We are young, but we have heart

26 2 6
                                    

Valenthine estaba horrorizada, sabia que pasaba, ella recordaba su muerte, recordaba a Jay, y lo había estado observando desde arriba, desde abajo y desde su entorno, y sabia la locura que lo carcomía, sabia su relación con lo sobrenatural, con lo visible e invisible, pero no sabia todo. Corrió hacia la casa de Jay, dispuesta a acostarse en su cama, abrazar una de las miles sudaderas azules de el, y pretender que todo fue un mal sueño. Haciendo eso fue como se desmayo, y ahí quedo, por horas.

Mientras tanto, en el inframundo, Lucy estaba increíblemente preocupado, arreglándolo todo, enseñándomelo todo, parecía como si fuera a irse, o si alguien importante llegaría.

- Leth, - Dijo un dia, después de mucho no hablar - Donde te hubiese gustado vivir de haber crecido?

- Mm... - Dije mirando hacia abajo con un aire de melancolía, Nunca existí, nunca crecí, eso dolía.- No lo se, me gustaría haber visitado Japón... Oceanía... muchos lugares.

Lucifer me miro con una sonrisa de idiota enamorado, chasqueo los dedos, y automáticamente todo se volvió de noche. Algo frío toco mis pies, era agua, agua de mar, y en el agua se veían pequeñas luces azules, estábamos en esa famosa playa de Oceanía de las bacterias luminosas. No podía creerlo.

- Q-que tal ? - Dijo Lucy con una sonrisa de satisfacción por mi sorpresa y felicidad.

- Lucy! - Lo abracé, estaba tan feliz, estaba con la persona que amaba en el mejor lugar del mundo. Las olas rompiendo en la orilla brillaban, tanto como nuestros ojos, felices de ver al otro, a un ser realmente amado, lo cual en nuestras vidas, no habrían visto  nunca. 

- Te amo, Leth - Dijo con voz suave, sentía su aliento en mi cuello, sus brazos en mi cintura, de verdad que no podía estar mas feliz.

- Yo te amo mucho mas, Lucifer.

xX♫born in this world as it all falls apart♫Xx

Jay fue dado de alta, pasaron los días de convivir con un robot, sin sentimientos ni gustos. Ambas chicas se sentían aborrecidas por el chico frío que amaban, una como madre, y otra como toda una pequeña mujer. August se negó a convivir con el, y se volvió a su ciudad de origen con su familia, al departamento de antes. Leela estaba devastada. Valenthine parecía estar rota, parecía que sentía menos que Jay, estaba extrañada, tenia terrores nocturnos, no dormía, no comía, solo se sentaba a observar una foto de Jay y compararla con el inexpresivo chico parado en la tienda de cómics. 

Todo parecía estar atado a la monotonía infinita, parecía que nada cambiaría en un largo tiempo, de no ser que Valenthine, todas las noches, lo despertaba a Jay, y le repetía, una y otra vez...

¿¿¡¡¡¡ ME RECUERDAS!!!!?? ¡¡¡SOY VALENTHINE!!! RECUERDAME!! Recuerdame....

Y rompía en llanto.

Un ángel bajo al inframundo un dia. Comenzó a golpear a Lucifer, sin siquiera burlarse, sin que le importara nada, la ira lo invadía, y quería descargarse.

- Hey tu, idiota! - Grite acercándome, mientras veía como Lucifer me miraba con dolor, con preocupación, con vergüenza.- Que mierda te pasa? 

Comencé a ver todo verde, el enojo me carcomía enteramente. Solo vasto con acercarme un poco para notar, el rostro de el ángel, la costura en su cuello y el moretoneado en su pecho. Era el, el ángel que yo había 'matado'.

- Jujujuju - Dijo soltando al pobre Lucifer, dejándolo caer al piso bruscamente, mientras se frotaba las manos, y sus ojos brillaban de luz blanca.

- Oh dios no... - Dije sin pensar, aterrada por lo que ese espectro podría hacerle a Lucifer.

- Oh chavita pequeña, a que Dios le hablas? - Dijo con una sonrisa cortada, amplia, terrible.

- Obviamente no a TU dios, idiota - Dije con reproche.

- Yo soy dios, pendeja - Respondió intensificando aquella mueca.

-Q-qu..

- YO, MICHAELLO ANGELO! DUEÑO DE TODO LO VISIBLE E INVISIBLE, JESUCRISTO? DIOS? ÁNGELES? JAJAJAJA PEQUEÑA ESTÚPIDA INGENUA! TODO SE REMONTA A MI, A MI NECESIDAD DE DIVERSIÓN! SE SUPONÍA QUE EL DEMONIO ERA MALO, PERO AHORA ES UN MARICA DE MIERDA! ME ENOJA! ME ENFURECE! QUIERO SANGRE! QUIERO DOLOR! MATADSE, MATADSE AHORA! - Comenzó a vociferar con locura, con ira, con rencor, como lo odiaba, lo odiaba con mi vida, Michaello... Que manga de idiota.

Lo golpee, lo golpee con todas mis fuerzas, las fuerzas de Lucifer y de las personas que habían muerto para contentarlo, de los mártires, de las personas que se sacrificaban esperando una recompensa divina. 

Su boca se abrió, su mandíbula callo y sus dientes y garganta quedaron a la vista total. Lo tire al piso comencé a patearlo, a machacarlo. El no hacia nada por defenderse, parecía disfrutarlo, disfrutaba tanto de el dolor ajeno como del propio. La misma sonrisa sádica de Lucifer en la paliza anterior a este ser se materializaba. Haciéndolo resplandecer con maldad pura. Se paro y se acerco al cuerpo inmovilizado envuelto en vendajes blancos y pantalones rallados.

- Eres un marica, te sientes orgulloso de no hacer absolutamente nada de lo que deberías - Dijo con voz de dolor el ángel. Lucifer sonrió tan intensamente que sus ojos se cerraron.

- Heh yo ya no tengo molestias ni problemas de vivir entre llamas eternas, pero de querer tomar mi lugar? yo no le veo el problema - Y tomando esa rima como despedida, de una pisada le aplasto el cráneo. 

Una noche, Jay se saturo. No soportaba esa incomodidad, quería estar solo, quería matar a todos. Se levanto sudando a las tres de la mañana, vio que Leela estaba tomándose un te en la cocina.  Saco parte de su armamento y se dirigió con ella, no dijo nada, solo la miro con sus pequeños ojos repletos de odio abrió fuego contra ella, mientras Valenthine dormía. Obviamente los disparos la despertaron, y corrió a la cocina solo para ver la cara de locura de Jay, sus cabellos negros alborotados, y a Leela tirada en el piso, sin vida, con un rostro de dolor, pero no dolor físico, dolor mental. 

- Jay que mierda!? - Grito la joven de cabellos marrones

- Cállate, Cállate! - Grito el ya mencionado, apuntando con una de las pistolas a la chica y con otra a su propia sien, justo después se desmayo.


UranoFobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora