By Bill
Apenas había bajado del avión y ya me encontraba ansioso.
Me había despedido de Raquel como se debe, dejandonos lo suficiente mente satisfechos como para estar un par de semanas sin sexo, ella era maravillosa en todo aspecto, especialmente en la cama.
Aún era muy temprano, no pasaban de las nueve de la mañana y yo moría de hambre, ansiaba llegar a casa y probar la comida de Lilian, la cocinera de la familia. Su comida era como una medicina.
Roger, el chofer, me habia dicho que el vuelo de mis padres tardaría un poco en llegar, al parecer el avión se había averiado y, mientras solucionaban el problema, deberían esperar. No pasaría de algunas horas para tener en frente a mis padres.
Apenas llegué a casa, le pedí a Lilian que me preparará algo de comer, no sin antes abrazarla y recordar aquellos tiempos en que ella me preparaba bocadillos dulces en las madrugadas para compartir con mis hermanos. Aún cuando Nick era muy brusco y Tom demasiado serio, lográbamos llevarnos bien, eramos grandes amigos...
Me preguntaba, ¿Que tipo de personas seríamos sí no nos hubieran separado tan jóvenes? Tal vez seríamos como los tres mosqueteros...
Pero, aunque era muy difícil de aceptarlo, lo mejor fue estar cada uno por su lado. No había travesuras ni regaños, mamá estaba tranquila y la chequera de papá ya no contaba con gastos de aseguradoras y compensaciones por daños. En efecto, estar separados era lo mejor. Aunque no fue algo fácil de manejar.
Apenas termine la comida que Lilian me había preparado, subi a la antigua habitación de tres, donde pasaba grandes noches con mis hermanos. Sentí nostalgia, aún con ello, me dispuse a ordenar mis cosas, odiaba la ropa con señas de la maleta, lo mejor era ponerla en el closet y perfumarla para que adquiriera una apariencia casual...
Poco después de que termine de ordenar mi ropa, accesorios y las maletas, recibí una llamada de Raquel, emocionado salí al jardín a atender, ansiaba contarle del como me sentía al estar de nuevo en casa.
- Lilian - dije en cuanto vi a aquella mujer que era como una abuela para mi.
- ¿Necesita algo? - pregunto cortésmente.
- Si, dos cosas. La primera, deja de hablarme de usted, eres como mi abue y creo que hay confianza entre nosotros, ¿Verdad? - ella asintió sacandome una sonrisa - Bueno, la segunda, saldré al jardín para atender una llamada, si llegan mis papás ¿les dices que estoy allí?
- Claro Bill, tu tranquilo, ve y relajate - dijo acariciando tiernamente mi hombro, amaba a esta mujer - te llevaré una limonada para que estés agusto - asentí y salí de casa rumbo al jardín.
Necesitaba quitarme de encima aquella sensación que me abrumaba, la nostalgia y el anhelo se habían instalado en mi pecho al recordar pequeñas escenas de mi infancia.
Aún cuando nunca lo mencione, ni siquiera a mi madre. Los extrañaba, mis hermanos me hacían falta pero si lo confesaba podríamos terminar juntos en casa alterando a mis padres y es lo que nos habíamos propuesto evitar desde que teníamos doce, la última vez que hablamos.
El tiempo seguía su curso, mi llamada con Raquel se había extendido y yo lo disfrutaba junto con la limonada que Lilian me había llevado, estaba tan agusto hasta que sentí la mirada de alguien puesta en mi. Me asuste un poco.
- Cariño, alguien me está mirando - dije a mi amiga cortando de pronto su tema.
- ¿De que hablas? ¿A que te refieres? - pregunto.
- A que siento la mirada de alguien puesta en mi - solte girándome un poco para ver a mis espaldas, mire detenidamente la gran casa que tenía atrás esperando encontrar a alguien mirándome pero no había nadie...
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En casa
FanfictionSeparados desde muy pequeños. En sus pequeñas cabezas sólo pasaba la idea de que no era bueno estar juntos. Por eso sus padres los habían separado. Al cumplir 18 sus padres decidieron que era hora de que volvieran a estar juntos en casa y llevar la...