa que se asomaba por los delgados labios del perfilado hombre moreno en el momento que retiró el cigarrillo de sus labios y tiró éste al suelo, pisándolo con la punta de la bota de cintillas negra. La inocencia reflejada en aquellas dulces facciones de la chica con las mejillas sonrosadas y aquel blondo cabello cayéndole hasta los hombros, un listón rojo adornando su coronilla bajo el umbral de la inocencia que tanto añoraba sonsacar y hacer suya.

La ilusión de un enamoramiento genuino con el chico más popular y rudo de la escuela, ese que siempre llevaba consigo su cabellera de cuero y el tupé azabache bien peinado, el cigarrillo entre los labios y éstos encargándose de besar a cuantas chicas le había dado la gana sin compensar ni mirar a quienquiera que fuese su víctima. Las ensoñadas lagunas celestes encerraban una infalible fe que Malik admiró con regocijo en sus entrañas, una clase de lascivia en su sangre hirviendo con la celestial e idílica imagen que se le plantaba enfrente. Extiende sus morenos brazos hacia ella y le recibe entre ellos para besarle lentamente, proclamando el territorio por aquello a lo que sus ojos se iluminaban.

La hermosa Maura se deja envolver entre aquel fornido agarre, parándose sobre las puntas de sus pies para alcanzar su quijada y dejar castos besos sobre ella, siendo enseguida aprisionada en un demandante beso pasional que le toma por sorpresa, igual que el posesivo agarre que Yaser tiene sobre su delgada cintura, pero no le importa, porque lo ama y ella conoce tan bien su abrupta forma de ser, simplemente le quiere por quién es y no por quien dicen las chicas de la escuela que es. Yaser le promete amor eterno y ella no puede estar más agradecida; envuelve sus delgados brazos alrededor del cuello del mayor y él nuevamente profundiza aquel beso tan tosco.

Yaser Malik era conocido en toda la universidad como el chico malo, no ese cualquiera que empuja a todos por los pasillos y se mete con los profesores, sino ese que encontrabas fumando en el aparcamiento de los autos, corriendo en carreras de motocicletas cada que se encontraba un buen contrincante en la carretera; fumaba marihuana detrás de la escuela entre clases y era cierto cuando mencionó que no se trataba del típico chico tirabuzón metiéndose con todos, sin embargo, meterse con él era algo similar a cavar tu tumba, eso se supo después de que tres alumnos desaparecieran del instituto, casualmente dos intentaron meterse con Maura y el tercero le había hecho una malísima broma al morocho.

Ella se había enamorado de él con el tiempo, con la paciencia y con la tolerancia, a través de los gestos amables que tenía con ella cada que se encontraban solos, la manera en que le sobreprotegía cuando detectaba peligro, los osos de felpa, los chocolates y las pequeñas flores que se había dedicado a llevarle en varias ocasiones. Maura fue una chica común y corriente, compartiendo el tiempo con sus amigas y el estudio, intentando lo mejor de sí en sus calificaciones, pero encontrándose con el hecho de que aquello era demasiado complicado de conseguir. Extrañamente cuando comenzó a salir con Yaser, sus calificaciones aumentaron.

En muchas ocasiones se había encontrado a sí misma abrazándose fuertemente a la cintura del muchacho mientras corría por la carretera, compitiendo con algún colega que debió de encontrarse mientras la llevaba a su casa; solía regañarlo por fumar tan seguido, advirtiendo que eso era malo para él, pero todo eso desaparecía cuando la tomaba de los muslos y le empotraba contra la pared de la habitación masculina, gimiendo inmediatamente el nombre de su amado; las peleas eran un caso sinfín, como una batalla que no tenía sentido combatir, pues el muchacho partía narices al por mayor, y por mucho que ella le suplicara que parase, eso sólo lograba adelantar el golpe que les dejaba inconscientes; a veces sus ojos mieles se encendían en un tono marrón cuando le gritaba, clamando por hechos que tal vez ni siquiera habían sucedido, preguntando por personas que jamás había visto y por lugares de los cuales vagamente había escuchado.