Sobreviviendo el Ragnarok

"un gran regalo" parte 2

Capitulo 12 parte 2:

"un gran regalo parte 2"

Hipo;-

Todos los aldeanos celebraban el Snoggletog, tanto el gran salón como el resto del pueblo estaban muy decorados, las luces y los adornos alegraban el alma de todos, al caminar entre los que festejaban podía ver como todos compartían con sus seres queridos, pero alguien faltaba... -Astrid, donde estás?...- se lamentaba Hipo. El ambiente de alegría y al verlos a todos me estaba incomodando así que decidí apartarme un poco y al parecer no pase desapercibido porque Patán llego a mi lado para subirme el ánimo, cosa que resulto, logro convencerme de reintegrarme a los demás cosa que dude de un principio pero todo resulto bien, me calme un poco y me dije- si no estás aquí con nosotros... yo lo are por ti mi Lady- dicho esto paso el tiempo y vi a Chimuelo entrando en el gran salón, cosa que resulto extraño ya que estaba afuera en el banquete para los dragones compartiendo con Ragnar y Hel pero no me preocupe de eso, solo me dispuse a invitarlo a compartir cerca de nosotros pero él me ignoro lo que no me pareció aceptable así que me acerque a el pensando que tal vez no me había escuchado por el ruido de la música y los cantos de los vikingos, ya en frente de él, note algo extraño en su mirada pero aun así insistí en convencerlo en que me acompañara pero respondía, me mantuve insistiéndole por un momento hasta que escuche esa vos... fue como si me apuñalaran en el corazón, soporte lo más que pude el no derramar mis lágrimas, sus palabras el solo escucharla me congelaron "que haces con mi dragón?", dijo la vos... eleve mi mirada y me enfoque en dirección del sonido y la pude ver ahí parada frente a mí, era ella mi Lady... mi Astrid

-que sucede? Acaso viste un fantasma?- dijo la mujer sin tener respuesta – mmmm al parecer ya no soy bienvenida o qué?- como la muchacha no vio reacción alguna de todos los presentes que la miraban fijamente con las bocas abiertas, se le paso por la mente que por haberse ido ya nadie la aceptaría de vuelta así que decidió dar media vuelta en silencio sin expresión en su rostro para retirarse tristemente... pero después de un par de pasos algo la detuvo, unos cálidos y reconocibles brazos que entibiaron el frio de su momento de tristeza, estos se envolvieron fuertemente sobre ella haciéndola sentir toda esa carga de sentimientos que tanto deseaba y añoraba desde hace ya mucho tiempo...- Hipo... - suspiraba Astrid

-gracias mi lady... gracias por volver a mí- dijo Hipo sin soltarla

-por un momento creí que no me aceptarías devuelta...- se lamentaba la muchacha

-pero que idioteces dices, sabes que eso jamás pasara, pase lo que pase siempre serás la dueña de mi corazón- respondió el jefe reconfortando los sentimientos de su amada

-no estas molesto?..., por haberme ido sin decir nada a nadie- pregunto Astrid

-Astrid, soy muy consciente de lo que has vivido y sufrido por culpa de nuestra última batalla y te comprendí perfectamente y que necesitabas tu tiempo en soledad así que no te preocupes en pedir perdón, ya que eso no es tema que discutir- respondió Hipo sorprendiendo y alegrando a la joven con sus palabras

-porque eres tan Hipo, Hipo?... jajajaja cuanto te amo mi chico dragón- dijo la muchacha a su amado

-y como no amarte mi querida Astrid- dijo el jefe para unirse a su mujer con un profundo beso tan cargado de sentimientos que los mismos dioses se cautivaron al observarlo desde las alturas y todos los presentes se emocionaron sentimentalmente, incluso haciendo que algunos soltaran unas pocas lagrimas por tal emotiva escena de reencuentro de dos amantes separados por las tristezas de la batalla

-estos es tan hermoso que podría hacer que hasta un hombre llore...- decía Floki con vos vacilante y emotiva entre los espectadores soltando una lagrima sobre una mejilla llamando la atención de sus compañeros – pero no este hombre!!!, lagrimita!! Vuelve a tu lugar!!- dijo sacando vos de macho haciendo quien sabe cómo que la lagrima se atemorizara por su dueño provocando que esta volviera a su ojo haciendo que quienes lo observaban soltaran sus risas