Laredo; Seth Clearwater

23

"¿Qué diablos estás haciendo aquí?"

Fred se levantó de la silla donde se encontraba, siendo imitado por Jasper, Emmett y Alice, sus cuidadores designados.

"Me controlé demasiado en el bosque para no matarte" Gruñó a Ophelia, quién se mantenía tomada de la mano de Embry. "No puedo asegurar que sigas con vida si no te alejas de inmediato."

"No lo harás" Embry habló, decidido. "Intenta tocarla y estarás muerto antes de que lo logres."

Fred bufó y volvió a sentarse.

"Como sea. Sólo déjenme ir y prometo no volver jamás."

"Tú conocías a mi padre" Ophelia empezó a decir, ignorando su petición, y dando un paso hacia él. "Estuviste en esa expedición en las costas donde murió."

"Cállate" Fred se tensó, y en un veloz movimento, estaba sobre uno de los autos, tocando nerviosamente el parabrisas.

Seth suspiró.

"Mira, son sólo unas preguntas y te irás" dijo. "Hazlo por la memoria del profesor Fell y el dolor que siente su hija por su perdida. Al menos les debes eso."

Fred abrió la boca, quizás para contestar una negativa o finalmente explicar algo, cuando una ráfaga de aire entró desde la puerta abierta del garaje.

Seth vio, en una retrospectiva a cámara lenta, como éste se escurría entre el resto de los lobos y vampiros, hasta ondear el cabello de Ophelia y regar su olor por el diminuto cuarto.

Todo sucedió muy rápido.

De pronto, Fred estaba encima de Ophelia, y Embry había sido lanzado lejos de ellos.

Al intentar intervenir, una gran jaqueca los atacó.

Nadie era capaz de poder concentrarse en Fred, quién tenía las manos en el cuello de Ophelia y la nariz hundida en la curvatura de sus clavículas.

Pero Seth sí.

Seth no podía dejar de pensar en Ophelia, jamás.

Como pudo, se preparó para saltar, entrar en fase y finalmente aterrizar sobre la espalda del vampiro, llevándolo al exterior.

"Le dije que se fuera" Fred se puso en cuclillas y estiró los brazos. "No hizo caso, y por poco ella muere."

Después, se fue corriendo al interior del bosque, y en el momento en que Seth se dispuso a perseguirlo, escuchó una aguda voz llamándolo.

"Seth" un murmullo. "¿Dónde estás?"

Se trataba de Ophelia.