Capítulo 5

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En su despertar un buen susto de llevó, pues no imaginaba que con alguien en la cama se encontraba y encima le observaba.

– ¡Hola, precioso hombre! ¿Cómo amaneciste hoy? ¿Te duele el cuerpo?

– ¿Tan temprano y ya de gritón? – por alguna extraña razón no se sentía incómodo al estar con HyukJae en la misma cama – pero estoy bien y sí, me duele un poco el cuerpo. También quería darte las gracias, por preocuparte y cuidar de mí.

– Por nada, lo hice porque quería. ¿Quieres que te de un masaje? No es por presumir pero soy muy bueno en ello.

– No creo que sea buena idea – habló un poco inseguro.

– Ándale hermano, sólo déjate llevar.

– Bien – dijo aún dudoso, no confiaba del todo en el mugroso.

– Geniaaal, como te digo, déjate llevar y disfruta la vida hermano – volteó a ver sobre una pequeña mesa y preguntó – ¿Puedo tomar esa crema? Para deslizar bien las manos.

– Sí, claro.

– Ahora quítate la pijama y quédate en calzoncillos.

– ¡¿Eh?! Ah no, eso si que no.

– ¿Y cómo quieres que te dé tu masaje? ¿Poniendo la crema sobre la ropa? Piensa hermano, piensa, eso no es para nada lógico. – El tipo tenía razón.

Se quitó la ropa, se puso sobre su estómago y decidió ‘dejarse llevar’ cerrando sus ojos. Sintió como HyukJae se sentaba encima de su trasero. Ahora si iba a protestar pero apestoso habló primero.

– Oye, la cama es muy ancha y más baja de lo que es una camilla, sería muy incómodo para ambos, yo no podría darte un buen masaje y tus dolores empeorarían.

No habló, nuevamente HyukJae tenía razón, además, no causaba dolor en donde estaba aplastando su cuerpo.
Sintió como empezaba a extender la crema en toda su espalda y presionaba en ciertos lugares, haciéndole sentir bien, más que bien, maravilloso. Las manos se movieron al cuello, sobando hasta aliviar la tensión. Pasó a sus hombros e hizo círculos con el talón de sus manos.

Llegó a los omóplatos. A través de la columna vertebral. Aplicó más crema y se dirigió a su espalda baja. Con ello terminó en esa zona.

Hizo un sonido de protesta y lo oyó reír suavemente.

– Aún no he terminado, tranquilo y relájate.

Sintió como “señor ya no tan apestoso” se levantó, pero se volvió a sentar rápidamente. Una manos tomaron sus pies y los alzó. HyukJae se había sentado dándole la espalda. Esparció más crema en ambos pies y los masajeó con cuidado.

No sintió nada más. Estaba en una especie de trance, se sentía flotar en la nada. Era espectacular.

HyukJae siguió por sus pantorrillas. Subió a sus piernas. Se hizo un poco hacia atrás, quedando sentado en la espalda del policía, pero sin apoyar todo su peso, no quería lastimarlo, ni ahora ni nunca.

Aplicó más, mucha más crema en sus manos y las deslizó dentro de los calzoncillos, masajeando su trasero. Seguramente le dolía, y quería aliviar el dolor.

¡No quería que a bonito hombre le doliera una sola parte de su cuerpo!

– Eso se siente bien – balbuceó

DongHae, aún en su pequeño trance.

HyukJae no habló, no quería interrumpir la relajación del contrario. Sólo eso.

HIPPIE (EunHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora