Presentaciones

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Valeria
Ya está oscureciendo y en un rato más terminaré mi turno en el Terremoto, así se llamaba el restaurante, para poder ir a mi casa y dormir yo amo mi trabajo pero a veces es muy agotador, sobre todo cuando el restaurante está hasta el tope y nos falta personal, y debido a eso todos ayudamos en lo qué podamos.

-Val, ¿podría pedirte un favor?- oigo la voz de Gabe al entrar a la cocina, Gabe es un buen amigo, somos amigos desde que empecé a trabajar aquí y es muy lindo y dulce conmigo, mientras yo trabajo en la cocina el trabaja en el bar del restaurante- ¿Me ayudarías en la barra por favor?

-Y, ¿Dónde está Addy?- Adeline también es mi amiga somos muy unidas, no sabia que iba a faltar, siempre que falta me lo dice para no preocuparme.

-Está enferma, y quería saber si me podrías ayudar por qué cuando Addy falta tu sueles cubrirla, además nadie mas me quiere ayudar por que esta a reventar, no te lo quería pedir a ti desde un principio por que se ve que estas algo cansada pero no me queda de otra - me dice algo apenado y desesperado.Tiene razón pero rara es la vez que Addy falta al trabajo o que me pide ayudarla en la barra además cuando la ayudo no hay mas de cinco personas en la barra, estoy tentada a decir que no por que en cualquier momento ya termina mi turno pero la verdad es que no puedo decirles que no a Gabe y Addy además ellos siempre me ayudan.

-Tranquilo, te ayudare- me quito la chaqueta para cocinar. Voy a la oficina de mi jefe y le informo que voy a ayudar en el bar junto a Gabe, termino de hablar con el y voy donde esta Gabe esperándome- Listo, vamos- vamos a la barra y veo que no estaba exagerando, estaba repleto de gente, todos en su mayoría eran hombres de traje, empresarios o parejas y cada uno bebía como un cosaco, algunos ya tenían un par de copas encima y se me acercaban con la intención de proponerme cosas indecentes y de ese tipo pero la verdad a duras penas les ponía atención y cuando veían que no iban a lograr nada conmigo se iban por donde venían; después de una hora de atender a gente tras gente solo quedan un par de clientes mas y cuando ellos ya terminen su bebidas podre irme a mi casa.

-Bueno, solo un faltan un par de clientes y listo- me dice Gabe al mismo tiempo que me da unas palmadas en la espalda- Gracias Linda, te debo una.

-No es nada- le digo encogiendo me de hombros, me siento en un taburete después de estar tanto tiempo parada.

-Si quieres ya puedes irte Val, yo puedo con esto, debes estar exhausta.

-No descuida te ayudaré a limpiar mientras tú atiendes a la poca gente que queda- le sonrió de medio lado y él me devuelve la sonrisa, va a atender a los clientes y yo mientras limpio la barra, estaba muy concentrada en limpiar que no me di cuenta de que un chico de ojos azules y cabello castaño se había sentado en una de las sillas frente a mí.

-Buenas noches- le digo y hago que levante la vista y me mira con atención.

-Hola- me saluda.

-¿Que vas a pedir?

-Un tequila, por favor-toma la botella de tequila y le sirvo su trago para entregárselo luego - Gracias.

-De nada- estaba a punto de tomárselo pero se arrepiente y observa detenidamente su trago, párese algo frustrado y melancólico, yo nunca hablo con ningún cliente ni aun que me digan un cumplido o se vean muy agradables pero este hombre se ve muy desolado que me hace sentir compasión con el así que le pregunto- ¿Todo bien?

-Si, si solo, te ha pasado que la vida te pone grandes retos pero aún que son sumamente difíciles quieres llegar al final por qué es importante y depende de ti la felicidad de otras personas sobretodo de las que mas te importan, las que mas amas- dice sin dejar de mirar su trago, al oírlo decir eso, me vienen muchas cosas a la cabeza como por ejemplo yo con mis hermanas, ellas dependen de mi, siempre trato de ser fuerte y no desmoronarme por ellas por que se que yo soy como el pilar de la familia y que cuando yo caiga ellas también pueden salir perjudicadas y no quiero eso.

-Si, algo se de eso, pero ¿sabes algo?

-¿Que?- su voz  tiene una pisca de interés y curiosidad.

-La vida no es justa- le digo frunciendo el ceño, se ríe de mi respuesta- Todos somos así tratamos de no hacer daño a los demás con nuestras decisiones y en el proceso puede que tu no salgas bien parado pero una vida sin riesgos no es vida, yo creo que el mundo se divide en dos tipos de mundos; uno lado son la desesperación, la oscuridad y el miedo y el otro es la esperanza, la valentía y el amor, lo único que nosotros debemos hacer es saber cual lado debemos dejar que gane, por que hasta la mas chica de las acciones puede cambiarlo todo-  y al verlo puedo ver que ya no se ve tan alterado.

-Si creó a verlo oído antes.

-Te entiendo, hay momentos en los que ya te quieres dar por vencido, das lo mejor de ti pero sientes que no es suficiente, pero si sigues tratando, significa que las personas por qué lo haces, lo  valen- me mira serio.

-Sabes, nunca había conocido a alguien como tú.

-¿Como yo?- le preguntó intrigada  y no sé si es un cumplido o un insulto.

- Atenta, linda y considerada sobre todo con desconocidos con problemas familiares como yo- me sonríe de medio lado- Normalmente todas las mujeres se te lanzan en sima y te coquetean para utilizarte y luego dejarte a un lado. Pero se nota que tú no eres así, eres diferente.

-Y, ¿eso es algo bueno?

-No lo sé, creo que si- ninguno de los dos deja de hacer contacto visual, hasta después de unos minutos, me aclaró la garganta y se toma su trago.

-Perdón no te eh dicho mi nombre - me tiende su mano y yo se la estrechó- Soy Jhonathan.

-Un placer, me llamo Valeria- al tocar su mano siento como mi cuerpo se quema quiero quitar mi mano por miedo a salir quemada pero creo que ya es tarde después de todo no hay vida sin sacrificios.

Las Elegidas de la Naturaleza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora