PROMETÍ AMARTE; CAMREN

CAPÍTULO 30

–POV LAUREN –

Un año, un año habia pasado sin ver su sonrisa, un año sin ver sus preciosos ojos chocolate.
Camila siempre hacia promesas, promesas que por más que intentaba no las cumplía.

-Mami ¿pongo las flores aquí? -preguntó mi pequeño hijo, sacandome de mis pensamientos.

-Colócalas a un lado. -señalé la inscripción de la tumba.

Llevabamos cerca de diez minutos en el comentario más conocido de Los Ángeles. En dónde me acompañaban mis hijos cada mes desde que ya no está con nosotros.

No pude evitar sentirme mal por todo lo malo que nos pasó, sobretodo por la veces que le traté mal.
Sonreí con tristeza, intentando sacar las  fuerzas que me hacían falta para poder continuar.

-Gracias por intentar salvar la vida de mis hijos-susurré imaginandolo frente a mí, con su gran sonrisa coqueta. 

-Mamá, mañana es cumpleaños de Michelle. ¿Le compraremos un pastel de chocolate? -preguntó Zoe mirándome con una sonrisa.

-Si, princesa - sonreí acariciando su cabello castaño, ya era más largo y era un poco más oscuro.

-Extraño mucho a mami Camz- comentó mi pequeña con tristeza.

-Yo también, mi amor- abracé a ambos.- tenemos que irnos, hoy se han portado excelente con la Psicóloga-mis pequeños asintieron con una sonrisa.

Mis hijos iban a sesiones psicológicas, dos veces por semana.,desde aquel día que todo cambió.
Hoy fue su última sesión, y debíamos celebrarlo después de todo.
Ya no tenían más pesadillas a mitad de noche, no se asustaban con los gritos o golpes fuertes. Todo iba bien con ellos y eso me hacía aún más fuerte.
Con mis tres hijos sanos y felices, lo tenía todo. Sólo me hacía falta ella, mi bonita.

–Mamá, date prisa. ¡Hoy será un buen día! -animó Ethan. Siempre tenía tenía aquella chispa de positividad. Siempre decía que sería un buen día.-Hoy será el día, Zoe- Animó a su hermana.

- Si, Si, si, mami. La Tía Hailee nos está esperando en el hospital-asentí, antes de salir de aquel conocido cementario de Los Ángeles.

Travis ya nos esperaba fuera de la camioneta con una sonrisa.

-Travis, vamos por Michelle. -pedí con amabilidad.

Mi pequeña hija estaba con su abuelo Alejandro. Él me había pedido cuidar de ella hoy, para que pudiera ir por mis otros dos hijos. Mi suegro adoraba con el alma a mi pequeña hija, en realidad, a mis tres hijos. 

-Si, señora Jauregui -asintió abriendo la puertas.

-Gracias, señor Travis - mis hijos agradecieron al unísono.

-No es nada, niños -contestó antes de cerrar la puerta.

-Puedes poner música, por favor- pidió mi ojiazul a Travis, quién me miró a través del retrovisor para dar mi autorización.

-Pon música, Travis. No seas aburrido -contesté con una sonrisa.

El hombre soltó una risita negando, antes de encender el estéreo. Y justo sonó 'Never Forget You' , esa canción era de las favoritas de Camila.

-Esa canción le gustaba a mami- comentó Ethan.

-Si, mi amor-sonreí abrazando a ambos contra mis costados.

Después de casi quince minutos, llegamos a la residencia de Cabello.
Sonreí al ver a Alejandro con mi hija a fuera, ya esperaban por mí.

-¡Abuelo! -saludaron al unísono agitando sus manos, mientras yo bajaba de la camioneta.