Capítulo 2

28 4 1
                                    


Los meses habían pasado rápidamente y antes de darme cuenta ya estaba arreglándome para la fiesta de graduación. Había decidido dejarme el pelo suelto y hacerme tirabuzones, por lo que Lily vino a mi casa para ayudarnos la una a la otra con el peinado.

-Lily, ¿estás completamente segura de que quieres que yo te peine? – tenía pánico, no era la persona más indicada para peinar a nadie y tampoco a mí misma. Siempre llevaba el mismo peinado y consistía en hacerme la plancha las mañanas que fuese estrictamente necesario porque mi pelo estuviese peor que de costumbre.

-Oli, no tengo otra opción disponible con tan poco tiempo, así que venga yo tampoco es que sea una experta peluquera. Además, si me dejas el pelo mal me vengaré cuando sea tu turno. – Lily bromeó dándome un codazo y yo simplemente me reí, esperando que lo último no fuese verdad y que todo saliera bien.

-De acuerdo, pero no quiero quejas después. Vamos allá.

Veinte minutos después Lily tenía el pelo completamente liso y yo me sentía satisfecha con mi propio trabajo, después de todo no había sido para tanto y le había quedado bastante bien.

-¿Ves? Tampoco era tan difícil. Venga, siéntate que ahora es tu turno, además se nos está acabando el tiempo, son las 5 y a las 6 tenemos que estar camino del instituto. – miré el reloj y Lily llevaba razón así que había que darse prisa.

-De acuerdo, ya voy. – respondí al mismo tiempo que ocupaba mi lugar en la silla y Lily se disponía a rizarme el pelo. – Tengo muchas ganas de ver a Danny, ¡tiene que estar tan guapo!

-Sigo sin entender qué le ves a Danny, – dijo Lily al tiempo que rodaba los ojos – sois completamente distintos, siempre estáis discutiendo por cualquier cosa y además es feo. – Ya estaba con lo de siempre, por favor Olivia cálmate y responde civilizadamente, es tu mejor amiga.

-Te he dicho mil veces que no es feo, a mí me gusta y punto. Y vale, discutimos mucho, pero si no lo hiciéramos sería demasiado aburrido, sabes que yo no quiero una relación perfecta donde todo sea de color de rosa y no haya ni la más mínima discusión.

-Lo sé, y no te estoy diciendo que tenga que ser una relación perfecta. Simplemente pienso que estabais mejor como amigos, sois demasiado diferentes y demasiado cabezotas los dos. Además, sabes que nunca me ha gustado la actitud de Danny, creo que es un chulo y un niño de papá, entre otras muchas cosas y casi ninguna dice nada bueno de él. – Lily replicó mientras seguía haciendo tirabuzones en mi pelo.

-Ya sé que nunca ha sido santo de tu devoción, pero a mí me gusta y eso es lo que importa al fin y al cabo, ¿no? – Lily murmuró un sí en señal de acuerdo y yo sonreí. – Pues ya está, da igual lo que digas, no vas a hacerme cambiar de opinión. Y te recuerdo que tú eras la primera que decía que no íbamos a durar, pues aquí estamos un año después. Y ya vamos a dejar las tonterías porque no quiero discutir contigo por esto, sabes que quiero muchísimo a Danny pero mis amigos son primero, así que ya.

-Sí, mi capitana. – Lily dijo fuertemente y luego hizo un saludo militar, con lo que las dos comenzamos a reír. Eso era lo bueno de nuestra relación, podíamos decirnos todo lo que pensábamos la una de la otra, porque sabíamos que no nos íbamos a pelear por escuchar algo que no nos gustase, ya que para eso están las amigas, no solo para decirte lo genial y lo perfecta que eres.

Media hora más tarde, ya tenía en pelo rizado y ambas estábamos maquilladas, listas para ponernos el vestido, los zapatos y dirigirnos al instituto donde tendría lugar el acto de graduación.

Lily se había pasado todo el camino al instituto diciendo lo nerviosa que estaba, ya que era ella la encargada de dar el discurso de nuestro curso. Llevaba escuchando el discurso y lo nerviosa que estaba varias semanas, y ya estaba harta de escucharla, por lo que me puse a mirar el móvil y dejé de prestarle atención. Sí, las amigas también necesitan desconectar de vez en cuando.

IDConnectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora