Epílogo

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No podía conciliar el sueño por más que lo intentara. La emoción no se lo permitía. Había hablado con su precioso hombre y este le había dicho que le tenía una sorpresa. Se sentía nervioso a causa de la anticipación, nunca antes le habían dado un regalo sorpresa, bueno, ni siquiera recordaba haber recibido un regalo; y eso sólo hacía que su emoción se fuera hasta lugares muy altos. Pero aún cuando la sorpresa le entusiasmara, lo que más deseaba era ver a DongHae, no quería seguir hablando con él sólo por video llamadas, quería verlo de frente, en carne y hueso.

Ya habían pasado cuatro meses desde la última vez que estuvieron juntos, y cada día que pasaba lo llenaba de tristeza y ansiedad. Necesitaba verlo, tocarlo y hacerle el amor. Sin embargo; no podía, en su trabajo las vacaciones eran dentro de un par de meses más y las de DongHae eran hasta el año siguiente. La frustración lo embargaba, él necesitaba tenerlo a su lado, mirarlo a través de una pantalla ya no era suficiente.

El tener una relación a distancia era difícil, no por el dudar sobre los sentimientos contrarios, claro que no, confiaba plenamente en su novio, y su pareja confiaba en él; lo complicado eran las ganas de verlo, esas ganas de sentir al contrario, esas ganas que se hacían cada vez más intensas, más fuertes y que en determinados momentos hacía que se sintiera como si se ahogara.

Todos sus pensamientos y sentimientos eran tan fuertes que lo agotaron, haciéndolo caer en la inconsciencia que tanto había estado buscando.

Al despertar el día siguiente, lo hizo con el corazón acelerado, había llegado el día de su sorpresa. Pero al ver la hora, sus pálpitos se hicieron más rápidos.


¡Se le había hecho tarde!


Su bonito hombre le dijo que lo quería despierto a las ocho de la mañana y ya eran las once. Se levantó lo más rápido que pudo, cepilló sus dientes y se metió a la ducha – tenía dos días que no se bañaba y no quería arruinar su cabello, a su lindo hombre le gustaba bien cuidado y peinado – cambió sus ropas, fue al sofá de la sala y sacó su portátil.

¡Tenía tres video llamadas perdidas!

Rápidamente regresó la llamada, espero unos pocos segundos y entonces vio el rostro de su novio. ¡Se veía tan guapo!


– ¡Ay! Mi precioso hombre, lo siento me he quedado dormido, ayer no pude descansar hasta pasada las dos por los nervios, y hoy ya no me pude levantar a tiempo, ¿no he echado a perder mi sorpresa, verdad? – en la pantalla podía ver a DongHae reír.


– No, no la has arruinado, las llamadas anteriores eran para decirte que mi sorpresa se había retrasado, además, justo estaba por llamarte de nuevo – sus ojos llenos de alegría.


– ¡Bien! Entonces… ¿Cuál es mi sorpresa?


– No seas impaciente.


– ¡¿Cómo me pides eso?! Ya dime que escondes, apenas y me dejas ver tu rostro.


– Te lo diré después de que recojas el paquete que ya debe de estar en tu puerta, pero ten cuidado, es algo pesado.


– ¿¡Un paquete?! Bien, espérame un momento.


Corrió a toda velocidad hasta llegar a la puerta, y la abrió chocándose con un bulto, uno demasiado grande, uno que tenía manos y lo estaba abrazando, uno que olía exactamente como su bello hombre, uno que le dijo “sorpresa mi ya no tan apestoso Hyukkie”. Su estupefacción no le dejaba reaccionar, por dentro estaba bailando y gritando de alegría, pero por fuera no era capaz de mover un músculo.

DongHae al notar la falta de reacción del contrario, separó su rostro del cuello y le miró a los ojos, unos hermosos ojos que no parpadeaban y que miraban a la nada.


– ¿No te alegras de verme?


– Cla-claro que sí, sólo me tomaste por sorpresa – apretó sus brazos alrededor de la cintura del otro.


– Esa era la intención Hyuk.


Terminaron el abrazo, entraron a la cabaña y una vez en el centro de esta DongHae habló nuevamente.


– ¡Oh, rayos! ¿Qué le has hecho a las paredes?


– Sólo compré papel tapiz en blanco, los colgué con unos cuantos tornillos y los pinté, ¿no te gustan? Los hice para ti.


– Me encantan, pero me ha sorprendido ver mi cara en casi todas las paredes. ¿Por qué lo hiciste?


– Me sentía sólo, y pintar siempre me sube el ánimo, pero dibujarte a ti, me hacía sentir realmente bien.


– Eres tan lindo conmigo, te quiero. Te extrañé demasiado.


– Yo también te quiero y té extrañé. Pero ¿cómo pudiste venir, aún no tienes vacaciones?


– ¡Ah! Esa es la segunda parte de la sorpresa. Si me aceptas en tu casa, me quedaré a vivir contigo.


– ¿Hablas en serio? Yo claro que te aceptaría, pero ¿y tu trabajo?, digo, yo podría mantenerte sin ningún problema y con mucho, muchísimo gusto, sin embargo; se que te gusta mucho lo que haces, no me sentiría bien que dejaras algo importante sólo por mí – sus ojos estaban llenos de culpabilidad.


– Por ti lo haría Hyuk, sin tener ningún tipo de arrepentimiento, eres lo más importante para mi, incluso más que mi trabajo. Pero no te preocupes, cuando me fui, lo hice para pedir un cambio de Academia, hay que hacerlos con antelación, ahora estoy en una que me queda a cuarenta minutos de aquí. Así ahora podremos vivir juntos.


– ¡Todo será perfecto para nosotros mi hermoso hombre! En las mañanas, antes de que vayas a tu trabajo meditaremos, agradeceremos al universo el habernos permitido estar juntos. ¡Estoy tan feliz!


– Si quieres que medite contigo lo haré, pero no todos los días. Sabes que eso sigue siendo raro para mí – ambos sólo atinaron a reír.


HyukJae ya no quería hablar. El hecho de tener a su chico junto a él lo llenó de euforia, emoción y sobre todo de excitación, por ello en vez de contestar, se lanzó encima de él y empezó a besarlo, ansiaba tenerlo entre sus brazos, necesitaba sentir su piel, su olor y escuchar el latir de su corazón.

La entrega fue una mezcla de lujuria y amor, rapidez y lentitud. Querían que todo fuese rápido, pero también querían tomarse su tiempo en apreciar el cuerpo contrario. Querían recuperar el tiempo perdido. Cuando encontraron el ritmo, y el acto culminó, se quedaron allí, ambos pensando en lo increíble que era estar con el otro. En lo fantástico que era tener a alguien especial en sus vidas.


– Te tengo un regalo – habló mientras se dirigía a un pequeño cajón.


Tomó algo entre su mano derecha y la hizo en un puño, al llegar de nueva cuenta al sofá, la extendió y DongHae vio un collar. Estilo hippie por supuesto.


– Es muy bonito Hyuk.


– Me alegro que te guste, lo hice para ti, ¿puedo ponértelo?


-Sí, claro que sí – se giró dándole la espalda a HyukJae, mientras este le ponía un collar lleno de cuentas de colores, botones blancos, y en el centro un tubo pequeño de madera con cuero en los extremos, era muy hermoso.


– Ya está – habló HyukJae, el policía se giró nuevamente – Se te ve muy hermoso – agregó.


– Gracias – se acercó a su chico y lo besó – Te amo, mi “apestoso Hippie Hyukkie”.


***


Ahora sí, este es el final definitivo.
Gracias por leer, votar y comentar.

He publicado un nuevo fanfic, igualmente del EunHae, se llama “DETRÁS DE ESPARTA”, si gustan leerlo pueden pasar por mi perfil, y ver que les parece.

Bueno, eso es todo, nos leemos luego!


💙💙💙💙💙💙💙💙

HIPPIE (EunHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora