Poor Unfortunate Souls.

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-Mérida-

Jim se había alejado del lugar dejándome con la duda de lo que había pasado, jamás creí que él había pasado por algo tan doloroso.

Primero lo de Jim luego la revelación de que mi madre antes rescataba a los marinos y les daba una nueva vida en nuestro hogar y luego lo de mi padre, es mucho para procesar.

-¿Qué te pasa Mérida?-se acercó Angus.

-Es un día horrible-me recargue sobre una de las rocas que estaban en mi cueva-Son demasiadas cosas para procesar-

-Sé que te pondrá de mejor humor-Angus empujaba una cosa circular hasta mi lugar

-¿Qué es eso?-aquella cosa rodo para después caer al piso y dejándome ver la imagen del chico castaño de ojos verdes-¿Dónde lo conseguiste?-una sonrisa se liberó de mis labios al ver su imagen.

-Me debes una-rio Angus-Me costó mucho trabajo encontrarlo entre todos esos escombros-

-Te adoro-lo abrace con fuerza para después colocarlo en un mejor lugar-Pero que dices Hiccup-libere una pequeña risa al ver su imagen-¿Quieres que huyamos?-suspire-Pero es muy... repentino-solté un suspiro mientras giraba en mi alrededor.

Mi sonrisa desapareció al ver la sombra de mi madre-¡Mamá!-grite al verla.

Detrás de ella estaba Jim avergonzado ¿Cómo fue capaz de traicionarme? Ni siquiera el cangrejo gruñón lo hizo, ni él ni Puzie ¿Por qué Jim?

-¿Cómo pudiste?-decía mi madre con enojo.

-Mamá-intentaba explicarle pero sabía que no escucharía-Déjame explicarte-

-¡Yo soy la reina aquí!-grito con furia-Desobedeciste mis reglas Mérida-si tan solo me dejara hablar una vez.

-¡Nunca quieres escucharme! ¡Solo por una vez escucha!-grite con frustración.

-¡SE ACABO!-levanto el tridente de mi padre en lo alto de la cueva.

Se liberó un gran resplandor pero también diversos rayos que destruían mis cosas.

-¡Para!-suplique para que se detuviera-¡No lo hagas!-todos mis valiosos tesoros estaban siendo destruidos ante mis ojos, nada hasta su lugar para tratar de hacerla entrar en razón-¡No lo hagas!-con furia apunto a la imagen de Hiccup y la destruyo en miles de pedazos.

Me acerque a los pedazos que flotaban tratando de formar una vez la imagen pero era imposible, mi madre salió de la cueva mientras las lágrimas invadían mis ojos.

-Mérida... yo lo siento, no pensé que esto pasaría y...-Jim intento acercarse pero yo lo mire con odio.

-¡LARGATE!-grite con todas mis fuerzas.

El no insistió más y se fue con la mirada hacia abajo, todo el tiempo que invertí en la búsqueda de mis amados tesoros se habían ido igual que ellos. Solo quedaba pedazos de lo que alguna vez fueron ¿Por qué ella odia tanto a los humanos? ¿Qué tienen que ver ellos con la perdida de mi padre? ¿Por qué Jim me traiciono?

-Pobre pequeña-levante la mirada para observar dos figuras que nadaban en mi alrededor-Pobrecita pequeña, su madre no deja que ella descubra y viva su propia vida-eran dos pulpos muy extraños los que rondaban.

-¿Ustedes quiénes son?-seque una de mis lágrimas.

-Solo somos servidores de alguien con un inmenso poder-respondió uno de ellos.

-¿Quién?-los observe con desconfianza.

-Eris es la diosa más poderosa de los siete mares-acerco uno de sus tentáculos a mi cara.

The little mermaid (Versión Mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora