Capítulo 14.

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Entre más pasaba el tiempo, mas incontrolables eran mis ganas de revisar el celular de Myungsoo, este seguía sonando, y no solo eso, mensaje, tras mensaje llegaba, conté veinte y decidí no seguir haciéndolo, obviamente todos de Sungjong, ¿Qué estaba pasando?, acaso... sacudí mi cabeza para borrar esa idea tonta de mi cabeza.

Decidí irme a la sala a ver la tv un rato, ya había oscurecido cuando escuche el ruido de una camioneta estacionándose, apague rápidamente la tv, y corrí al cuarto, me acosté en la cama e hice como que leía un libro, Sungkyu entro en la habitación, sorprendiéndome por ello, en realidad esperaba que fuera Myungsoo, pues los últimos días, Sungkyu no entraba si yo estaba dentro, ni siquiera volteo a verme, se acercó a su armario y comenzó a sacar unas toallas de este, tenía que arreglar esto, no podíamos seguir así.


—Sungkyu, necesitamos hablar.


Siguió como si nada, como si yo no estuviera ahí, lo tome por el brazo pero él se zafo y siguió con lo que hacía, lo volví a tomar por el brazo, pero ahora con las dos manos, haciéndole imposible el que se zafara de mi agarre, volteo a verme, me dolió la forma con la que me miro, había dolor y enojo en su mirada, estaba dolido, lo sabía.


—¿Qué?


—Por favor hablemos...


—No hay nada de qué hablar, por favor solo déjalo así, con el tiempo se me pasara, ahora haz como si no existieras, como si nunca hubiera sido capaz de verte, de esa manera harás las cosas más fáciles para mí.


Saco lo que estaba buscando y salió del cuarto, sus palabras me habían dolido, pero no podía quejarme, realmente me había merecido eso, no podía hacer nada más, de intentarlo, lo único que haría sería aumentar su dolor, así que me quede ahí, sentado esperando a que el dolor en pecho disminuyera poco a poco.

Al poco rato Myungsoo entro a la habitación, se veía extremadamente cansado, me vio y corrió a mí, se sentó a mi lado y recargo su cabeza en mi hombro, yo deslice mis dedos por su sedoso cabello.


—¡Estoy exhausto!

—¿Quieres que de un masaje?


Solo asintió con la cabeza, tal vez y solo tal vez era mi imaginación, pero... había un ligero olor a perfume y no era el que Myungsoo usaba, mi mente comenzó a jugarme sucio, no quería hacerme ideas equivocadas, así que solo lo ignore.


—¡Ah cierto mi celular! ¿No lo has visto?


—Creo que estaba encima de la cama, lo escuche sonar hace un rato.


Lo tomo y lo miro por un rato, se concentró tanto en aquel aparato, que me sentí invisible de nuevo.


—Iré a lavarme la cara y regreso.


—Está bien, no iré a ninguna parte.


Salió de la habitación y aunque no me sorprendió, no pude evitar sentirme celoso cuando vi que llevaba el celular en la mano, tenía que tranquilizarme, o al menos intentarlo, pero luego de casi una hora, Myungsoo aún no regresaba a la habitación, ¿de qué se trataba aquello? Iba a ir a buscarlo cuando entro.


—Al final termine bañándome...


—Ya veo... al menos ahora hueles rico, ven recuéstate.


—Quiero recostarme en las piernas de Choding.


—¿Eh?... Está bien.


Me senté con la espalda recargada en la cabecera de la cama, Myungsoo puso su cabeza sobre mis piernas, comencé a acariciarle el cabello, deslizando mis dedos por su sedoso cabello, aún estaba un poco húmedo, así que lo agitaba un poco para que terminara de secarse y no fuera a enfermarse, Myungsoo se quedó dormido casi al instante, haciéndome suspirar al darme cuenta de que no habíamos apagado la luz, no quería moverme y despertarlo, así que la deje así.

Aproveche aquella oportunidad para observarlo más detenidamente, sus ojos, sus pestañas, sus labios, sus cejas, todo, absolutamente todo me gustaba de él, Myungsoo se movió un poco, buscando una posición más cómoda, pero aquel movimiento hizo que la playera del pijama se jalara un poco y parte de su clavícula y hombro quedaran al descubierto.

Sentí mi corazón comprimirse con lo que vi, una pequeña mancha roja y no precisamente de las que te salen por alguna alergia, no... era la marca de un beso, un beso que no le había dado yo, deje de acariciarle el cabello y lleve mis dedos a aquella zona marcada, deslizando esto por su piel, con la esperanza de que aquello se borrara, con la esperanza de que fuera simplemente una mancha, pero no fue así.

¿A que estaba jugando Myungsoo? ¿Era ese tipo de persona? Me dolía porque yo le había dicho las limitaciones que tendría nuestra "relación", pero eso no le daba derecho a ir a buscar a alguien más para satisfacer sus deseos carnales, ¿o sí?

Quite su cabeza de encima de mis piernas, de una forma un tanto brusca, arrepintiéndome al instante, rezando porque no despertara en ese momento, no tenía las fuerzas suficientes para enfrentar aquello, por más que le daba vueltas en mi cabeza, no podía culparlo, no podía porque yo nunca sería capaz de satisfacer a Myungsoo en ese ámbito carnal... pero dolía, dolía mucho.

Fui a apagar la luz y en lugar de regresar a la cama de Myungsoo, me recosté en la Sungkyu, no tenía el valor suficiente para tenerlo cerca, porque terminaría explotando, terminaría echándole todo en cara y temía que Myungsoo se fuera de mi lado, mi cuerpo comenzaba a sentirse pesado de nuevo, el sueño iba apoderándose de mí, pero fui capaz de escuchar su voz.


—¿Choding?


—¿Si?


—¿Qué haces ahí? ven y acuéstate aquí a mi lado.


No le conteste, no sabía que decirle, ni siquiera me sentía capaz de hablar en ese momento, Myungsoo se levantó de su cama y fue hasta donde yo estaba, al escuchar sus pasos acercándose, aproveche para girarme hacia la pared, temía enfrentarlo, no podía... Myungsoo se dejó caer en la cama boca abajo, dejando caer su brazo alrededor de mi cuerpo.


—Incluso si tu no vas, yo puedo venir a donde estas.


Tonto Myungsoo, con esas simples palabras logro hacer que mi enojo desapareciera, me di la vuelta, haciendo que el también girara, quedando frente a frente, podía sentir su mirada, aun si en ese lado de la habitación la luz no llegaba y me era casi imposible distinguir algo entre las sombras, me escondí contra su pecho, aspirando el dulce aroma de su jabón, ahora Myungsoo olía a Myungsoo, él subió una pierna en mi cadera, pesaba pero no me molestaba en lo más mínimo, era un peso que me calmaba, sentí sus labios besar mi cabeza, haciéndome sonreír como tonto.


—Lo siento...


—¿Por qué te disculpas?


—Solo acepta mis disculpas, Choding...

Espere a que dijera algo más, pero su regular respiración me hizo entender que se había quedado perdidamente dormido, rodee su cuerpo con mi mano, aferrándome con fuerza a él, lo amaba tanto pero... ¿sería capaz de compartirlo con alguien más?

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