cigarette ashes ~ cth

deux

Las palabras de Calum sellaron el silencio entre los dos; pareciera que había dado justo en el blanco donde ambos teníamos una debilidad. Él miraba al piso, yo miraba al cielo, pero seguíamos caminando juntos.
¿No era irónico que mundos opuestos terminaran siendo tan similares?
—Lo siento. -Calum rompió el silencio entre nosotros.
—¿Qué? -lo miré con dificultad, su mirada tenía algo que me hacía difícil verlo directamente a los ojos.
—Lamento lo que hice en el lugar donde te encontré, no debí tocarte de esa manera...lo siento. -realmente se notaba arrepentido. Levantó la mirada al cielo y forzó su quijada.
—Realmente me sacaste un susto, y ahora me siento como una idiota siguiendo a mi prospecto violador. -ambos reímos.
—Es solo que...a veces las cosas se salen de mi control, actúo sin pensar, soy demasiado impulsivo. Es como si mi ser y mi mente estuvieran en una constante batalla.
—Wow. -fue lo único que pude decir, realmente éste chico parecía tornarse diferente al que hace minutos me sometió en un restaurante de mala muerte.
—¿Quien rayos eres? -me preguntó confundido.
—Soy Kar-
—Karma, lo sé, la niña que huye de casa...me refiero a...no sé, -se quedó en silencio por unos segundos, cerraba los ojos con fuerza, —algo en ti me hace sentir...¿cómodo? Apenas y te conozco y ya me hiciste hablar sobre mí vida sin quiera preguntar.
—¿Sabes? Creo que te entiendo. -dije en un tono suave, Calum parecía sorprendido. Me miró y su mirada se tornó dulce y nostálgica.
—Eso te convierte en la primera. -miró hacia el suelo y sonrío tiernamente, no pude resistir a sonreír también.
Ambos permanecimos en silencio de nuevo, seguíamos caminando, yo no sabía con certeza a donde íbamos así que me atreví a preguntar.

—¿Tenemos algún destino al cual llegar?
—¿Tenemos? -recalcó Calum mirándome entretenido.
—Lo siento, ¿tienes a donde ir?
—Eso debería pregúntate yo a ti. -sonrió.
Bajé la mirada y patee una roca que estaba en mi camino. Calum me miró y suspiró.
—Tomaré eso como un no.
—¿Sabes de algún hotel cerca? ¿Algún lugar barato para pasar la noche? -pregunté preocupada. Por fin mi mente estaba viendo todos los riesgos que corría al salir de casa y cuán difícil podía llegar a ser. Mierda.
—Sé de un lugar donde puedes quedarte si aportas solamente lo que tú consumes y puedes quedarte el tiempo que quieras. -me miró y soltó una risilla.
—¿Dónde?
—Se llama ma maison.
—¿Qué? -lo miré confundida.
—Mi casa en francés. -rió.
—Wow, niño malo que habla francés; debes ser un tipo de cuidado. -reí y Calum me empujó ligeramente en broma. —Espera, ¿tu casa? ¿Hablas en serio?
—Si, en realidad es un departamento; no es muy grande pero es suficiente para mí y tal vez alguien más.
—Calum no sé...
—¿Te asusta seguir a tu prospecto violador que habla francés hasta su casa? -reí.
—No es eso...bueno tal vez si un poco. -ambos reímos.
—No tienes a donde ir Kar, creo que por el momento es tu única opción.
—¿Kar? -levanté la mirada y por fin pude mirarlo a los ojos. Se notaba relajado, me sentía cómoda estando con él, era extraño, jamás me había sentido así tan rápidamente con alguien.
—Es el apodo que te puse.
—¿Y yo puedo ponerte uno? -pregunté juguetona, Calum me miró y río. Su risa era profunda pero no tan grave como su voz, de hecho, al reírse, su voz se tornaba un tanto aguda y se llenaba de una pizca de ternura bastante agradable al oído.
—No veo por qué no. -rió.
—El tuyo no es muy creativo así qué tal vez lo mantenga simple... -llevé mi mano a mi barbilla pensando en algún apodo, —tal vez solo Cal.
—Te tardaste demasiado para llegar a un apodo tan obvio y simple. -ambos reímos.
—Déjame. -reí de nuevo.

Continuamos caminando, era demasiado tarde y de no ser por los postes de luz, las calles serían un laberinto ciego para ambos.

Después de fumarnos 2 cigarros más a lo largo del camino, por fin llegamos a su departamento. Por la fachada parecía abandonado y solo tenía una ventana al frente, por encima de la puerta, era muy angosto para ser una casa y no era lo suficientemente alto como para llamarlo "edificio".