La diestra y la siniestra rompían contra el aire hasta impactar contra la mullida superficie, el eco del estridente impacto haciendo rebote por las cuatro paredes tintadas en blanco del amplio gimnasio. El sudor perlaba su cuerpo y hacía denotar sus tonificados músculos bajo la clara iluminación artificial con la fuerza de sus golpes impulsando hacia atrás a su compañero de prácticas, quien comenzaba a temblar una vez que los puños comenzaban a intentar clavársele en las palmas de las manos con maña y éstas parecían arder como fogatas incendiadas debajo de los cómodos pero ya desgastados pads oscuros que tenía puestos, algunas brechas abiertas con el material esponjoso brotando y botando de su lugar a causa de los golpes, después de hoy, definitivamente iría por unos nuevos.
El cabello platinado se sacudía fieramente con cada golpe dado, los músculos se encontraban tensos bajo la presión de cada impacto a dar contra la suave superficie sobre la que agredía. Sus pupilas aguzadas en su blanco sin fallo alguno, su puño llegaba al centro de la almohadilla y se retiraba inmediatamente para permitir al siguiente hacer su trabajo, haciendo de esto acciones continuas con golpes cruzados que hacían temblar aún más a su acompañante. Una sonrisa se dibuja en sus delgados y exquisitos labios antes de dirigir su mirada parda hacia el castaño que sostenía los pads para él, desvía uno de sus golpes y el chico sabe hacia dónde irá, por lo que enseguida se encoge y cubre el rostro torpemente con los objetos de entrenamiento, aún y cuando el porrazo jamás llegó, pues los nudillos apenas y quedaron rozando su barbilla.
—Marica.
Dice tajante el moreno de piel tatuada, sacudiéndose un poco entre su mofa, los brazos de pronto sintiéndose a arder bajo todo el entrenamiento al que había estado por dos horas, el pobre chico parece sentirse humillado, pues sólo baja las almohadillas y lo mira aún acojonado por lo recién sucedido. Los colmillos se le muestran con orgullo y palmea el hombro del joven aún las vendas protectoras puestas alrededor de las palmas de sus manos y por encima de sus nudillos, sólo da media vuelta y se dispone a caminar pavoneado de orgullo fuera del ring, observando que había cerca de tres chicos entrenando aparte de él en la parte baja, apenas estiraba la cuerda para salir, cuando una familiar voz retumba en su tímpano.
—Tus golpes siguen siendo los de una dama. —Esa voz ronca enseguida le hace detener sus acciones y girar para mirarlo, las miradas de la misma tonalidad se encuentran entre una colisión de mieles, hasta que la sonrisa en los labios del menor se ensancha con pedantería.
—Yaser.
(***)
No tiene la fecha exacta del reencuentro, ni siquiera puede recordar por qué había sacado la basura del taller ese día y se decidió a fumar un cigarrillo a unas horas de cerrar la tienda de tatuajes, Perrie se encontraba dentro guardando sus cosas para partir a casa, no sin antes llamar a Niall para contarle de su día. Ambos se habían vuelto bastante unidos, casi como si se tratara de ellos la hermandad y no entre él y el rubio, no sabe cuántas veces la chica le había insistido en hablar con su hermano menor, pero él prefería desistir y ocuparse de sus propios asuntos, sin embargo, no podía prohibirle a Perrie el contar con un amigo, de alguna forma, aquello le agradaba.
El humo del tabaco fue expulsado con gracia de su boca, esparciéndose en un montón de sí mismo hacia el aire y camuflándose homogéneamente en él, sólo mira el cigarrillo una vez más antes de colocárselo nuevamente entre los labios, los recuerdos reproduciéndose en su mente mientras jugueteaba un poco con el tóxico humo dentro de su boca y lo dejaba escapar de ella parsimoniosamente, el aura de la tranquilidad calmando los fantasmas que se albergaban en él y los distintos sentimientos que tanto le habían hecho daño durante años. Sólo un cigarro y la violencia podían calmar a la bestia que añoraba escapar de él continuamente, la toxina podía combatir el veneno que le carcomía por dentro.
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Choco-late [Ziall] #2 Sweet Series
FanfictionAbandonado y lastimado, Niall no olvida al hermano que le rompió la nariz una noche, escapando por la ventana de su habitación. Ahora tiene que afrontar nuevos problemas, pero su polo opuesto continúa siendo su principal obstáculo. ❝Querido, FIFA, r...