No sé cómo explicar este tipo de sentimiento, en algún punto supe que la raíz de mi felicidad eras tú.
Byun Baek Hyun había decidido iniciar un posgrado fuera de su ciudad natal, tenía un novio y una familia a la que extrañaría, pero él creía que esta decisión era la mejor. La relación con su novio era espléndida, podía mostrarse como realmente era, un chico divertido, espontáneo y de buenos sentimientos, aunque todo esto estaba oculto tras una cubierta de metal que colgaba de sus orejas, nariz y boca, sumándosele el uso de ropa siempre negra y en algunos casos maquillaje oscuro ensombreciendo sus ojos.
Los padres de su pareja, gente adinerada y con una posición social muy por encima de la de él, veían al chico como alguien inadecuado para su hijo por lo que en repetidas ocasiones le demandaban terminar la relación que poseían, trayendo consigo una serie de peleas y disgustos que terminaban en un chico hermoso, de cabellos castaños y sudadera negra, llorando sobre las piernas de su novio lleno de piercing por que su familia no aceptaba las decisiones que tomaba en su vida y peor aún, le echaban en cara lo perfecto que era su hermano mayor, el hijo primogénito de la familia Kim. Por lo que pensó que estudiar a cientos de kilómetros de distancia podría alivianar la presión que ejercía la familia de su novio sobre el mismo.
Ahora se encontraba ahí, desempacando sus pertenencias en la habitación "sólo para estudiantes" que había solicitado a la universidad. Compartiría piso con chicos de su mismo grado. Le gustaba observar su entorno, especialmente a las personas que lo rodeaban, e imaginar qué hay más allá de lo que muestran, qué esconde su interior.
De momento solo alguien había capturado su atención, su vecino de enfrente. Un chico alto, de cabello blanco. La primera vez que lo vio llevaba una camiseta blanca , unos shorts negros y tenis negros. Iba acompañado de otro joven, notablemente menor, de cabello negro, camiseta sin mangas blanca, pantalón y tenis negros.
Había descubierto que iban en las mismas clases, ambos estudiaban un master en diseño y producción de videojuegos. Sin duda se preguntaba cómo alguien como él podía estar ahí. Sobresalía entre todos sus compañeros, no solo los por la habilidades que demostraba para programar y diseñar, sino que era hermoso, sus facciones eran finas, de tez blanca, su cuerpo delgado, y con una elegancia natural que le hacía preguntarse si no había tomado un curso intensivo sobre cómo caminar con estilo; en cambio sus compañeros eran el estereotipo en persona de un geek. Baek Hyun tenía un aura oscura y sus piercing y botas de casquillos lo hacían mimetizarse a la perfección.
Un día descubrió que solo observarlo, suponiendo su vida, no era suficiente, necesitaba preguntarle, conocerlo, llenar esa curiosidad que sentía con respuestas que salieran directo de su boca.
Poco a poco entablaron una fuerte amistad. Descubrió que tras esa fina fachada existía un chico humilde y sumamente tierno. Pasaban la mayor parte del tiempo juntos, hasta que el pequeño compañero de habitación del contrario llegaba y lo tomara como si de su posesión se tratase.
Baek Hyun y Sung Oh, como se llamaba el chico de cabellos blancos, acordaron ir un sábado en la tarde al cine. Sería la primera vez que saldría juntos, puesto que su única interacción eran en la universidad o cuando uno de los dos iba a la habitación del contrario pidiendo azúcar o suavizante de telas.
Baek Hyun esperaba con ansias el día de la cita, entre amigos, suponiendo que era por el hecho de estar con alguien más fuera del campus universitario.
Pocos días antes de la cita con su nuevo amigo, recibió la llamada de su novio diciéndole que harían una visita por parte de su instituto a la universidad donde Baek Hyun ahora estudiaba. El mayor se encontró bastante sorprendido y algo en su pecho se oprimió. Baek pensó que esto se debía a que habían estado varios meses sin verse y que en cuanto su menor llegara a su universidad toda duda desaparecería, dejando espacio a la felicidad que debería sentir por encontrarse con el amor de su vida.