quatre

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Un mes. Todo marchaba bien, Calum y yo parecíamos tener alguna especie de conexión inexplicable. Yo le contaba todo sobre mí, pero él seguía igual de cerrado respecto a él y su pasado. A pesar de ello, sentí que Calum se desenvolvía cada vez mejor para conmigo; me contó algunas cosas sobre sus amigos y que solía traer a muchas chicas al apartamento, pero un buen día simplemente se dio cuenta que el solo "coger" no llenaba el vacío que sentía, aunque jamás supe a qué se refería con eso, y sinceramente, me asustaba preguntar. Pero todo empezó a tomar un giro inesperado.

Calum me invitó un trago para celebrar que había conseguido un trabajo, no quiso detallarme de qué se trataba pero ambos estábamos felices de que al fin tendríamos ingresos que no dependieran de la tarjeta de su padre.
Calum se sentía pudiente así que me llevo a un lugar en Beverly Grove, The Nice Guy, un lugar bastante acojedor.
Al llegar ahí, nos asignaron una mesa con taburetes, ya que eran más cómodos y estaban un poco más alejados del ruido.

—Yo quiero una cerveza fría por favor. -ordenó Calum al mesero.
—Yo quiero un shot de tequila con sangrita por favor. -pedí, Calum me miró divertido.
—¿Piensas embriagarte hoy? -asentí con la cabeza y dejé salir una risita.
Calum miró al mesero y le ordenó cancelar la cerveza y traerle lo mismo que yo, el mesero se dio la vuelta y fue por nuestras bebidas.
—Creí que preferías el vodka. -comentó.
—Jamás te dije eso.
—No, solo fue intuición, pero ahora que lo pienso, si, eres más una chica de Tequila. -sonrió.
—Viene con mis raíces, lo he amado desde siempre.
—¿Tus raíces? -asentí con la cabeza. —Pensé que habías nacido aquí, en California.
—Nací aquí, pero mis padres son mexicanos, por lo tanto fui criada con sus costumbres, tradiciones, gastronomía y muchas cosas más, ya sabes. De hecho tengo ambas nacionalidades.
—Así que una chica extranjera vive conmigo y yo no tenía ni idea, wow, esta vez si me sorprendiste Kar. -reí.
—¿Y qué hay de ti?, ¿tienes raíces francesas? -pregunté.
El mesero llegó con nuestras bebidas y así como las colocó en la mesa, Calum tomó el cristal con licor en él y lo llevó directo a su boca para tragarlo sin un solo gesto. Le pidió una segunda ronda y el mesero obedeció alejándose.
—Mi padre es de Canadá.
—Wow, eso explica mucho...creo. -reí.
—Me obligó a aprender francés, él quería llevarme consigo cuando se regresara allá ya que su otra familia es Francesa. Obviamente me negué rotundamente. -frunció el ceño y apretó la mandíbula. Yo estaba en shock, Calum jamás me había dicho que su padre los abandonó por otra familia. Tenía varias piezas de su pasado pero ninguna encajaba bien.
Su padre se fue cuando él era pequeño, pero hace no mucho vivió con él, solos en el departamento, pero también quiso llevárselo a Canadá. No lo comprendía.

