19.

1.2K 151 29
                                    

Acomodé la corbata una vez más antes de sonreír hacia el espejo y salir de la habitación a paso lento. Mabel salía de su habitación con su uniforme perfectamente planchado y ordenado, al igual que su cabello brillante, adornado con una pequeña moña azul. Fuera de la casa nos esperaba Bill con dos bolsas negras bajo sus ojos, y nuestros tíos.

Se preguntarán qué pasó luego de la noche de navidad, cuando dejé a Bill con una erección en mi habitación. Si soy sincero, tan solo recuerdo que el tío Ford nos obligó a levantarnos, ya que debíamos celebrar ese "día especial" con la familia. Pero cuando quise salir de la cama, Bill me abrazó y también me obligó a quedarme con él. No tuve otro remedio que volver a acostarme y soportar sus caricias.

Esa mañana lo eché a patadas de la casa. Mabel había entrado a la habitación gritando que era veintiséis, el día de nuestra graduación y realmente me alteré. Bill salió corriendo de mi casa, aún con la ropa desordenada del veinticuatro, gritando que en quince minutos estaba fuera de casa. Y lo cumplió. Quince minutos después, un rubio con ojeras y cabello desordenado, además de corbata mal atada, se encontraba fuera de mi casa. 

Salí después de Mabel, quien era la más animada de los cinco, y cerré la puerta con fuerza. Caminé hasta Bill y me paré de puntillas para darle un corto beso en los labios, él se reincorporó, casi como un reflejo, y me empujó hasta el auto de mis tíos. No pasé de desapercibida la sonrisa tonta que se asomaba por sus labios ni el sonrojo que adornaba sus mejillas. Reí y me metí en el auto.

Cinco minutos después, estábamos en el instituto. ¿Cómo no? Si era el tío Stan quien conducía. El tío Ford tenía las uñas clavadas en el asiento y respiraba irregularmente, echándole una mirada matadora a Stan. Incómodos por la situación, Bill, Mabel y yo, bajamos del vehículo y corrimos hasta el patio trasero del edificio, avisando que nos veríamos luego en el salón de clases.

°°°

Me encontraba recorriendo los pasillos, completamente solo. Mabel se había ido con sus amigas y Bill se despedía de Tom, ya que este se iría a estudiar a otro país. Marco estaba aferrado a una de las piernas del pelirrosa, intentando ahogar sus sollozos contra el pantalón de éste.

Pasé por el pasillo donde le hicimos la broma a Pacífica y sonreí melancólicamente al ver una pequeña mancha verde en el suelo que no se había podido borrar con facilidad. Mi mano acarició la pared blanca y caminé hasta mi casillero, suspiré y lo abrí. Un trozo de papel mal cortado cayó de éste y sonreí.

"Dipper,

ignoraré la estupidez que escribiste en tu última carta. Dime; ¿quieres conocerme? No planeaba decirte yo mismo quién soy, quería que tú mismo lo descubrieras, pero eres un tonto y tardaríamos siglos. No quiero esperar hasta que nos casemos para decirte "¡Oye! ¡Yo era el chico de las cartas!""

Miré la hoja, confundido. ¿Casarme con él? No quiero conocer a un loco, gracias.

"Apuesto a que ahora debes estar pensando que estoy demente, pero era tan solo una broma, tranquilo"

Al instante, la risa de Bill vino a mi cabeza.

"Quiero que nos encontremos en el cuarto del conserje cuanto antes, termina de leer esta carta y corre hasta aquí, el tiempo se acaba. Tic-Tac. 

Tranquilo, no es tan raro como parece, ambos cabemos perfectamente. Además, estaremos muy cerca y eso es un punto a favor para los dos. 

Te esperaré, por favor no faltes"

Esta vez la carta no estaba firmada, pero no le tomé importancia, quizá estaba apurado, él mismo lo dijo. Acerqué la hoja a mi nariz y la olí, pero nada, no había ningún olor. Aquel peculiar olor a perfume no estaba. Ladeé la cabeza, confundido, pero no me detuve. Comencé a correr hacia el cuarto del conserje. Las piernas me temblaban, al igual que mis manos cuando las dirigí hacia la perilla para abrir la puerta.

Todo estaba oscuro, como la vez que entré aquí con Bill, había olor a productos de limpieza y se podía notar una leve capa de polvo flotando. Estiré mis manos hacia el frente, intentando encontrar algo, pero solo conseguí estrellarme contra la pared. La luz se encendió, obligándome a cerrar los ojos, puse una mano sobre mi frente y miré hacia arriba, encontrándome a una chica colgando de unas escaleras. Su cabello verde, cubierto por una capucha negra y su excesivo maquillaje la delató. Pacífica me miraba con una sonrisa en su rostro. 

Bajó de un salto de las escaleras y se acercó a mí.-¿Realmente te creíste eso? ¡Eres un idiota, por Dios! -cubrió su boca con una de sus manos, ahogando una sonora carcajada.

-¿Tú eres mi "admirador" secreto? -pregunté, ladeando la cabeza- ¿Y qué pasó con el perfume de hombre? ¿Por qué te referías a ti misma como un hombre, en lugar de una chica?

Pacífica rió una vez más, aún más alto. Sus brazos rodeaban su estómago y se doblaba hacia adelante, buscando el aire que se escapaba de sus pulmones cada vez que soltaba una carcajada. Aquello me confundió más. 

-¿Qué es tan gracioso? Puedes decirme, así nos reímos los dos.

Ella se reincorporó, secando una lágrima falsa con uno de sus dedos. Volvió a sonreír y me miró, entrecerrando sus ojos en forma de burla.

-¿No lo entiendes, Dipper? Tu "admirador" nunca existió.



al final no sé si dejarlo ahí o terminarla en el 20, ugh -c mata- 

PD: ¡¡¡Gracias por los 13K!!!


pins ¡! billdip [gf2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora