Sueños a blanco y negro

Prólogo

En toda mi existencia he vivido en una gran colonia llamada El Trébol. Mi casa es igual a todas las demás en esa zona, es pequeña, con las suficientes habitaciones para mi familia nuclear y un espacio para estacionar el auto rojo de papá.

En ese tiempo realmente pensé que éramos la familia más afortunada del mundo. No teníamos suficiente dinero, pero en nuestra casa habitaba el amor, había unión, confianza y comprensión, algo que en estos dorados tiempos ya no se ve. Pero como dije, realmente pensé que mi familia era feliz.

Recuerdo que fue en una noche de Diciembre, esa que recuerdo una y otra vez con nostalgia y melancolía. Esa noche de verano cuando tenía 13 años me cambió la vida. Todavía no sé si para bien o para mal, pero lo que sé con seguridad es que sucedió y eso nadie ni nada lo va a poder cambiar.

Me encontraba en las gradas de mi casa, estudiando el firmamento. Dejándome llevar por la música y mis pensamientos.

¡Karla ya tiene novio! ¿ le gustara ese chico de verdad?

¿ Se...? no, no lo creo. Está muy pequeña...pero ¿ Y si, sí? ¿Si ya  se habrán besado?

Algún día..¿eso también me sucederá?...¡Espero que no! eso de los novios es muy...raro. Sí, esa es la palabra.

Raro. Raro. Raro. Intercambiar saliva, abrazar a un chico que no sea mi papá..

No..NUNCA

Acostada en el pavimento con la danza invisible del viento, así eran mis noches hasta que apareció ese camión de mudanzas que  se parqueó a dos casas antes de la mía.  En esa noche de Diciembre vi a ese chico flacucho de cabello rojo por primera vez y nunca creí en que clase de persona se convertiría en mi vida.

Ahora que lo pienso...¡rayos! porque pensé eso..creo que me salé con mis propios pensamientos que tuve hace unos cuantos segundos. Antes de conocer a el dueño de mis sueños y pesadillas, a el dueño de mis pensamientos, risas y miedos... el que sería mi mejor amigo, y en unos años después,  un completo extraño.  En esa noche conocí a Chris