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-Bien chicos, a un lado. Ahora me toca divertirme a mí. Voy a follarme a la rubita, que creo que lo está deseando.

De mala gana, los 4 se apartaron mientras Carlos se acercaba poya en mano. Valentina no sólo no cerró las piernas, sino que viendo lo que venía se relamía, aún con los restos del semen preseminal de goyo en la boca, y se abrió un poco más. Carlos la miró con lujuria y le dijo:

-¿Qué es lo que debe decir ahora la putita?.

-Fó....Fóllame!. - Valentina entendió a la perfección el lenguaje morboso de Carlos. Estaba empezando a tener una rara empatía con ese hombre. Carlos apoyó el capullo de su poya en el clítoris de Valentina, repasándolo arriba y abajo, deleitándose con los flujos que veía brotar de aquel coño rasurado y carnoso. Segundos después, metió su poya dentro de un empujón, haciendo que Valentina exclamara en un gemido de placer interminable...

Carlos follaba a Valentina a ritmo, sin descanso, sin aflojar. Las tetas de la aspirante a oficinista subían y bajaban y ya tenía la poya de Pepe en la boca, mientras Goyo la frotaba contra sus tetas y Nelson y Luis buscaban la mano de Valentina. En unos instantes, ella tuvo en sus manos las poyas de ambos, y empezó a mirar de reojo la del negro, consciente de que era la mayor como correspondía a la fama que todos conocían.

Los espasmos de Carlos anunciaban que se corría. Con breves gemidos, Carlos descargó la leche sobre el pubis de Valentina, y casi sincrónicamente, Goyo lo hizo sobre sus tetas. En unos segundos Valentina estaba ya doblemente bañada en semen,y eso sólo hizo que se excitase más. Luis apartó rápidamente la mano de la rubia y se dispuso a follarla. Pero el negro le detuvo y ordenó antes a Valentina bajar de la mesa. Se dirigieron al sofá donde la pusieron en 4, y Luis metió su poya casi con desesperación en aquel coño que chorreba flujos ya casi constantemente. Al abrir los ojos delante, Valentina vió ahora la poya del negro, grande y dura como una morcilla con un capullo rojo que Nelson agitaba sonriente ante su cara. Sin dudarlo, ella intentó metérsela en la boca, apenas a la mitad, pués le daba en la garganta y veía que podía ahogarse con aquel falo inmenso. Sin embargo, la excitación y el morbo la ayudaron y consiguió ejercitar una manada constante que a Nelson empezó a tenerlo en la gloria.

Mientras Luis hacía rebotar sus pelotas contra el culo de Valentina en una follada interminable. Pepe no podía más, y decidió correrse sobre la espalda de Valentina.

Valentina. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora