𝙳í𝚊 2: 𝙼𝚎𝚝𝚊𝚖𝚘𝚛𝚏𝚘𝚜𝚒𝚜.

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—¡Que empiece tu transformación!—exclama Karen, y de inmediato se que estoy en problemas. De hecho, desde que entré a la habitación supe que parte de mi vida tanto como mi reputación estaban en juego, y yo estoy dejando mi cuerpo a merced de éstas dos chicas obsesionadas con el reto, ahora que lo pienso, es un reto muy absurdo... ¿Cómo van a engañar a todos una transformación simplona? Ni que fuera Marinette de Miraculous.

—Para ser una NERD, tienes que tener un peinado desaliñado y...—Agnes deja la frase en el aire.

—¿Y?—pregunto, alarmada examinando mis cabellos rubios con preocupación. Me tienen sentada frente al enorme tocador de Agnes, es por esa razón que mi cambio está a cargo de ella. Mi amiga coloca su puño en la barbilla, pensativa, mientras me observa a través del espejo.

—Una gran capacidad intelectual, eso es lo más importante—comenta Karen, que se encuentra sentada en un rincón comiendo unos rollitos de sushi con palillos. A su lado veo una pila enorme de libros. Tal vez esta noche estudiaré más que en mi vida antes...—. Hablan sobre comida, mete algún dato interesante sobre calorías o carbohidratos, te aseguro que ningún idiota de North West ha prestado atención a la clase de la señorita Smith.

—¿Tú sabes que es un carbohidrato?—le pregunto mientras Agnes comienza a tomar mechones de mi cabello, ella se queda callada con las mejillas regordetas llenas de comida.

—Oye, tranquila... Conmigo no tienes que practicar tu comportamiento nerd—con trabajo habla por la comida, hago una mueca de asco. Claro, es la única excusa que se le podría ocurrir ahora... Karen tampoco ha prestado atención a las clases de la señorita Smith.

Chillo al sentir un jalón brusco en cabello, miro a Agnes furiosa y ella me sonríe a modo de disculpa, me hace una coleta muy apresurada; con muchos nudos y enredos, pareciera que el Tío Cosa de Los Locos Adams, ha decidido mudarse a mi cabeza.
Karen se levanta de donde está, y extiende la cajita que trae en la mano hacia mí. De manera dudosa, la abro. Y mis ojos se saltan a más no poder cuando me doy cuenta que son unos frenillos para los dientes.

—Ni lo piensen—digo, y ambas intercambian miradas, con unas sonrisas maliciosas en el rostro.

Me ponen unos que se pueden quitar y colocar cuando sea, casualmente el tío de Agnes es dentista conseguir uno de estos ha de haber sido papa comida.
Alborotan mis cejas y ajustan algunos detalles. Cuando se retiran de mi campo de visión, me encuentro con la criatura más extraña tal vez y sólo tal vez en el cosmos, después de los extraterrestres.
No me parezco en nada a mí, es como si fuese otra persona... Mi cerebro aún está intentando procesar que adefesio estoy mirando en el espejo.

—Querida amiga, ahora eres Sam Trainor—corean ambas, y yo gruño irritada.

—Juro que cuando éste maldito reto terminé, las mataré a ambas—digo, y ellas ríen con la situación.

—Deja la actitud de psicópata suelta, y alistemonos. ¡North West nos espera!

~*~

Ya en al escuela, tengo que actuar como una marginada y eso es justo lo que hago. Admito que es difícil, sobretodo dejar pasar las miradas raras que me lanzan los demás estudiantes. ¡La idea es pasar desapercibida! Muchos murmuran cosas sobre la “nueva estudiante”, osea yo... Un momento, ¿Soy estudiante? ¿Sam Trainor es una alumna más en North West?

—Chicas... No quiero arruinar está estupidez, pero, ¿Cómo es que puedo asistir a la escuela siendo otra?—digo lo último sintiéndome un poco rara después de eso.

—Por eso no te preocupes, el director Brown no tiene idea de quién entra y sale de esta escuela. Sabes que es lo único que le importa: rosquillas, café y pasar la mayor parte del día durmiendo—dice Karen.

—Vaya ejemplo a seguir de próximas generaciones—digo sarcástica. Mi amiga suelta un chillido mirando al pasillo.

—Quédate quieta—susurra Karen, al ver venir a Lowell hacia donde estamos. No Lowell, no.

¿Qué me quede quieta?... Soy una estatua.

—Anda querida Sam—dice Agnes y me empuja hacia el pasillo. Doy un torpe paso hacia adelante, haciendo que Lowell y yo choquemos. Primeros minutos del reto y  ahora me doy cuenta de que mis “amigas” enserio gozan verme pasar vergüenza.

«Mierda»pienso, cerrando los ojos con fuerza.

—Disculpa...—me obligo a decir, con las mejillas complemente rojas.

—No hay problema.

Sus ojos se clavan en mí y no puedo evitar sentirme incómoda. Estoy frente a mi peor enemigo... En una rara situación, y él ni siquiera sabe que soy yo, Harley. De saberlo, ahora mismo estaría muerto de la risa al verme así.

—¿Eres nueva? De haberte visto, quizá lo recordaría.

—Si lo soy...

—Bueno, bienvenida a North West—sonríe.

Y yo de la pena no sé que hacer, así que saco a la vista mis frenos con una enorme sonrisa de oreja a oreja. La expresión de Lowell por un momento es de confusión y al instante cambia a una sonrisa un poco torcida.
Sé que parezco una subnormal, pero cualquiera debe admitir que debería tener una nominación al Oscar   cuando termine con esto.

—∆—
Lo de Miraculous se me ocurrió gracias a un comentario de una lectora ❤️
¡Gracias por leer! :)
✓EDITADO

Fingiendo ser una NERD (en proceso de edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora