Mi dulce tormento: Flor de cerezo

Capitulo VIII: "Nueva vida"

Hola lectores, perdón por la tardanza pero no llegaba la inspiración, ojala les guste este capitulo aunque es algo corto espero sea de su agrado y gracias por leerme. Saludos

Han pasado muchos años más desde que regrese a Konoha y de que volvía a estar a su lado, me sentía tan feliz de compartir su felicidad, de poder verla crecer como mujer. Pero a mi pesar aún seguía amándola y cada día más desde que la vi por primera vez, pues ella me buscaba y me hablaba de su vida con su familia. Eso solo me provocaba celos hacia mi hermano, yo quería ser el hombre al que amaba y del cual había formado una familia. Por lo que decidí pedir un cambio en mi trabajo, el cual consistía en salir del pueblo a misiones secretas, una especie de detective infiltrado he ir en captura de aquellos delincuentes buscados por Konoha; esto me llevaba muchos meses lejos de ella y me ayudaba en cierto punto a no terminar de alejarme de ellos o de terminar de volverme loco por ese amor tormentoso que me provocaba mi cerezo.

El salir constantemente del lugar era favorable porque no tenía comunicación con ellos debido a las misiones pero siempre era igual, al llegar siempre la buscaba, quería sentir su piel al abrazarla, embriagarme de ese aroma tan peculiar en ella y perderme en sus ojos jade, aunque en ocasiones ella se encontraba acompañada por Itachi que ocasionaba en mí el buscar misiones cada vez más peligrosas con el fin de descargar esos sentimientos inicuos por él.

El tiempo siguió y no conseguía quitarla de mi mente y de mi corazón, por lo que comencé a salir con distintas mujeres cuando estaba en mis misiones como parte de la promesa que le hice a mi tormento para que estuviese tranquila respecto a mis sentimientos por ella. Lamentablemente no cambiaba nada y creí que siempre seguiría sufriendo por mi amor hacia Sakura hasta que conocí a Nii Yugito. Era una mujer extremadamente hermosa, cabello rubio, tez blanca, buen cuerpo e inteligente. Nuestro encuentro fue como el de los anteriores pero algo en ella me hizo querer repetir los encuentros (es realmente buena y muy apasionante). Llegue al punto de formalizar nuestra relación, es decir, ser mi única pareja sexual pues le deje en claro cuál sería nuestra situación desde ese momento y seguido de esto ella confeso estar enamorada de mí, que esperaría paciente a que yo sintiera lo mismo por ella, que me ayudaría a olvidar a "esa mujer". Algunas veces le hable de ella pues no quería ocultar ese amor que le profesaba a Sakura.

Nuevamente el tiempo seguía su ritmo y quería burlarse de mí, recibí una carta de mi ojijade anunciando su tercer embarazo, deseaba que me diera unas vacaciones para presenciar el nacimiento de otro Uchiha más de la familia. Entonces le propuse a Yugito matrimonio, pero advirtiéndole que no tendríamos hijos, ya que era evidente con quien desee formar esa familia que nunca vería en esta vida. Sin más ella acepto mis términos sin ningún reclamo, me sorprendía hasta qué punto llegaba su amor por mí pero a la vez me recordaba a mí mismo de hasta donde hubiese llegado con tal de tener a Sakura a mi lado, incluso hubiese sido su amante o con una petición suya huir de Konoha y comenzar una vida completamente solos. Pero mi realidad era otra, ella amaba profundamente a Itachi y lo único por lo que me volteaba a ver era para verificar que yo estuviera rehaciendo mi vida sin pensar en ella.

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-Sa... suke-kun- su mirada se detuvo al verme acompañado para ella de esa misteriosa mujer.

-Hola, Sakura, te presento a mi esposa Nii Yugito- para Nii fue difícil ser amable con mi tormento pues había comprendido quien era ella y que por su causa no podía estar en el lugar que le correspondía en mis sentimientos como su esposa porque ella se había entretejido a ellos. Y sin perder el tiempo la ataco para hacerla sentir miserable.

-A sí que tú eres la que lo alejo de su familia y se quedó con su hermano???- Sonrió maliciosamente- Oh!! Disculpa como mi Sasuke lo conto de una forma tan... mmmm... sin importancia creí que entre ustedes solo quedaba como una anécdota chistosa, no pensé que te incomodaría tanto Sakura, pero no te preocupes no volverá a suceder, ahora somos hermanas y lo último que deseo es no llevarme contigo.

-Des...cuida Yugito... no creí que Sasuke te lo hubiese contado- Sakura estaba muy sonrojada ante el comentario de Nii, aunque para su alivio no había nadie más presente en su habitación.

-Porque?? Somos esposos y no hay secretos entre nosotros, sino yo no estuviera aquí como su mujer, y conociendo a su familia.

-Claro, que tonta soy... pero como se conocieron, Sasuke-kun lo tenías muy guardado- sonrió forzadamente, intentando ocultar el desagrado que ya tenía hacia mi nueva esposa, esperando que le dijera que todo era una broma y que ella solo era un prostituta o algo parecido.

-En una bar que frecuentaba mi Sasuke ya hace tiempo, pero no me había animado hablarle, hasta que un día se acercó, coqueteo conmigo y después de una gran noche de sexo ya no me pudo soltar.- Nii poso su mano en mi mejilla y la giró hacía mi dándome un beso en los labios- Pero para los demás omitiremos lo último.

Sakura no daba crédito a lo que escuchaba y veía, la nueva señora Uchiha se había determinado hacer sentirla mal y castigarla por todo lo que ella estaba causando, porque aunque no lo supiese, la relación que manteníamos solamente seguía siendo carnal algo de lo que no se quejaba, pero Yugito deseaba que yo la amara más que a Sakura. Que algún día cambiara de opinión y le pidiera hacerme padre o que de mis labios saliera un te amo. Aunque la realidad era que siempre amaría a mi ojijade y pese a que sentía cierto aprecio por Nii, que la tratara como se lo merecía y la complaciera hasta en sus deseos más íntimos jamás ocupara el lugar de mi dulce tormento.

Después del ataque a Sakura por parte de mi esposa, ella conoció a los demás Uchihas, con ellos fue completamente diferente, fue la persona más encantadora que jamás haya visto, logro que todos la aceptaran y dieran sus bendiciones a nuestro matrimonio. Por otra parte Itachi se mostraba muy encantado con Nii, pues para el significaba que ya había olvidado a Sakura y que ahora comenzaba hacer realmente feliz.

La verdad siempre fue diferente, mi rutina se convirtió en meses fuera de casa, dejando a mi esposa en compañía de mi madre; cuando regresaba me dedicaba a complacerla y a desahogar nuestros instintos hasta mi siguiente partida, en tanto buscaba siempre la forma de verla, de hablarle, de llevarme una buena imagen de Sakura antes de volver a irme.

Para mi mala suerte en mi llegada ella no se encontraba en Konoha, se había ido a Tokio a un seminario de doctores y no regresaría sino días después de mi partida, pero si hubiese sabido que en esta nueva misión ya no regresaría, no habría ido, me quedaría a esperarla para poder ver una vez más su dulce sonrisa y sus hipnóticos ojos jade que me llenaron de luz en esa oscuridad en la que me encontraba y que fueron mi razón de existir cada día con la esperanza de poder estar a su lado.