T H R E E

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matty jugó con el borde de su copa evitando que el residuo del alcohol cayera la madera desgastada que recubría la barra

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matty jugó con el borde de su copa evitando que el residuo del alcohol cayera la madera desgastada que recubría la barra. adam había tardado un poco sobre del tiempo establecido y eso comenzaba a irritar al menor. colocó su mano sobre la mesilla y trazó un par de líneas sobre ella, fingiendo que dibujaba una linda cara sonriente, porque realmente lo último que quería era afrontar su realidad.

—lo que sea que esté atormentándote, se resolverá —la pequeña camarera sonrió mientras pasaba la tela jugueteando entre la mano de matty.

—supongo que así será —matty soltó con una sonrisa asintiendo.

—gabriella brooks —musculló aún más cerca del rizado.

—¿y? —enarcó una ceja mirando a la chica con picardía.

—mi nombre —rió por lo bajo.

—matthew  —habló llevando su boca a la copa para sorber el último trago—. me hablas con tanta confianza, pero prefiero que digas la verdad y admitas que quieres besarme —dejó su copa de lado y le presto atención a los hermosos ojos azules de la chica, sintiendo una pequeña atracción.

—¿tan descarada suelo ser? —sonrió una vez más mordiendo su labio inferior y acariciando la mano del castaño.

—soy gay nena —murmuró cerca de los rosados labios de la ardiente camarera—. pero podría intentarlo.

—yo también podría intentarlo —ella relamió sus labios y continuó con su labores—. pero será otro día, ahora te buscan —sonrió y miró fijamente tras él para señalar con su índice.

en un movimiento rápido, el castaño se giró para encarar a quien estuviese tras él.

—llegué —adam habló—, llegamos —miró a ross con una sonrisa ladina.

—hey —hizo un movimiento con su cabeza y después recobró su lugar.

—¿cómo estás? —ross intervino preguntando de manera común lo usual.

—supongo que bien —el rizado se encogió de hombros.

—george nos contó sobre su discusión esta mañana —adam murmuró—. creímos que estabas —hizo una pausa y achicó sus ojos—. ciertamente mal.

—seguro les dijo que estaba completamente jodido —negó tres veces mientras estrellaba las palmas de ambas manos contra su frente cubriendo sus ojos—. no demoró demasiado en hacérselo saber, bien.

—vamos matty —ross se sentó a su lado y lo abrazó por la espalda enfocando sus labios a la altura de su oreja—. sabes que george a veces resulta ser exagerado.

—¡no! —alzó su cabeza quitando sus manos y abriendo sus ojos con molestia—. es un jodido exagerado sin justificación y siempre debe haber algún pretexto para cubrir sus estupideces.

matty se removió retirando el agarre del azabache y posó sus delgados dedos dentro de la tela de su chaqueta para extraer la cajetilla que se encontraba oculta.

—¿alguno quiere? —miró a ambos extendiendo el paquete de cigarrillos. ambos tomaron uno.

—george no miente cuando se trata de ti —adam colocó el cigarrillo entre sus labios y después tomo el encendedor.

—no me interesa, él cree que estoy jodido, que todo se trata de alucinaciones —arrebató el encendedor de los dedos del mayor. después de haberlo encendido extrajo un poco del sabor amargo de éste a su boca y lo dejó escapar con lentitud.

—nos habló de lo que balbuceabas —ross dejó caer el cigarrillo sobre la mesa—. nos contó que- —hizo una pausa. el corazón y del rizado se aceleró—. que estabas enamorado de él —sonrió—, que dijiste frente a sus ojos que lo amabas y entonces —trago saliva—. entonces entró en pánico y comenzó ha hacer un desastre.

matty sintió como su corazón se aceleraba cada vez que ross hablaba. él no habría querido dañar a george, sin embargo, george lo había dañado tanto a él que no podía continuar escuchando de sus vacaciones con sille, no podía continuar mirándolo con alguien más.

—estaba jodido —mordió su labio mientras hablaba y agitó sus dedo para que la ceniza de el cigarrillo cayera a la fina madera—. no sabía lo que decía, últimamente eso pasa cuando se trata de él.

—pensamos que hablar con él y arreglar el mal entendido no les vendría mal —adam hizo comillas.

—tratar sobre los mismos temas de mierda, ¿he? —sonó aburrido y soltó una sonrisa falsa metiendo la cola de su cigarrillo a su boca extrayendo más de su contenido—. no suena muy tentador —imitó la acción de adam e hizo comillas al final.

—matty —ross insistió y quitó el cigarrillo de la boca de matty para apagarlo.

—¿saben?, he venido aquí para gozar de mi maldita libertad, quizá fumar un poco y colarme dentro de algún desastre, pero no —azotó sus manos con fuerza—. los tengo a ustedes, jodiéndome por herir sus sentimientos, hablar del tema me molesta y- —soltó una bocanada de aire—. y todo me recuerda a sille.

—él no para de hablar de tu incontable lista; de todas aquellas personas a las que te follas en tus noches de lujuria —adam apagó el cigarrillo.

—¿acaso importa hablar de eso ahora? —negó—, él no sabe cómo me siento al pensar que en cualquier momento esa chica está montada sobre él, y él entre sus piernas —sus ojos se llenaron de lágrimas—. y no quiero sonar como un hijo de puta.

los tres sonrieron, sin embargo, la mirada de matty en cuestión de segundos se hundió dentro de sus pensamientos, viajando a la noche anterior en dónde según él se encontraba bien. una copa tras otra de vino tinto no haría daño, una línea de cocaína mantendría bien su sistema, pero todo se volvió blanco, de pronto la necesidad de tener a george se aproximó cada vez más, que no necesito más que su mano y otra línea de cocaína para sentirse al borde, a punto de explotar y así fue, todo se transformó en bromas pesadas causantes de la turbulencia dentro de su corazón.

—estás pensando —adam habló interrumpiendo sus pensamientos y colocó sus ojos castaños sobre él—. cuando piensas en todo un par de veces se vuelve más difícil, es intentar hallar la solución, pero no pasa —matty asintió.

alzó su vista tratando de enfocar sus ojos sobre los de adam, pero todo pasó tan rápido quebrando su vista tal como un cristal. sus castaños ojos se colocaron sobre george sosteniendo sus labios en un cálido beso con aquella chica.

—¿matty estás bien? —adam se giró y observó ante sus ojos todo lo que pasaba.

—yo —su voz sonó quebrada al instante—. lo siento —abalanzó su labios a los de adam para crear una sensación de estabilidad dentro de él

no importa sí lo veía. ahora sólo quería que él se fuera al carajo.






–demasiadas palabras.

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