Los Pecados Choi

~Capitulo Nueve~

Me siento tan feliz que mi mente solo logra tener un nombre en ella: Choi Seung Hyun.
Estoy siendo abrazado en este momento por el hombre más apuesto que han visto mis ojos, no sé hasta qué punto esto es malo, pero la verdad es que no me importa demasiado, no me importa ser el juguete sexual que complacerá al abogado, no me importa que sea mi profesor en la Facultad y mucho menos me está importando que los dos seamos hombres las caricias que le está dando a mi espalda hace que me olvide hasta del puto mundo.

-¿Estas bien? – mis pensamientos son interrumpidos por la voz grave de Choi quien ha parado de hacerme caricias y me mira.

-E-estoy bien – digo sus dos lagunas visuales hacen que me pierda y no preste atención a nada más.

-Me alegra que lo estés – responde comenzando a deshacer el abrazo, estoy a punto de decir que no lo haga que quiero estar así toda mi vida con el abrazándome pero me muerdo la lengua, sé que eso es tan cursi que hasta yo mismo me sorprendo por tener esos pensamientos a galopados en mi cabeza.

Veo como se levanta de la cama y deja expuesta ante mis ojos su desnudez ¿Cómo clasificar el cuerpo de Choi? Todo un Dios ¡¡UN PUTO DIOS!! Su ancha espalda marcada de puro musculo duro pero a la vez suave, sus brazos están trabajado pero no en exageración si no que tienen la cantidad exacta que puede volver loco a cualquier persona, su abdomen marcado por un detallado six pack que te deja sin aliento, su pene... ¡¡OH DIOS SU PENE!! Firme, grande y sin duda duro cuando se excita, las piernas de Choi son fuertes como el mármol pero al toque son como tocar terciopelo y el culo sin duda tiene un bonito culo.

-¿En qué estás pensando? – me dice y hace que me sonroje violentamente,  ¡JODER! Lo que falta es que este monumento de hombre lea la mente ahí sí estoy totalmente jodido.

-N-Nada – le digo en cuanto logro sincronizar mi cerebro y mi boca.

-Está bien...nada. – Se encamina a una de las puertas que están en la habitación y la abre para ingresar al cuarto, me siento perdido ante su ausencia. Escucho el agua caer al parecer esa puerta es el baño.
¿Qué pasaría si entro silenciosamente mientras Choi se baña? Mi mente formula la pregunta como un rayo de luz en oscuridad ¿¡Pero qué demonios!? En que estoy pensando ¡¡JODER!! Mi subconsciente me dice "No te hagas tonto estas queriendo ver a Choi desnudo y con el agua recorriendo su cuerpo" me muerdo el labio ante lo que mi traviesa mente está formulando. Pero no tiene nada de malo entrar a bañarme con el cuándo acabamos de tener sexo ¿No? Muerdo nuevamente el labio, ¿Tenía que salir precisamente ahorita mi actitud de iniciativa?
Salgo de la cama y veo la puerta, escucho todavía el agua caer a las baldosas del baño, cojo una sábana y la enrollo en mi cintura, me resulta gracioso puesto que parezco la típica comedia romántica en donde los protagonistas acaban de tener sexo y la chica... ¡¡JODER QUE SOY LA CHICA!! ¡¡ME ESTOY COMPARANDO CON UNA MUJER!! ¡¡OH POR DIOS!! Me siento en el filo de la cama, pues pensándolo bien que es lo que acabo de hacer nada más y nada menos que acostarme con un hombre, lo que se deduce que en esta relación de sexo puro yo soy... yo soy... yo estoy tomando el papel de la mujer... el pasivo en pocas palabras.

Comienzo a hiperventilarme, esta situación es de lo más surrealista que he vivido en toda mi vida, escucho como la caída de agua se detiene y mi corazón comienza a latir con fuerza. Me tumbo nuevamente en la cama tapándome por completo el cuerpo desnudo, me siento pegajoso y creo que mi culo se adhiere a la sabana.

La puerta del cuarto de baño se abre dando paso a la majestuosidad de hombre, con solo una toalla enredada en un sus caderas, se abre paso. Lo miro embelesado sin poder si quiera parpadear, su belleza que en definitiva no es de este mundo me atiza, el cabello aun esta mojado y de él caen pequeñas gotas de agua que van a parar unas en el suelo y otras el en perfecto torso húmedo, las pequeñas gotitas de agua se deslizan en su cuerpo y siento envidia de ellas ¿Qué estúpido, no? Sentir celos de las gotas de agua, este es el colmo de los colmos, pero es que el tener a Choi de esta forma tan íntima me hace perder la cabeza por completo.
Veo como con la mano derecha se sube el cabello que comenzaba a pegarse a su rostro perfecto, y desliza su dedo índice por la ceja tupida izquierda ¿Qué mierda me está pasando?

-Puedes darte una ducha si quieres – me dice comenzando a caminar por la habitación.