"Obsessive Poison": El amor se vuelve Obsesión, la Obsesión se vuelve locura ©

Capítulo 10

"Addictive revenge"

Sakiko ya no permanecía más en la enfermería, pero de algo estaba segura, fue Adrian quien la llevó en sus brazos a ese lugar para evitar que ella pudiese morir, se sentía agradecida, pero nunca conseguía llamar la atención de Adrian, ella le vio por primera vez cuando el era nuevo en la Academia, ella estaba dentro del  salón de coro, en el que Esmeralda cantaba mientras ella tocaba el piano y Juliette ella violín.
Era algo inexplicable, no sabía cómo describir que sintió cuando vio a Adrian fuera del salón del coro con sus compañeros, el era tan tranquilo, Sakiko podía sentirlo, él era distinto, Scarlet trataba de llamar su atención, pero Sakiko se ponía nerviosa de manera extraña, nunca sería como el sentimiento que sin avisar le producía Adrian constantemente.

Era posible que Sakiko no tuviera confianza en Scarlet cada vez que él se aproximaba a ella, pero al menos por esa vez ella podría ser amable y dulce sin titubear ni temblar, la primera vez que intentó espiar a la habitación del joven este la descubrió repentinamente y ella no pudo disimular sus intenciones. Ahora Sakiko estaba decidida a agradecerle a Adrian y a sus amigos por preocuparse, fue lindo que Esmeralda no la ignorara cuando la encontró tendida en el suelo con el frasco de pastillas, definitivamente era una buena persona.

La obsesión se torna ceguera.

El caballero se encontraba haciendo los preparativos para su presentación, el pretendía hacer una obra teatral, eso le encantaba y sabía perfectamente que la manera más eficaz que el tenía a su alcance para expresar sus emociones o personalidad era actuando. ¿Podría existir algún imprevisto capaz de perturbar su inspiración?. Él se sentía tan inspirado que pensar en la presentación que realizaría lo hacía perfeccionar su sonrisa a cada minuto.

Scarlet formaba la figura de un castillo, con baras de madera pintadas de blanco, era una obra maestra, nunca se había sentido tan concentrado, él era consiente de ser una persona responsable en todo el sentido de la palabra, pero nunca había entregado su dedicación a un "trabajo" de forma tan espléndida. Eso llamaba bastante su atención, haciéndole recordar una de las frases del profesor de pintura:

"El talento de un individuo gana más valor cuando se trabaja con pasión."

Eso era lo que él hacía, lo que sus buenos compañeros hacían, nunca antes había conocido a alguien que cantara con la fuerza y libertad con la que Esmeralda era capaz de hacerlo, no sabía cuan hermoso podía ser un dibujo hasta que vio los de Adrian, Scarlet conocía bien sus habilidades y virtudes, pero le reconfortaba tener con quien compartirlos e identificarse.

Mientras tanto, Adrian dibujaba la figura de un ángel de aspecto femenino y sutil, sentado sobre una roca mirando al cielo, era evidente que le ponía todo su empeño y plasmaba sus sentimientos e incluso dejaba al beneficio de la duda el origen de su inscripción, cualquier persona podía suponer en que se basaba al dibujar, otros hasta podían adivinar y eso le motivaba aún más, saber que su actividad favorita era fuente de interés.

Juliette tocaba el violín para hacer más agradable el ambiente, mismo que ella había notado estaba cambiando. Hacía frío todavía, pero los jóvenes no se distraían por esa razón. Cada uno intentaba combatir la pereza a pesar de estar aburridos, por eso procuraban interesarse más en sus labores.

Esmeralda intentó deshacerse del estado monótono y mecanizado del entorno, así que decidió cantar una canción se puso de pie con las manos contra la mesa estirándose hasta quedar de puntillas, el impuso con el que se levantó de su asiento hijo que sus cabellos castaños con luces rojizas se tambalearan hasta cubrir su cara casi por completo.

-¡Hey Juliette!_. Exclamó Esmeralda retirando con una de sus manos el cabello de su cara. Aquella llamada de atención le hizo recordar a la canción "Hey Juliet", formó una sonrisa en sus labios color durazno y continuó diciendo: