1. U R So cute

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Llegaste a mi con lágrimas en los ojos, murmurándome con una voz linda.

Las horas parecían transcurrir más lento de lo normal. Eran aproximadamente las 2 de la tarde y Byung Joo aún vestía su pijama azul adornada con diversas razas de gatos. Un tazón y una cuchara que contenían los restos del desayuno, cereal en forma de galletitas con leche, se encontraba desde hacía un par de horas en la mesita de noche que hacía juego con su amplia cama.

Pensó en encontrarse con sus amigos desde temprano, pero todos ellos se encontraban en citas. Inclusive los gemelos, Seok Jin y Hyo Sang, habían logrando salir con dos de las chicas más atractivas del colegio, eso sí, cada uno por su propio lado.

BJoo estaba cansado de las citas. Había tenido cientos de ellas. Tal vez no tantas, pero sí las suficientes y un poco más, y para lo único que habían servido era para vaciar sus bolsillos. No había encontrado a la persona indicada que le hiciera dar el siguiente paso, o al menos le hiciera pedir una segunda cita. Demasiado huecas, superficiales, aburridas, poco graciosas, parlanchinas, interesadas, groseras e incluso vulgares son algunas descripciones que se les pueden dar.

Una vez salió con una chica bastante agradable, Seol Hyun, recomendación por parte de Ji Ho.

Según su amigo esa chica atrapaba el corazón de cualquiera que la tuviese enfrente; una mirada los enganchaba y su sonrisa se aseguraría de no dejarlos ir, aunque su inocencia no le permitía darse cuenta de ello.

Muy bonita, inteligente, amable, una chica talentosa, siempre buscaba alegrar la vida de las personas a su alrededor y sin embargo, nada. Salió varias veces con ella, aunque solo hubo una única cita, las demás ocasiones estaban acompañados, o mejor dicho, eran acompañantes de Ji Ho y su hermana, Ji Min. Esa chispa jamás se dio. A pesar de ello estaba agradecido con los hermanos Shin por haberle conseguido una buena amiga.

Era un chico bastante hiperactivo por lo que quedarse en casa no sería una opción.

Antes de entrar a la ducha buscó ropa en el armario, pues salir desnudo y envuelto en una toalla, aunque estuviese solo en su propia habitación no era de su agrado. Varios minutos después salió con el cabello húmedo, una playera blanca con estampado en negro cubría su torso, junto a un pantalón negro. En la habitación terminó poniéndose una chaqueta negra, tenis del mismo color y una cadena gruesa de oro acompañaban el atuendo.

Iría al cine. No necesitaba de sus amigos para disfrutar de una buena película.

Con palomitas acarameladas y gaseosa en mano se aventuró a la sala de proyección. Una película de acción fue la elegida por el chico. Amaba ese género cinematográfico. En sus sueños menos lúcidos deseaba ser uno de esos habilidosos luchadores que entrenaban por años a fin de cumplir una terrible venganza. El no temer a nada y que absolutamente nadie lograra dañarlos, y aún si lo lograran, el poder ponerse en pie y seguir luchando era algo que Byung admiraba.

Terminada la función se dirigió a un parque cercano a casa, pensaba comprar en uno de los puestos ambulantes que solían vender ahí.

Caminar desde el cine hasta el parque lo había agotado, no era una distancia tan grande pero tampoco era cerca, por lo que antes de comprar su almuerzo/cena decidió sentarse en una banca frente al quiosco emblema del parque, para descansar.

Apenas había tomado asiento divisó frente a él a un chico con maletas. Solo tomó instante para darse cuenta que se encontraba llorando. Dudó un segundo pero al final decidió acercarse a ver que pasaba. Podría encontrarse solo en una ciudad desconocida e ignorar sus lagrimas se le hacía algo muy cruel.

You are so cuteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora