3. "They don't know about us"

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- Jos, no quiero dormir. - murmuró Alonso. - No quiero que los sueños me atormenten, no quiero recordar lo que ha pasado en estos meses, y eso es lo único que mi mente se encarga de poner en mi cabeza cada que cierro los ojos, es horrible. Y lo peor es que no puedo hacer nada para que estas cosas no pasen. - el pelinegro se acercó a Alonso, lo abrazó y dejó un beso en su rubia cabellera.

- Tranquilo, Alón. Yo estaré aquí cuando despiertes. - el ojiazul sonrió y asintió. Ambos se acostaron en la cama que compartían, y el menor no tardó en quedarse dormido, ocasionando que su martirio empezara más rápido.

"Estaban Alonso y Jos sentados en la mesa de la casa en la que alguna vez vivió el rubio con sus padres y hermanos. Toda la familia del ojiazul estaba presente, y eso lo ponía de nervios, puesto que ese día les iba a decir a sus padres que era bisexual y que tenía una relación amorosa con el que ellos conocieron como su "mejor amigo". Sus manos sudaban excesivamente y no había tocado la comida del plato que yacía frente a él.

- Tranquilo, Alon. - le susurró Jos, tomando su mano por debajo de la mesa. Ese pequeño acto fue suficiente para que tuviera la seguridad de hablar con sus padres. Martín, Diego, Braulio y Vanessa ya lo sabían, así que era una carga menos para el pequeño.

Tosió un poco, llamando la atención de todos en la mesa, sus hermanos sonrieron, sabiendo lo que se aproximaba. 

- Oh, cierto, tú querías decirnos algo. Habla, cariño, por favor. - su madre, Columba, le sonrió a su hijo.

- Este... sí, yo, ermh. - carraspeó y Jos volvió a apretar su mano. - Y-yo s-soy - pasó saliva, intentando deshacer el nudo que había nacido en su garganta. - Soy bisexual, y Jos es mi novio. - dijo al fin, sintiendo como el peso en sus hombros se intensificaba. La mesa se había quedado en completo silencio, lo cual no favorecía en nada a Alonso.

Todos dirigieron sus miradas a la punta de la mesa rectangular, precisamente, hacia Martino, el padre de Alonso, quien se había levantado de la mesa, mirando con repulsión a su hijo. Lo siguieron con la vista, hasta que desapareció por la escalera.

- M-mamá... - murmuró Alonso.

- Yo hablo con él, tranquilo. - sonrió y fue por el mismo camino que siguió su esposo. A los minutos, se escucharon los pasos bajando las escaleras y las esperanzas de Alonso crecieron en su pecho, pero al ver que su padre bajaba con un par de maletas, su rostro se tornó pálido. - Martin, por favor, es tu hijo. - dijo la señora, haciendo que el hombre se detuviera.

- Esa aberración no es mi hijo. - se soltó del agarre de su mujer, y salió de su casa. Alonso se levantó de la mesa, junto con Jos y se dirigieron a la puerta.

- P-perdón, mamá. N-nosotros nos vamos, esto es mi culpa, adiós. - salió de casa y comenzó a caminar con Jos a su lado, tomados de la mano. Ambos iban en silencio, lo mejor era no hablar del tema. De pronto, todas las personas que pasaban junto a ellos, comenzaban a murmurar insultos y a señalar a los dos muchachos tomados de las manos. "Aberraciones", "No deberían existir", "creaciones del diablo", y demás. De pronto, Jos ya no tomaba su mano, sino la de una chica que ni siquiera conocía. - Jos, ¿qué estás haciendo?

- Perdón, Alonso. Yo, yo te quiero, pero... esto - señaló su mano entrelazada a la de la chica - es lo correcto, no esto. - se señaló a sí mismo, y luego a Alonso. Y su corazón se hizo trizas una vez más."

- J-jos. - movió ligeramente a su novio, logrando despertarlo.

- ¿Pasó algo bebé?, ¿otro sueño? - se sentó y miró a Alonso, quien asintió, pasando saliva. 

Sing me to sleep «j.v» [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora