Little town

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-¡Esto es una catástrofe!-gritaba Sebastián al punto de dejarme sorda.

Intente hablar con él pero ningún sonido salía de mi boca, Eris realmente tenía razón al decir que se llevaría mi voz y no podría articular ninguna palabra.

-En este momento iré con tu madre para que arregle esta situación-sujete su pequeño caparazón para negarle que fuera con ella-No me digas que no-respondió con enojo.

¡Piensa Mérida! No puedo permitirle que vaya con mi madre o peor aún con Elsa, ellas jamás lo entenderían.

-Si aún tenemos tiempo ella arreglara las cosas y podrás regresar-mi expresión cambio de preocupación a tristeza, no es que quiera dejar mi mundo pero se perfectamente que todo seguirá igual pero si tengo aunque sea la mínima posibilidad de cambiar algo lo hare-y así podrás ser... ser infeliz el resto de tu vida-parece que entendió como me sentía-Está bien-soltó un suspiro-Te ayudaremos con el tipo ese-una sonrisa broto de mis labios para después darle un pequeño beso.

-¿Y cómo lo haremos?-pregunto Angus.

Debo admitir que ni yo tenía un plan para saber sobre el o enamorarlo.

-Primero debemos buscarlo y después traerlo hasta este lugar-con una de sus tenazas se dio un pequeño golpe-¡Vamos levántate!-me grito Sebastián ¿Habrá algún momento en que deje de dar órdenes?

Trate de impulsarme para levantarme pero mis piernas temblaban lo que provoco que cayera y una alga se posara en mis risos, una vez más intente levantarme sin embargo note que en mis piernas había diferentes marcas al momento que las toque me dolieron de la peor manera, me recordó cuando una vez mi aleta se atoro en un coral lastimándola por varios días ¿Este es el dolor de los humanos?

-¿No crees que deberías buscarle algo que usar?-pregunto Angus.

Me observe y note que mi cuerpo estaba realmente expuesto además de que lucía muy diferente.

-Iré en busca de algo-suspiro Sebastián.

Angus y yo comenzamos a jugar con el agua en la espera de Sebastián, admito que este pez es muy tramposo cuando se trata de arrojar agua por lo que trate lanzarle la mayor cantidad que mis manos me permitieran, sin embargo eso no me quitaba el dolor de mis nuevas piernas.

-Esto nos servirá-decía con dificultad Sebastián al cargar un gran trapo.

Lo mire detenidamente y note que estaba algo sucio pero debido a que no tengo muchas opciones no tengo de otra más que usarlo, al menos si quiero parecer humana debo usar esta cosa.

-No luces tan mal-Angus me observo detenidamente para después ponerse a chapotear.

Sujetándome de una de las grandes rocas comencé a levantarme, cada paso que daba era horrible pero eso no quita que tengo que buscar Hiccup, coloque un pie enfrente de mí para continuar con otro hasta llegar a una gran piedra para descansar.

-No me gusta cómo se ven esas cosas en tus piernas-la mirada de Sebastián se mostraba preocupante.

Si fuera por mí le hubiera respondido pero debido a que estoy sin voz lo único que pude hacer es recargarme en la piedra para descansar un poco ¿Por qué es tan difícil ser Humano?

-¡Oye!-escuche una voz a lo lejos lo cual me altero y como todo buen entrenamiento que recibí de mi madre me oculte en aquella piedra-No te hare daño-me asome un poco para ver de quien se trataba.

Era un chico alvino y un poco desaliñado ¡Momento! Si no mal recuerdo él iba con Hiccup en el barco de la otra vez lo que significa ¡El puede llevarme con el!

The little mermaid (Versión Mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora