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Sentados en las butacas, Goyo y Carlos hacían comentarios sobre la buena hembra que tenían delante, y las veces que se la iban a calzar si aceptaba el trabajo.

-Creo que es de las mejores.-Decía Goyo.- Se ve que tiene hambre de poya y nosotros necesitamos motivarnos con algo así. Deberías contrartarla sin dudarlo.

-Sí, pero quiero estar seguro que ella acepta follar siempre que se le diga. Tiene que llevar teléfono, agenda y albaranes, y además tiene que follar y comernos la poya siempre que yo se lo ordene.

Nelson apretaba la cabecita de Valentina contra su poya, consiguiendo casi meterla entera mientras ella daba arcadas. Lejos de protestar, y con la poya de Luis aún bombeándole el coño, Valentina retornó a la mamada casi con ansia. Por alguna extraña razón, le encantaba volver a comerse aquel cipote negro y enorme. Así estuvieron otros cinco minutos, hasta que con un gesto Nelson y Luis decidieron cambiarse. Luis metió su poya en la boca de Valentina, y abriéndole más las piernas, hasta casi hacerla daño, Nelson introdujo lento, como sus caricias, su enorme verga en el chocho de la rubia casada que tanto les estaba alegrando la mañana.

Ahora sí que Valentina se sintió casi desfallecer...Nelson aceleraba muy poquito a poco, y pese a que ella siempre fué muy dura a la hora de correrse, Valentina notaba que ya no aguantaba más. La poya del negro le llenaba el coño y las entrañas, y el cipote de Luis en su boca empezó a agitarse excitado al notar el jadeo de la rubia. Pepe pasó de nuevo a sobarle las tetas, y se metió por debajo de Valentina para succionárselas como había hecho Nelson al principio.

Luis no pudo más y se corrió en su boca. La leche brotaba de los labios de Valentina que estaba tan extasiada que la tomó como un manjar. Se relamió, tragó la que pudo, y el resto le adornaba los labios como una vampira que hubiera mordido en sangre blanca. Nelson le preguntó malévolamente: - ¿Quieres que la saque, zorrita?.

Valentina, estaba en el cielo y no tenía fuerzas para responder. En ese momento, un fuerte azote sacudió su culo. Después otro, y otro. Nelson continuó alternando su follada con la azotaina, hasta que Valentina dijo:- Nooo, no la saques....fóllame.....no la saques....fóllameeeee.

Valentina. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora