DOPE

O N E

matty arrojó aquel polvo blanco sobre la parte libre de su lava manos desgastado, creando una línea delgada. y por décima vez en aquella noche solitaria, enrollo su billete de diez dólares y se agachó para pasarlo sobre la línea e inhalar todo el contenido.

un buen vino, cocaína, la noche solitaria en casa y un matty completamente perdido en sus alucinaciones; escondiendo un buen pretexto de tanto descontrol. george daniel repetía su cabeza una y otra vez mientras se miraba al espejo y se acercaba para escribir aquello que lo tenía tan jodido.

su celular vibro repetidas veces, creando un molesto sonido para sus oídos que lo orilló a tomar el objeto con suma fuerza. notó el nombre y rápidamente entró a la conversación, como si su vida dependiese de ello.

[GE ♡: estoy cerca de tu casa. esperaba que respondieras los mensajes anteriores, pero seguro debes estar ocupado.]

matty sonrió mordiendo su labio inferior, musitó un par de palabras, dejó caer su celular y se abalanzó a besar su reflejo imaginando quien se encontraba ahí era george. sin embargo, pronto él se dejó caer al suelo para recargarse de la fría pared, pensando que tal vez esta noche tendría el valor de decirle a george lo malditamente lindo e importante que era para él.

tomó su móvil y releyó el mensaje un par de veces más, sintiendo pánico de lo último que su mejor amigo había escrito: seguro debes estar ocupado, y claro que estaba ocupado, su mente no paraba de pensarlo, no paraba de imaginarse lo lindo que era, que todo era tan confuso que ni siquiera lo entendía; en las alucinaciones todo era tan lindo y en la vida real las cosas en serio apestaban. mirar a george sosteniendo la mano de una chica cualquiera le dolía en el alma, aunque claro, él era él único estúpido que lo miraba con otras intenciones fuera de su alcance.

una lágrima escapó y cayó al suelo con rapidez resonando por todos lados, dejando claro que él estaba apunto de colapsar en su pequeño mundo imaginario. pero la puerta principal sonó, al igual que un par de llaves cayendo a su mesa de centro.

—hey matty, compré comida —george gritó desde la parte principal de su pequeño apartamento.

—¿ge? —murmuró el castaño frunciendo el ceño mientras miraba un punto en específico—. ¿eres tú ge?.
—¿matty? —preguntó el más alto con un tono más alto—. ¿matty estas aquí? —intentó una vez más.

—justo aquí  —murmuró de nuevo, sin embargo para george era difícil escuchar los murmullos del castaño.

los pasos cada vez eran más cercanos que matty podían distinguir perfectamente el tipo de zapatos que en ese momento george utilizaba.

—¡matty esto no es gracioso, sé que estás aquí! —george soltó con molestia al observar la chaqueta del castaño tirada sobre el suelo.

—aquí —dijo en un tono más alto, tratando de que sus palabras sonasen claras.

rápidamente la puerta del baño se abrió dejando ver a un perfecto george, con una chaqueta negra de cuero que lo hacía lucir tan bien, que una sonrisa apareció en los labios del castaño.

—dios matty —el más alto se inclinó para poder levantarlo—. mírate.

—n-no pas-a nada —matty sonrió al mirar de cerca los ojos de su mejor amigo.

—¿pero de qué hablas?, estás tan fuera de sí que no sé si logras verme con claridad o con una cabeza de dragón —murmuró cerca de los labios del castaño intencionalmente, aunque para matty fue lo mejor que le podía estar pasando.

—en-en realidad te-te veo bien —soltó una risita—. te veo de-demasiado bien que- —tragó saliva—, que podría be-besarte ahora —sonrió y colocó su mano en la mejilla del más alto.

—¿en serio? —george lo miró con gracia—. matty ni siquiera tienes idea de lo que dices —negó y lo miró fijamente.

—cla-claro que ten-go u-una idea ge —frunció el ceño una vez más.

—no, no la tienes y ahora dame tu mano para que pueda levantar tu trasero y pueda llevarte a la cama para que descanses.

entonces matty sintió una presión en su pecho, casi igual a una rotura dentro de él, percatándose que george solo lo miraba como su jodido mejor amigo.