«Hace poco capturaron a un hombre, al parecer era el que originó todo el caos en Alexandria. Dicen que era muy peligroso, pero algo en él hace que mis miedos se desvanezcan.»
La llave que poseía la etiqueta azul, era el objeto con el cual ella solo...
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—¿Ocurre algo? —preguntó Agatha de lo mas fresca.
—¿Si ocurre algo? —preguntó sarcástico Carl.
—Carl calmate... —interrumpió Enid.
—¿Cómo quieres que me calme? Nos ha mentido a todos.
—¿Es tu asunto? ¿Eh? —Agatha se acercó a la pareja, estaba molestisima—. Ahora que vas a hacer ¿echarme? O le vas a decir a tu papi que una Alejandrina se enamoró de un prisionero. Porque eso es lo que haces, solo eres un niñito de papi.
—Callate Agatha no sabes lo que dices. ¡No me conoces!
—¡Tu tampoco!
—¡Él te usará en nuestra contra!
—Él cambió. —afirmó ella—. Yo logré lo que muchos no pudieron, me enamoré y él también lo esta.
—Estupideces. Te enamoraste de alguien peligroso, de alguien que te utiliza, de alguien que te joderá la vida.
—Cierra la puta boca Carl Grimes. Que tu eres el menos indicado para criticarme, ¿acaso es mi culpa de que Lydia te haya hecho tanto daño?
Agatha tiró el duplicado de la llave que le dieron porque la creyeron perdida, siguió su camino hasta su casa, Enid miró a Carl por ultima vez y se fue tras su amiga. Carl tomó la llave, y se dirigió hacia la celda, Negan se sorprendió ante la presencia del joven, este, se quitó el sombrero, volteó la silla y se sentó en frente de él.
—¿Qué es lo que quieres lograr con Agatha?
—No se de que hablas niño.
—Ya lo se todo Negan.
Él intentó no ponerse nervioso.
—No le hagas nada. —murmuró—. Si quieres hacerme daño hazlo. Acusame, golpeenme entre todos, rompan a Lucille, llevenme con Alpha. Pero a ella no la toquen.
—No diré nada. —respondió—. Pero no le vuelvas a hablar. Es lo mejor para el pueblo, si viene la botas, la humillas. Lo que sea, pero no quiero que mi gente se relacione con alguien como tu.
El chico se puso de pie y se dirigió a la puerta, pero Negan lo interrumpió.
—¿Tanto daño te hizo Lydia?
Carl evitó verlo, y siguió con su camino.
Enid observaba a Agatha mirando el techo como en aquella vez, no habia dormido. Tenia los ojos rojos, la joven habia llorado demasiado. Las dos compañeras no se habían dicho ni una sola palabra pues para Agatha solo quería saber que haría ahora con Negan, no quería estar lejos, y se suponía que hoy seria su última noche juntos. Estaba destrozada.
