Capitulo Cinco~

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Con los ojos abiertos como platos vi como Choi estaba devorando mis labios sin ningún tipo de miramiento, sus ojos cerrados con unas pequeñas arrugas formadas de manera sutil en su frente atacaron mis sentidos, la forma en como estaba Choi besándome pareciera que trataba de olvidar lo que había sucedido.
No pude resistirme abrí mi boca dándole total acceso a mi cavidad bucal la cual sin saber el por qué le daba una bienvenida a la lengua de Choi que se movía de una forma sutil  y como toda una maestra dentro de mi boca todo lo contrario de mi lengua algo tímida que comenzó a jugar con la de él uniéndose en una danza candente en donde el único maestro era Choi pues mi cuerpo cedió ante el gran avasallo del abogado, sus manos fueron tomando terreno en mi cintura causándome un leve respingo acompañado de un jadeo que quedo ahogado en la boca de ambos prácticamente me estaba deshaciendo a su toque, si sus malditas manos maestras estaban acariciando de una manera tortuosa mi cintura, no pude resistir más solté un segundo  gemido dentro de la boca de Choi el soltó una sonrisilla de medio lado, si una sonrisa de victoria como diciéndome "Te gusta, te gusta que te toque" y no solo me gustaba me encantaba que lo hiciera y es que nunca había sentido esta abrumadora sensación que Choi me brindaba, no nunca en mi vida pero aquí esta él diciéndome "Ven déjame mostrarte lo que se" Ahora no solo era mi maestro en el ámbito académico si no que era un maestro en el arte de hacerme sentir bien ¡Para Ji!

La parte de mi cerebro que todavía no cedía a los encantos del profesor/abogado/guapo/rico/intimidador Choi estaba diciéndome que parara que todo esto en cualquier forma en que se vea no estaba bien, él era mayor que yo, era mi profesor y aún más importante somos hombres. Esto no está bien pero no podía hacer reaccionar a mi cuerpo  esto era como si se tratara de una pelea de box en la esquina derecha mi lado razonable y yo  y en la esquina contraria la parte irracional y Choi, esta pelea está pactada a doce rounds, Ring Ring la campana indica el inicio.   Comienza el primer asalto Choi comienza a subir mi playera hasta sentir sus manos frías en mi piel caliente y tan necesitada de él, los golpes de Choi estaban siendo certeros y yo solo trato de contenerme así que como puedo subo mis manos hacia su cabello y tomo mechones de su espesa y sedosa mata de cabellos color azabache. Segundo asalto la pierna de Choi comienza a levantarse y sin ningún tipo de compasión su rodilla comienza a hacer círculos en mi entrepierna la cual estaba más que despierta, en respuesta tiro de su cabello haciendo que gimiera. Tercer round Choi va con todo para ser el ganador, se escabulle entre mi cuello y comienza a repartir tortuosos besos que hacen que mi respiración comience a ser irregular y mis piernas empiecen a entumecerse, le dejo campo libre para que sus ataques vallan directos a donde él quiere que vallan, baja un poco y comienza a pasar su lengua en mis clavículas, su toque húmedo hace que pierda un poco el equilibrio, como respuesta Choi me sujeta aún más fuerte de mi cintura clavando sus dedos en mi piel.  

-Tú piel... quisiera recorrerla toda con mi lengua, cada parte de tu piel, es tan perfecta, tan adictiva... - pronuncia entre besos.   Cuarto Round vuelve a tomar mis labios, su pasión y necesidad es tanta que nuestros dientes chocan entre ellos, tengo que hacerme notar pienso y sin más me llevo su labio inferior entre mis dientes dándole un pequeño mordisco.

   -¡Santo Cristo! – exclama, Pero necesitamos un descanso después del cuatro round ya que la falta de aire se hace presente en nuestros organismos quienes lo pedían a gritos así que no queriendo nos desapartamos, mi respiración estaba completamente acelerada y sentía mi cara arder mantenía la mirada en el suelo no quería ver a Choi no quería que su esplendor me golpeara en este estado.

   -Mírame – pronuncio lo cual no sonó como una petición más bien como una orden.   Lentamente comencé a subir la mirada hasta encontrarme con esos ojos negros sin fondo, con aquellas pupilas dilatadas, sintiendo su respiración en mi cara la cual estaba tratando de controlar, pero aunque estuviera con ese aspecto solo hacía que se viera aún más majestuoso ante mis ojos, me mordí el labio inferior, Choi era como el sol y yo como una mariposa  tratando de volar cerca de él, sabía que me iba a quemar pero el solo hecho de sentirle cerca me hacía correr el riesgo. No solo quería jugar con fuego estaba yo metiendo los cerillos a la gasolina.

Los Pecados Choi Where stories live. Discover now