Tomé mi trago y lo engullí en seguida, tomé un sorbo de la sangrita para contrarrestar el ardor en mi garganta del tequila. Justo en ese momento se acercó el mesero con la segunda ronda de shots, los colocó en la mesa y se retiró.
—Quiero hacerte una pregunta. -dijo Calum, tomó su caballito y empezó a jugar con él entre sus estilizados y largos dedos.
—Con que no me pidas matrimonio, todo bien. -reímos.
—No, solo quiero saber si te arrepientes de huir de casa. -Calum hacia que la pregunta en sí sonara tan simple, pero no lo era. El tema me comía por dentro, roía mis entrañas y me quemaba la garganta tanto como el tequila. No contesté, extrañaba a mi familia, mi hermano, mis padres, pero estaba segura de que no quería volver.
Tomé el caballito de tequila y lo tragué sin gestos, ésta vez para tomar el valor de hablar.
—No me arrepiento. El modo en el que nos conocimos fue algo demasiado inesperado para mí, y el hecho de llevar un mes viviendo contigo me parece irreal, pero me siento...¿bien?
—No te sientes bien, puedo notarlo.
—¿Por qué lo-
—Aún te escucho sollozar en las noches, cuando te bañas cantas una canción que- -lo interrimpí.
—Canto muchísimas canciones cuando me baño, y por cierto, que pena que me escuches desde afuera. -reí.
—En realidad cantas muy bien, pero ese no es el tema. Cantas una canción en especial, me tomé el tiempo de buscarla porque no la conocía, Broken Home. -mi garganta se cerró por completo. Sentía un vacío formándose en mi estómago. Me helé. —La cantas con una pasión, incluso a mi me duele escucharte cantarla.
—Si, es...una de las canciones que...no lo sé, me describe. -bajé la mirada y jugueteé con mis dedos.
—Ahora vuelvo. -dijo Calum y se levantó, lo vi dirigirse al baño así que saqué mi celular, en ese instante entró una llamada. Era Jessica, mi mejor amiga. Decidí contestar pues, a pesar de que Jessica lleva una excelente relación con mis padres, jamás sería capaz de delatarme si se lo pido.

—¿Aló? -contesté e inmediatamente escuché la voz de Jess.
¡Kar! ¡Por fin puedo contactarte!, ¿dónde has estado? Tus padres me han llamado frenéticos pero jamás contesto sus llamadas. ¿Está todo bien?
—Jess, -suspiré, dudaba entre si contarle o no, pero al final, es mi mejor amiga, la persona en la que más confianza tengo, —huí de casa Jess, pero estoy bien.
—¡¿Qué?! Karma no puedo creerlo, sabes que es una estupidez ¿verdad?
—Jess ya basta, no necesito tus regaños ahorita, realmente me encuentro mejor fuera de casa. Llevo un mes viviendo sola. -hubo un silencio.
¿Sola? -preguntó cómo si ya supiera que vivía en el apartamento de un chico del cual no sé absolutamente nada.
Bueno, vivo con un chico....
—¡Karma! Deja tu actitud de zorra por un momento ¿quieres?, es un asunto serio. Tienes que regresar a casa.
—¡No es ninguna actitud de zorra, Jess! Lo conocí de casualidad justo el día que salí de casa, él también huía de su padre así que me dio alojamiento y ahora vivo con él.
—Y seguro te lo cogiste en agradecimiento. -dijo molesta. Podía sentir sus ojos rodando desde el otro lado del teléfono.
Ni siquiera hemos dormido en la misma cama Jess, no seas paranoica.
Jessica comenzó a hablar pero algo llamó mi atención. Vi a dos sujetos bastante altos arrastrando a un chico de chamarra de cuero, y, casualmente, hoy Calum también había decidido usar una chamarra de cuero.
Jess, me tengo que ir, te marco después, por favor no digas nada a mis padres. Te adoro. -escuché que me reclamaba pero colgué de inmediato, saqué del bolsillo de mi pantalón algunas monedas con billetes y los dejé en al mesa.
Salí por la parte trasera del lugar y vi a esos dos sujetos cargando a Calum por los brazos, estaba casi inconsciente pero logró verme, y cómo pudo, llamó mi nombre.
—Kar, vete a casa. -dijo sin aliento, pude ver que tenía golpes en la cara, estaba terriblemente aterrada.
—¡Calum qué!--
—¡Vete! -gritó como pudo y obedecí, pero al darme la vuela, alguien me tomó de las muñecas.
—¡No la toques, idiota!, ¡ella no tiene nada que ver! -gritó Calum forcejeando para zafarse, pero era inútil, lo tenían implacablemente sujetado.
—Todo lo tuyo es nuestro, ¿recuerdas? -dijo el sujeto detrás mío apretando mis muñecas.
—Calum, ¿qué? -lo mire con los ojos llenos de lágrimas. Él no respondió, miro hacia el piso y pude notar como su cuerpo dejaba de luchar.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2017 ⏰

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cigarette ashes ~ cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora